EL
LEGADO DE FIDEL (2)
UNIDAD
PARA ENFRENTAR AL ENEMIGO
Por Ernesto Wong Maestre
REVELAR LA DOBLE
MORAL Y LA DEMAGOGIA OLIGARCA ASESINA
La esencia de las campañas comunicacionales de las grandes corporaciones de prensa que responden a los dictámenes de los laboratorios de guerra psicológica de la CIA, Pentágono u otra Agencia de EEUU está develada desde 1959 por el Comandante en Jefe Fidel Castro y constituye un componente clave de su legado. La demagogia, los sofismas y la doble moral con que los adversarios de Fidel siempre lo han atacado dan cuenta de los temores que siempre sintieron ante el Barbudo mayor de la Sierra. “El colmo es que –dice Fidel a los delegados obreros al Congreso- mientras por un lado insultan, por otro proclaman que no hay libertad de expresión. Mientras por un lado insultan y escriben cosas que jamás se atrevieron a escribir contra gobernantes corrompidos, criminales y saqueadores, por otro lado todos los días aparece un cable de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) o de cualquiera de esos organismos, hablando de que no hay libertad de expresión en Cuba” (FC 15/12/59). La revelación oportuna de las contradicciones flagrantes de la burguesía o del adversario en una batalla es otra característica del legado fidelista aparecida en su discurso desde el inicio de las propias transformaciones sociales.
“Incluso -explica Fidel- se
indignan de que el gobierno se defienda, se indignan de que el gobierno hable,
se indignan de que el gobierno responda y se indignan de que el gobierno
responda cuando no solo están insultando por insultar y calumniando por
calumniar, sino que calumnian tratando
de deparar a la patria días de sangre y de luto, calumnian para abrir la
vía ancha a los mercenarios y a los criminales, para abrir la vía ancha a los
intereses extranjeros, para abrirles el camino a los agresores de la patria,
para abrirles el camino a los invasores de la patria, para abrirle el camino a
la intervención extranjera; porque el juego en que están hoy algunos
periódicos, el juego en que está hoy la reacción, es un juego consciente,
premeditado, estudiado y deliberado, de promover la intervención extranjera en
nuestra patria”(FC 19/9/59).
LA BUSQUEDA DE LA UNIDAD PARA
ENFRENTAR AL ENEMIGO
Otra
particularidad genética del pensamiento de Fidel que constituye un factor de
unidad popular y por tanto una fortaleza del legado fidelista al que teme Trump
y cualquier oligarquía es el principio
de no contradicción entre creyentes religiosos y no creyentes que reconocen
los líderes seguidores de Fidel. Desde
aquel discurso a los trabajadores azucareros cubanos (para Venezuela es como a
los trabajadores petroleros), Fidel comenzó a delinear lo que años después se
conoció como política partidista hacia la religión y la iglesia. “Quisieron
crear problemas y conflictos entre la conciencia política y la conciencia
religiosa del pueblo –dice el líder cubano- cuando son dos conciencias que
pueden marchar perfectamente juntas cuando se basan en la justicia, cuando se
basan en el bien”. Y continúa: “No creo que pueda haber una sola medida justa
en la sociedad humana, no creo que pueda haber una sola obra buena en la
sociedad civil de los hombres, que no quepa en una sana y justa conciencia
religiosa” y después argumenta, “porque si la religión es encarnación de un
sentimiento justo y un sentimiento noble, si es la encarnación de una idea
buena, de una idea del bien, la
Revolución es la encarnación de los principios más nobles del hombre, de
los principios más justicieros del hombre” (FC 15/12/59). Tan pronto como al
concluir el primer año de poder rebelde, ya Fidel comenzaba a definir el
concepto de Revolución que cuarenta y un años después la expondría en la Plaza
de la Revolución, casualmente en presencia del invitado y joven bolivariano
Nicolás Maduro.
Cuatro
meses después de la alerta de Fidel a la clase obrera para prepararse ante el combate
que se avecinaba, más de mil mercenarios preparados y armados modernamente por
EEUU, partieron de países centroamericanos gobernados por dictaduras militares,
para invadir a Cuba pero en Playa Girón encontraron la resistencia popular
militar de las milicias obreras, la policía y las fuerzas armadas cubanas, mientras
el resto de la clase obrera se mantenía en la producción y redoblando la
vigilancia. En solo 72 horas fueron vencidos los mercenarios y el legado de
Fidel siguió nutriéndose.
EL SOCIALISMO COMO GARANTE DE LA
PATRIA SOBERANA E INDEPENDIENTE
Durante el mandato de Kennedy fue que el líder cubano respondió con más firmeza soberana a las intenciones de EEUU, no solo consolidando la nacionalización de empresas norteamericanas que habían monopolizado los servicios básicos y la monoproducción del país: el azúcar; sino definiendo el rumbo político de Cuba proclamando, junto al pueblo enardecido y movilizado por los bombardeos yanquis del 15 de abril, el carácter socialista de la Revolución, un día antes de que Cuba fuera invadida por los mercenarios de EEUU que desembarcaron el 17 de abril de 1961 por Playa Girón y Playa Larga.
Días después de la derrota imperialista, Fidel expuso por primera vez en la Revolución el concepto de Patria y las líneas centrales de la política nacional y exterior que son parte sustancial de su legado, y lo hizo el 1ro de mayo ante más de un millón de verdaderos y verdaderas patriotas que desfilaron durante 14 horas en la Plaza de la Revolución. “Por eso los privilegiados y las clases explotadoras –explicó Fidel en el acto- no podían tener un verdadero concepto de la patria, porque para ellos la patria era un privilegio, un privilegio de ellos, donde se apoderaban del trabajo de los demás, y además querían que otros defendieran esa patria de ellos”. Y acto seguido define al enemigo imperialista: “Por eso, cuando un monopolista yanki habla de patria, cuando un dirigente o un miembro de los círculos gobernantes de Estados Unidos habla de patria, ¿saben a qué patria se refiere? A la patria de los monopolios, a la patria de los grandes capitales bancarios, a la patria de las grandes empresas que poseen solo unos cuantos. Y cuando hablan de patria, están pensando en mandar al negro del sur de Estados Unidos, o en mandar al portorriqueño, o en mandar al joven de familia obrera de Estados Unidos, o en mandar al obrero, a combatir, a morir, a matar y hasta a asesinar, en defensa de esos monopolios y de esos millones que ellos llaman patria”.(FC 1/5/61)
Más
adelante Fidel argumenta su tesis con principios políticos que deben
articularse para conformar esa nueva y necesaria teoría política del siglo XXI:
“Solo adquiere un pueblo concepto verdaderamente de su patria, cuando los
intereses de las minorías privilegiadas resultan liquidados, y cuando el país,
con sus riquezas y sus oportunidades, pasa a ser un país para todos, patrimonio
de todos, oportunidad de todos y felicidad de todos (…). Porque un país que pone toda su
inteligencia, y toda su energía, y todo su esfuerzo, hacia un propósito
determinado, bien sea defender la patria, como bien sea crear riquezas nuevas
para la patria, crear oportunidades nuevas para la patria, lo consigue como no
lo podría conseguir jamás una minoría gobernante y explotadora, que no puede
arrastrar tras sí al pueblo con todo su fervor y todo su entusiasmo”. Y a
continuación precisa: “la Revolución llega al poder con el apoyo del pueblo, en
virtud de los sacrificios que el pueblo hizo, de las luchas que el pueblo hizo,
de los heroísmos del pueblo; luchando precisamente contra aviones y armas, tanques
y cañones yankis. Así llega la
Revolución al poder, con todo el respaldo del pueblo. Ha estado en el poder, ha gobernado con el
pueblo y se mantiene en el poder con el pueblo”. El protagonismo del pueblo, definido por Fidel, con los mismas
cualidades mencionadas por Simón Bolívar en Angostura, desde su alegato conocido
como La Historia Me Absolverá en el juicio por los sucesos del Cuartel Moncada
(*), comienza a ser resaltado a partir de Girón con mayor fuerza y es hoy rasgo
destacado en el discurso socialista cubano.
PROTAGONISMO CONSCIENTE DE LAS GENERACIONES
Fue precisamente en su alegato de defensa
(1) en el juicio del Moncada que Fidel reconoció ante sus captores que quien no
leía a Lenin era un analfabeto y que José Marti era el “autor intelectual” de
la gesta del Moncada. Con esas dos fuentes de su pensamiento, más las ideas de
Bolívar, Fidel fue desarrollando su pensamiento. Martí lo marcó para siempre
con esa máxima: “Ser cultos para ser libres” mientras Lenin reconocía que “la
teoría sin práctica es nula y la práctica sin teoría es ciega”. Todo ese cúmulo
de conocimientos articulados en una ideología generaron las primeras políticas
sociales de la Revolución Cubana. Fidel y la organización partidista, desde muy
pronto comprendieron que el pueblo sin instrucción adecuada y pertinente no
podía ejercer el protagonismo necesario para garantizar la marcha de la
Revolución y deciden ampliar las oportunidades. “La Revolución se considera –dijo
Fidel- en el deber de organizar y establecer el principio de la enseñanza gratuita a todos los ciudadanos del
país, y el pueblo se considera en el deber de formar a las futuras generaciones en un espíritu de amor a la patria, de
amor al prójimo verdadero, es decir, amor a sus semejantes, amor a su pueblo,
amor a la justicia, ¡amor a la Revolución!” (FC 1/5/61). Siete años después
diría: “La vida de todo revolucionario debe ser siempre un eterno aprendizaje”
(FC 13/3/68).
EL DERECHO DEL PUEBLO A LA LEGÍTIMA DEFENSA Y A LA UNIDAD
Luego de hacer esas afirmaciones respecto a
EEUU y que el pueblo haya derrotado la invasión mercenaria, Fidel y la alta
dirección de la Revolución no pierden tiempo para preparar la defensa militar
ante la inminente invasión de las tropas estadounidenses y deciden solicitar a
la Unión Soviética los misiles nucleares de mediano alcance. Un año después de
instalados son detectados por EEUU y comienza la llamada Crisis de Octubre,
donde Fidel –a decir del Che- brilla como un gran estadista, elemento que forma
parte sustancial del legado fidelista para las generaciones actuales y futuras.
“Y ese apoyo que recibimos del campo socialista –puntualizó Fidel en el
discurso del 9 de octubre de 1962- ese apoyo especial que recibimos, ese apoyo
especial que recibimos de la Unión Soviética, ¡a ese apoyo no renunciaremos!,
porque ese apoyo solidario (…) es hoy freno de los imperialistas; (…) es contén
frente a los criminales, es preservación de la paz, salvación de vidas
humanas”. La práctica y ejercicio del
derecho del pueblo a recibir apoyo militar y logístico externo ante una
agresión externa constituye otra propiedad del legado de Fidel que las nuevas
generaciones lo han asimilado totalmente. (FC 9/10/62)
Vinculado a ese derecho, en el legado de
Fidel hay una posición de política exterior que nació con fuerza en esos
primeros años de revolución: establecer
una alianza militar y económica con la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, principal adversario de EEUU para la fecha. “Nosotros vamos a
tener –describió Fidel en uno de sus discursos-
numerosas fábricas, entre otras una gran industria siderúrgica”. Y se
preguntó: “¿Cómo la vamos a tener? Con créditos que nos da la Unión Soviética;
con técnicos, con proyectos y con técnica que nos facilita la Unión Soviética”,
se contestó ante un pueblo reunido con él. Y siguió explicando: “La industria
es nuestra; el producto del trabajo es nuestro; y la podremos pagar con una
parte de las ganancias, de las utilidades que esa industria implique para el
pueblo de Cuba”. Después de cincuenta y
cuatro años, esa alianza heredada por Rusia se ve fortalecida con la política
de Putin quien recientemente reconoció el deber ruso de apoyar la seguridad
internacional de Cuba, lo que para el futuro gobierno de Trump es un verdadero
reto de alta complejidad debido a la polarización de opiniones en su propio
partido acerca de la política hacia Rusia.
Igualmente, de ese año 1961 es el logro que
forma parte del legado de Fidel referido a la primera gran derrota militar del
imperialismo yanqui en América Latina, ocurrida en Girón, pero también la
primera vez que un gobierno de EEUU aceptara pagar una indemnización de guerra
por los daños causados a la Isla y que sirvió para evitar que sus mercenarios
pasaran 20 años en las cárceles de Cuba o fueran sentenciados al paredón de
fusilamiento.
Si la posición clasista obrera es un eje
sustantivo del legado de Fidel, la batalla diaria por mantener una sólida unidad de las filas revolucionarias es una
clave imprescindible, y ese es otro de los grandes aportes en el legado de
Fidel originado desde los prolegómenos de la Revolución. Resulta muy necesario
–decía el líder cubano- “presentar a los imperialistas un frente unido. (…) A
nuestro pueblo una orientación: que
nuestra tarea es unir, dentro y fuera; eliminar todo lo que nos divida, dentro
y fuera; luchar por todo lo que nos una, dentro y fuera. ¡La unidad dentro de los principios, esa es
nuestra línea!”.(FC 2/1/63). Objetivos claros, estrategias integrales, tareas
precisas y recursos viables, fue una secuencia con que el líder cubano echó las
bases de la construcción socialista.
Sin embargo, de Girón y de la Crisis de
Octubre o de los Misiles, Fidel y sus compañeros dirigentes sacaron otra
conclusión que luego la sintetizaría magistralmente Che Guevara: “Es necesario
crear uno, dos, tres, muchos Vietnam” porque al imperialismo hay que vencerlo
en sus espacios ocupados en el mundo del sur ya que las potencias nucleares
nunca se enfrentarían y por esa vía no se derrotaría al sistema imperial.
EL SOCIALISMO DEBE CONSTRUIRSE CON AUDACIA, INTELIGENCIA Y REALISMO
En
el legado de Fidel está implícito el presupuesto de la eficiencia y la eficacia
en el combate, del talento y la virtud para solucionar las tareas, y así quedó
ratificado años después en la compleja guerra por la independencia de Angola,
en la cual las tropas cubanas se solidarizaron con los angoleños para detener
las fuerzas invasoras surafricanas y mobuteñas, tanto en 1975 para garantizar
el control de la independencia por las fuerzas patrióticas como en 1988 con la
relampagueante defensa de Cuito Cuanavale para consolidar la victoria
independentista frente a las pretensiones racistas surafricanas.
Para
Fidel, Revolución es también “luchar con audacia, inteligencia y realismo”, “es
defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio”(discurso
1/5/2000). Más de cuatrocientos mil cubanas y cubanos se foguearon en los
combates de guerra, por tierra y por aire, factor que hace temer a Trump por
estar Cuba preparada, no solo ideológicamente sino diplomática y militarmente
con apoyo de Rusia y China para repeler cualquier intento de invasión e incluso
de bombardeo o de crear una zona de exclusión aérea como la usada por la OTAN
contra Yugoslavia y Libia para destruirlas.
A partir de estas reflexiones sobre el
legado de Fidel es que pudieran comprenderse mejor las perspectivas de las
relaciones entre la Cuba Revolucionaria y el gobierno estadounidense de Donald
Trump y contestarse el por qué fue tan insolente, prepotente y mentiroso al
referirse al Comandante en Jefe Fidel Castro horas después de su muerte. Si bien Trump nunca aceptará hacer la más
mínima concesión en cuestiones ideológicas, no le quedará más opción que
evadirlas si es que quiere de veras volver a hacer de EEUU al menos una gran
potencia capitalista, como Canadá, Noruega, Islandia, Australia, Finlandia u otra
que no andan invadiendo pueblos, armando terroristas o derrocando gobiernos
mediante golpes de Estado dirigidos desde Washington. De mantener la misma
visión y acción agresiva de los anteriores presidentes, los pueblos de este
hemisferio sabrán colocarlo en su lugar y ajustarle cuentas, sobre todo
acelerando la construcción de sociedades verdaderamente soberanas e
independientes porque SÍ SE PUEDE.
Notas
(*)
El tercer artículo de esta Serie tratará sobre el legado político que ya
aparece en el alegato de defensa de Fidel Castro conocido como “La Historia me
Absolverá”.
Twitter: @ProfeWong
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