jueves, 30 de mayo de 2019

La globalización y la Seguridad Social en Venezuela

La globalización, las megacorporaciones 
y la Seguridad Social en Venezuela
  
Dr. Ernesto Wong Maestre (*)

RESUMEN

La conferencia “La globalización, las megacorporaciones y la Seguridad Social” en Venezuela reflexiona acerca de los dos tipos de procesos denominados “globalización” en el actual “sistema mundo” y sus significados para el desideratum bolivariano y de aquí que se aborde la vinculación estrecha entre estabilidad política, seguridad social y felicidad, una relación triádica de carácter dialéctico de esos tres componentes del apotegma de Simón Bolívar en el Congreso de Angostura  que se sintetiza en el concepto desarrollado por el líder socialista y Comandante Supremo Hugo Chávez de “Vivir Viviendo” siendo este la antítesis del Vivir Consumiendo de corte capitalista, lo que para la mayor parte de la sociedad venezolana, ese concepto bolivariano, es un símbolo ideológico defensivo ante los actores imperiales y las megacorporaciones de diversas ramas que aprovechan la globalización neoliberal para tratar de continuar acosando e incidiendo en los elementos que condicionan o conforman la seguridad social en Venezuela que es definida con mayor amplitud de significados que en los países capitalistas, por lo que el Gobierno Bolivariano se ve obligado a buscar en la globalización solidaria y de provecho mutuo diferentes vías de alianzas que potencien al país y poder seguir cumpliendo el deber de satisfacer el derecho del pueblo a la seguridad social, y lo ha hecho tan conjuntamente con el propio pueblo que después de veinte años de revolución más que un derecho es una propiedad o una cualidad indestructible de la población en general. De manera que con los legados de pensamiento de los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez se presentaron algunos supuestos necesarios de las tesis antes expuestas, ilustradas con imágenes y símbolos generados desde los discursos socialistas de ambos líderes.

ABSTRACT

The conference "Impact of globalization and megacorporations on Social Security" in Venezuela reflects on the two types of processes called "globalization" in the current "world system" and its meanings for the Bolivarian desideratum and hence the close link between political stability, social security and happiness, a dialectical triadic relationship of these three components of Simón Bolívar's apothegm in the Angostura Congress that is synthesized in the concept developed by the socialist leader and Supreme Commander Hugo Chávez of "Vivir Living "being this the antithesis of Living Consuming capitalist, which for most of Venezuelan society, this Bolivarian concept, is a defensive ideological symbol before the imperial actors and megacorporations of various branches that take advantage of neoliberal globalization to deal with to continue harassing and influencing the elements that condition or make up social security in Venezuela that is defined with greater breadth of meaning than in the capitalist countries, so the Bolivarian Government is forced to seek in globalization solidarity and mutual benefit different ways of alliances that empower to the country and to be able to continue fulfilling the duty of satisfying the people's right to social security, and has done so jointly with the people themselves that after twenty years of revolution more than a right is an indestructible property or quality of the population in general. So with the legacies of thought of Commanders Fidel Castro and Hugo Chávez, some necessary assumptions of the aforementioned theses were presented, illustrated with images and symbols generated from the socialist discourses of both leaders.



DESARROLLO

Hoy es un día de significado histórico. Se inició la primera reflexión colectiva organizada en la Revolución Bolivariana sobre la integralidad de la Seguridad Social en Venezuela, una de las tres cualidades claves de una República contenidas en ese extraordinario apotegma de Simón Bolívar expresado en su discurso ante el Congreso de  Angostura de 1819, las cuales, después de doscientos años se comprenden como una unidad orgánica integra por el significado de interacción e interdependencia entre las tres. Comprendiendo esto y de que no hay un solo tipo de proceso globalizador sino dos: una globalización neoliberal y una globalización solidaria y de mutuo provecho, avanzaremos en la esencia de este objeto de estudio.

Recordemos al Libertador: “El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”. Para Bolívar, según puede constatarse en sus discursos y proclamas, la felicidad, la seguridad social y la estabilidad política son componentes inseparables, conforman una especie de “triángulo indisoluble”, parafraseando al más bolivariano de los venezolanos, al  Comandante Supremo Hugo Chávez cuando asoció el objetivo, con la estrategia y los recursos reconociendo que conformaban un “triángulo indisoluble” (Chávez, 2006).

Y es verdad,  pero no solo por su forma sino también por su esencia, es decir, por el sentido de ambos triángulos pues podría decirse que la felicidad del ser humano es el gran objetivo, la seguridad social es la más eficaz estrategia para lograr la felicidad, y el poder o los recursos son los que garantizan la estabilidad política como una condición sine quanom para que la seguridad social y la felicidad se logran realmente y se sostengan en el tiempo.

¿Por qué la seguridad social es la más eficaz estrategia para lograr la felicidad?. La respuesta se puede avizorar en la totalidad de las conferencias que se presentarán en este Congreso. No obstante, es necesario recordar lo que en otra ocasión he hecho notar. Y es que Bolívar nunca pensó ni se refirió a la felicidad epicúrea que es hija y a su vez madre del exacerbado individualismo, la enajenación del ser humano ( como categoría filosófica muy bien tratada por el amigo Buen Abad) y de las más dañinas dependencias, sino que el Libertador comprendió la felicidad y la definió siempre como la felicidad virtuosa que es la felicidad estoica, la propia de los patriotas que son felices con su sacrificio constante porque son útiles a la Patria, son  humanamente solidarios con los más pobres y con los más necesitados, y son conscientes de lo que están transformando y de cómo lo están logrando.

Realmente, Bolívar fue el primer líder latinoamericano que comprendió, al calor de las enseñanzas de Juan Jacobo Rousseau y de su gran maestro Simón Rodríguez, de la interacción de esas tres cualidades que debe tener una República, y por ello disfrutadas y exigidas por la ciudadanía como su más ansiado derecho.

Bolívar, Martí, Fidel y Chávez fueron claros ejemplos con virtudes a imitar, incluyendo la virtud de saber estudiar que es saber intercambiar saberes. Bolívar, el padre fundador de los latinoamericanos y caribeños, exigió a los legisladores en Angostura que fueran virtuosos, talentosos y valientes para poder constituir la nueva república. Nunca olvidemos ese reto y reclamo al construir el socialismo y la seguridad social que lo caracteriza.

En una revolución enfocada al socialismo la ciudadanía no se limita a disfrutar y exigir sino que debe también construir esa seguridad social, como se viene haciendo en la Venezuela de hoy por grandes grupos humanos que conforman esa masa,  garante de las victorias  en veinticuatro votaciones electorales para  darle continuidad democrática al único proyecto que puede garantizar la estabilidad política, la seguridad social y la felicidad virtuosa.

Son tres cualidades que los originarios de estas tierras de Nuestra América las resumieron como el Sumak Kawsay y nuestros líderes de hoy las sintetizan en ese concepto de Vivir Viviendo, definido por nuestro querido Hugo Chávez en varias momentos de sus alocuciones y discursos.

Por ejemplo, cuando en el Zulia en julio de 2012 entregaba casas:
“Así que todo aquel que no tenga vivienda propia y digna –dijo Chávez-, tiene un derecho: el derecho a la vivienda, el derecho a la vida, el derecho a la educación, el derecho a la salud, al trabajo digno, al deporte, a la distracción, a la vida, vivir viviendo, vivir viviendo” (Chávez, 20120721).

Y para Vivir Viviendo es necesario poseer salud, que es el componente clave de la seguridad social:
“La salud  -ha dicho el Tesorero de Seguridad Social de Venezuela y lo comparto-  depende de determinantes sociales o sea, las condiciones como vivimos las personas con respecto a: alimentación, vivienda y hábitat, trabajo, educación, recreación y utilización del tiempo libre, transporte, servicios de agua, electricidad, y otros. La seguridad social en el gobierno revolucionario no se concentra solo en el asistencialismo” (Rios, 2019).

Si fuera solo asistencialismo, los actores imperiales de la globalización neoliberal ya hubieran causado mayores daños a la seguridad social pero esta, al ser definida por la Revolución de una forma más integral,  y el Gobierno Bolivariano  trazar las correspondientes políticas sociales, entonces se tienen un mayor margen de acción con los aliados internacionales  agrupados que sostienen y practican la otra globalización, la de la solidaridad y del provecho mutuo. De manera que ese proceso mundial denominado “globalización” amalgama o integra dos tipos de actores internacionales: por un lado, los que propugnan el neoliberalismo, el expansionismo, la hegemonía de las megacorporaciones y por otro lado, los que abogan por la integración de las naciones pero con fortalecimiento del Estado Nación y del derecho internacional público.

Según politólogos del Sur, se identificaron desde fines del pasado siglo, con mayor intensidad  “procesos de globalización de las finanzas”, “los mercados” y sus estrategias competitivas, en “la tecnología y los conocimientos asociados”, “los modos de vida y las pautas de consumo, con extensión a la globalización de la cultura”, “las capacidades reguladoras y el gobierno”, “la política, como unificación política del mundo”, en “la percepción y la conciencia con los conceptos de ‘una tierra’ y ‘un futuro’, “del deterioro del Estado Nación como unidad política básica, a partir de que el impacto de la globalización hace que este pierda capacidad de control sobre los problemas que le afectan” (Capote, 2004).   

En ese sentido valga recordar a Chávez  cuando despejó dudas, en uno de sus últimos Consejo de Ministros, con su constante resemantización a la que acudió siempre en su discurso:
“Ley Orgánica de las Comunas por ejemplo; ahí está. Y más abajo vienen los reglamentos, ve, que definen con más exactitud, cómo es que el pueblo va a ejercer directamente la soberanía, la soberanía no tiene que ver sólo con la soberanía del país, la soberanía popular y tiene que ver con la libertad, y para que un pueblo sea libre debe tener los recursos suficientes para vivir viviendo; y estamos hablando de la economía, de la distribución. (Chávez, 20121020).

De manera que para seguir comprendiendo el tema de esta reflexión, una buena pregunta que sigue el hilo lógico es ¿cómo se podrá lograr Vivir Viviendo en las condiciones externas e internas impuestas por actores internacionales y nacionales opuestos al bolivarianismo, es decir, adversos a la felicidad virtuosa y que buscan desequilibrar la estabilidad política del sistema y la posibilidad de ejercer el derecho a la seguridad social mientras que la felicidad es mermada?.

No hay duda alguna que las políticas agresivas imperiales contra Venezuela, aprovechándose de la globalización neoliberal, afectan todos los servicios públicos y hasta privados, de instituciones y empresas, así como las condiciones, cualidades y capacidades que conforman la seguridad social de la ciudadanía, pero ¿han logrado desencadenar esas revueltas pseudopopulares o “enjambres sociales” ansiados por el imperio con las llamadas “revoluciones de colores” que provocaron derrocamientos de gobiernos, destrucciones de ciudades, emigraciones y crisis humanitarias en otros países?       

Aunque ya he mencionado algunas ideas al respecto es necesario precisar que a juicio de quien aquí expone, solo un pueblo que logra ir rompiendo con el pasado opresor (político, jurídico, económico y cultural) para poder construir su propia emancipación puede ir garantizando las condiciones necesarias y suficientes del Vivir Viviendo, comenzando por despojarse del Vivir Consumiendo y del atroz individualismo, genuino producto del capitalismo, al que nos habituó ese régimen perverso y “depredador”, como lo calificó Albert Einstein en 1947.

Por supuesto, el pueblo fortaleciéndose, ante todo de forma consciente, reconociendo y ejerciendo con virtudes, talento y valentía el empoderamiento ganado con la revolución que en muchas ocasiones y espacios no se auto-reconoce y por ello no se ejerce como lo manda la Constitución.

El socialismo –decía Che- es el único sistema social que se construye conscientemente para poder eliminar con acierto las diversas estructuras capitalistas (red de relaciones objetivas y subjetivas) heredadas de casi doscientos años de neocolonialismo. ¿Desarrollamos los procesos y sistemas de formación con la filosofía necesaria y suficiente para que quienes construyen el socialismo lo hagan cada vez con más conciencia de lo que transforman, cómo y por qué lo deben transformar?

Ya a fines de esa década de los 90, cuando los propulsores de la globalización neoliberal (las megacorporaciones, Wall Street, el Pentágono, la CIA y las restantes Agencias yanquis y tanques pensantes del imperio) se creían vencedores y nuevos colonizadores y expoliadores de nuestros pueblos, el líder revolucionario cubano y Comandante en Jefe Fidel Castro, alertaba, en ocasión de una ponencia presentada en Cuba enero de 1999 en el evento Globalización y Desarrollo, y que días después él mismo lo recordó en la UCV estando de visita en Caracas en la toma de posesión de Chávez, donde dejó en claro su interpretación marxista acerca de la globalización:

“Mis convicciones más profundas: la increíble e inédita globalización que nos ocupa, es un producto del desarrollo histórico (…)

“Una pregunta: ¿se trata de un proceso reversible? Mi respuesta, la que me doy a mí mismo, es: no.

“¿Qué tipo de globalización tenemos hoy? Una globalización neoliberal; así la llamamos muchos de nosotros. ¿Es sostenible? No. ¿Podrá subsistir mucho tiempo? Absolutamente no. ¿Cuestión de siglos? Categóricamente no. ¿Durará sólo décadas? Sí, sólo décadas. Pero más temprano que tarde tendrá que dejar de existir.

“¿Me creo acaso una especie de profeta o adivino? No. ¿Conozco mucho de economía? No. Casi absolutamente nada. Para afirmar lo que dije basta saber sumar, restar, multiplicar y dividir. Eso lo aprenden los niños en la primaria.

“¿Cómo se va a producir la transición? No lo sabemos. ¿Mediante amplias revoluciones violentas o grandes guerras? Parece improbable, irracional y suicida. ¿Mediante profundas y catastróficas crisis? Desgraciadamente es lo más probable, casi casi inevitable, y transcurrirá por muy diversas vías y formas de lucha.

“¿Qué tipo de globalización será? No podría ser otra que solidaria, socialista, comunista, o como ustedes quieran llamarla.

“¿Dispone de mucho tiempo la naturaleza, y con ella la especie humana, para sobrevivir la ausencia de un cambio semejante? De muy poco. ¿Quiénes serán los creadores de ese nuevo mundo? Los hombres y mujeres que pueblan nuestro planeta.

“¿Cuáles serán las armas esenciales? Las ideas; las conciencias. ¿Quiénes las sembrarán, cultivarán y harán invencibles? Ustedes. ¿Se trata de una utopía, un sueño más entre tantos otros? No, porque es objetivamente inevitable y no existe alternativa. Ya fue soñado no hace tanto tiempo, sólo que tal vez prematuramente. Como dijo el más iluminado de los hijos de esta isla, José Martí: "Los sueños de hoy serán las realidades de mañana" (Castro,1999, enero). (Las negritas son del autor de esta conferencia),

concluyó Fidel.

Entender esa dialéctica  -decimos ahora-  de los procesos políticos, sociales y económicos internos en sus relaciones con los procesos externos, como es la globalización neoliberal de un lado, y la globalización socialista o solidaria de la justicia del otro lado, es un primer reto cognitivo y metacognitivo a vencer, de ahí una  de las necesidades de la Revolución de acelerar la formación política que para nuestro juicio, comienza por comprender cabalmente qué es lo que estamos transformando y cómo lo estamos llevando a cabo, es decir, comprender a cabalidad cuáles son los objetivos transformadores a lograr y con qué estrategias lo tratamos de lograr, y si estas son eficaces y eficientes. ¿Hacemos esto o promovemos hacerlo a diario en nuestras instituciones, organizaciones políticas y sociales?.

Son retos de la nueva etapa.

Un programa de formación política sobre globalización o seguridad social, u otro objeto de estudio, que no aborde la problemática dialéctica de situación objetivo-estrategias, sean pasadas,  en ejecución o en proyección, está condenado al fracaso ante las  complejas condiciones impuestas por las potentes megacorporaciones y los gobiernos imperiales aprovechando la globalización neoliberal y utilizando al máximo las películas, la moda, la música y el deporte porque en esas ramas y sus soportes comunicacionales les llega a la juventud -de forma agradable, emocionante e irreverente o atrevida-  el “modo de vida americano” que es derrochador, consumista, irracional, racista y supremacista y poder formarla globalmente (internet, telefonía, tv por cable) en los patrones culturales necesarios para ejercer la hegemonía imperial.

También fracasará un programa de formación política si no se  aborda con la rica filosofía de la emancipación y de la praxis que rechaza la linealidad causal, la visión dicotómica a priori, la aceptación de la pseudoconcreción como realidad, la unicausalidad o la unicondicionalidad, y que tiende a tomar como suficiente lo insuficiente, o quedarse en el plano fragmentario y desconocer la totalidad de lo concreto, y más grave aún, creer en la inmutabilidad de la realidad y de que algo “cayó del cielo” tal y como es. No menos significativo para la formación y para la construcción socialista que identificar y rechazar las visiones antropomorfas de sustituir al ser por la cosa, es decir, la constante y preocupante sustitución que a veces nos lleva a decir que la “globalización” o la “guerra hibrida” son las que accionan o impactan sobre nuestra realidad y no comprender que son los gobiernos y megacoporaciones con potencia y poder que imponen las condiciones a quienes quieren doblegar y vencer. 

Ontología, epistemología, axiología, ética, praxiología y metodología deben ir unidas como es la propia realidad para llegar a comprenderla, interpretarla y actuar en consonancia al ideal bolivariano enfocado al socialismo en las condiciones particulares de Venezuela.   

Ya en estos años, iniciándose el siglo XXI, surgieron claros indicios de que la globalización neoliberal comenzó a dejar de ser ese proceso efectivo y universal de condiciones onerosas impuestas a nuestros pueblos,  como si lo fue en el siglo XX; y de que otros tipos de condiciones, generadas por otros tipos de actores en el mundo multipolar en formación y aprovechadas por muchos gobiernos, estaban aflorando en las relaciones internacionales, distintas a las impuestas por las megacoporaciones y actores imperiales norteamericanos, europeos o asiáticos.

En efecto, aquella Trilateral de los 70 que envalentonó a Washington, Bonn, Tokio, Londres o Paris fue perdiendo vigencia en las siguientes décadas,  ante el avance indetenible del mundo asiático liderado por la República Popular China y la ASEAN+3 con un desarrollo imponente de Vietnam, y después por el mundo euroasiático agrupado en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), donde de una u otra forma sus principales actores (con casi el 50% de la población mundial) lograron ir convenciendo a los restantes gobiernos de aceptar, en las relaciones entre ellos, los tradicionales principios asiáticos del Pancha Shila, sobre todo el del relacionamiento de provecho mutuo entre las naciones y el de la solución de los conflictos y controversias por la vía pacífica, la negociación y el diálogo, basados en relaciones de confianza mutua.

Y tan es así que este pasado 25 de mayo, Día de África, a la que rendimos honor desde esta tribuna, ocurrió otra muestra de las nuevas etapas globalizadoras en que entran los pueblos africanos y sus verdaderos aliados: se dio inicio a la más amplia zona de libre comercio e intercambio económico entre los pueblos, gobiernos y empresas africanas o establecidas en ese continente, con participación de 52 de los 55 países africanos estimulados, una gran mayoría de ellos, desde hace más de quince años, principalmente por las políticas bilaterales afro-chinas y en menor medida afro-brasileñas, pero también por la política de cooperación internacional con África de Cuba, incluida la ayuda militar a Etiopía en 1977 para evitar su desmembramiento y a Angola para derrotar en 1988 al invasor surafricano promotor del apartheid que abrió una nueva época para toda África, dos países hoy que marcan la pauta del crecimiento y desarrollo con democracia en el continente. ¿Cuán lejos están hoy los irredentos pueblos africanos de aquel oneroso congreso de Berlín de 1885 en que África fue repartida entre las potencias europeas? Solo la historia dirá la última palabra.

He aquí la génesis y núcleo central de la otra globalización que siguió el curso abierto por la Revolución Rusa a partir de octubre de 1917, avizorada por Carlos Marx y Federico Engels desde 1848 cuando convocaron: “Proletarios de todos los países uníos”.

Lamentablemente en nuestra región el imperialismo ha concentrado su atención con su potencial de castigos y premios, y sus poderes militares y violentos para revertir la unidad latinoamericana que se venía logrando, como fue la constitución de la CELAC. Precisamente fue Chávez quien al clausurar la sesión de constitución de ese organismo expresó:
“Pero el mundo ha cambiado y está cambiando dramáticamente, la globalización es un hecho que tiene en su base el desarrollo portentoso de la fuerza productiva, de la inteligencia, de la acumulación de capital, de la multiplicación de necesidades a escala como nunca pudo soñar el hombre, y la globalización está allí, pero globalización no es igual a justicia, a igualdad, a independencia, sino que la globalización tiene sus centros determinantes y diría, cada día menos da lugar a los débiles (…) para que los derechos de los débiles tengan cierto peso en el concierto mundial, hay que dejar de ser débil, y el único camino es juntarse, esta no es una lucha por una utopía, es la lucha por ser o no ser, este es el drama de nuestro tiempo” (Chávez, 20111203).

Tanto Fidel como Chávez comprendieron e interpretaron las grandes tendencias y dramas de la humanidad. Ocho años después de constituirse la CELAC, todo ello se sintetiza en ese majestuoso proyecto en ejecución para más de la mitad del mundo denominado la Franja y la Ruta, liderado por la República Popular China y que favorece, cada vez de forma más creciente, la globalización solidaria de la justicia y del provecho mutuo. Donde ya no son condiciones impuestas por un hegemón contra un subordinado sino condiciones negociadas entre Estados, reconocidos como iguales. No son las condiciones onerosas impuestas en la globalización neoliberal  sino condiciones de provecho mutuo y enfocadas con un sentido social en este tipo de globalización solidaria que no será la mejor o la más idónea pero si la más posible, viable y sostenible por quienes la practican.  “Los hombres no están en el mundo para autodestruirse, sino para ayudarse”, dijo Simón Rodríguez hace dos siglos y lo recordó hace veinte siete años Chávez en su Libro Azul.

Interpretadas así ambas configuraciones nos debemos situar en el plano de los estadistas, en la praxis de quienes cumplen el deber de todo revolucionario, hacer la revolución de forma plenamente consciente, uno de los objetivos de este Congreso. Por tal razón me permito citar al líder cubano más bolivariano y  martiano que hayamos conocido quien en un momento de reflexión colectiva semejante a este, y respondiendo una pregunta de una joven estadounidense:
“Un congreso como este que siembra ideas o trasmite ideas, desarrolla ideas, ayuda a formar en este gran mundo, en la inmensa mayoría del mundo pobre, la conciencia de las situaciones que estamos viviendo, los peligros que nos amenazan, la necesidad de superar esos peligros y la posibilidad de que después de esta globalización neoliberal venga una globalización solidaria, una globalización de la justicia” (Castro, 19990819).

Por ello es que Venezuela y su seguridad social, como cualidad, derecho y condición del pueblo, se encuentra en ese devenir de una Nación soberana, libre e independiente, sometida a presiones adversas, provenientes de los protagonistas impulsores de la globalización neoliberal y que por sus intereses, poder y cultura consumista intentan desestabilizar políticamente al país para tratar de lograr –según los inquilinos de la Casa Blanca-  el “cambio de régimen” en tanto realizan acciones para mermar el derecho del pueblo a la seguridad social que en esta Revolución ha adquirido un significado diferente al de décadas anteriores del capitalismo hegemónico, según el concepto gramsciano de hegemonía que asocia dominación con dirección.

Los capitalistas dominan en estructuras económicas y culturales pero no pueden dirigir los destinos del país porque el pueblo se empoderó y ejerce por doquier el principio de la autodeterminación y el de la independencia, aún cuando todavía estamos comenzando a organizarnos mejor para hacerlos realidad total.

Hoy siguen existiendo varias estructuras económicas, políticas, culturales y hasta jurídicas capitalistas pero no es un capitalismo hegemónico porque quien dirige la Nación y la mayoría lo apoya es un líder con pensamiento y acción socialista que continuó y persiste en cumplir el legado de Chávez consistente en seguir desestructurando viable y sosteniblemente el depredador capitalismo,  construyendo nuevas estructuras de poder y de gestión como el sistema de Misiones y Grandes Misiones, la red de nuevas universidades, un sistema de distribución equitativa de alimentos, una diversidad de movimientos sociales y el sistema de organizaciones y gestión política en torno al PSUV, al que se debe reforzar como lo dictaminó su IV Congreso, enfocado a garantizar el cumplimiento del Plan de la Patria 2019-2025.

Ahora, aún sometida la Nación a condiciones de la globalización neoliberal, la seguridad social en Venezuela ya es una propiedad o cualidad indiscutible de la sociedad venezolana, más que un derecho a ejercer que también es necesario. “Más allá de garantizar la salud –nos precisa Rios-, la seguridad social en Venezuela atiende las contingencias de: maternidad, paternidad, enfermedades, discapacidades, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda y cualquier otra circunstancia de previsión social” ha estimado el actual viceministro de Previsión Social del MPPPST (Rios, 2019).

Y por ello, la globalización neoliberal, entendida como todo un conjunto de condiciones creadas por los capitalistas y potencias imperialistas, con todo su red de megacorporaciones globales militares y paramilitares, financieras, comunicacionales, estructuradas en toda una compleja red de explotación y derroche de las oligarquías, no tiene tanto impacto en Venezuela como si lo tiene en otras naciones latinoamericanas, caribeñas, africanas, europeas y asiáticas donde varios de sus gobernantes se han rendido, han bajado las banderas que le otorga el derecho internacional público para ceder la soberanía y la independencia al imperio, aliándose a él para agredir a la resistente Venezuela y al mismo tiempo reducir los gastos sociales para favorecer precisamente a los gestores de la globalización neoliberal. Por tales mismas razones ya estamos observando cómo varios de esos gobiernos se van “secando” y dando lugar a otros ejecutivos, aunque todavía  diferentes solo en las formas y en sus demagogias.

En la filosofía de la emancipación comprendida por Chávez hay un discurso a los educadores graduados en Misión Cultura donde contrasta ambos sistemas sociopolíticos, que es otro argumento o presupuesto necesario en el estudio de la globalización y la seguridad social:
“Porque hay muchas formas de vivir, vivir muriendo, o como diría don Carlos Marx, una subvida. El capitalismo condena a la mayoría del humano, de los humanos, a la subvida (…). El socialismo libera, tiene que liberar, y tiene que crear las condiciones para la vida, además para la vida creciente (…) Cuando se trata de la vida, el socialismo, la Revolución socialista, el humanismo, debe producir un efecto, un movimiento creciente, creciente; creciente y creciente para siempre, cada día mejores condiciones de vida plena: vivir viviendo” (Chávez, 20110228).

Por ello, de lo que se trata no es sólo de resistencia, de patriotismo, de un nivel de independencia mayor, de la protección del Estado Bolivariano ante las lógicas contingencias que siempre aparecen en la realidad y en el imaginario popular, sino también de consolidar las convicciones ideológicas que apoyen la direccionalidad revolucionaria de los asuntos públicos.  “Las ideologías son ayudas de navegación  -expuso Chávez hace 27 años-  para surcar los tiempos y los espacios, dándole rumbos precisos a las sociedades y a las naciones” (Chávez, 1992).

Ya la ideología chavista se ha configurado como una poderosa totalidad de representaciones sociales compartidas por quienes buscan asegurar un proyecto político justo, equitativo y solidario, y hoy constituye la guía más eficaz y efectiva para trazar, ejecutar y poder corregir las políticas públicas nacionales y la política exterior, así como las estrategias revolucionarias que logren insertar con mayor fuerza el derecho del pueblo a la seguridad social, a aprovechar la globalización solidaria de la justicia, y lograr así que cada día más el derecho devenga en realidad, devenga en propiedad indestructible de cada ciudadano y ciudadana, y con ellos de la Nación como potencia, así como la visionaron nuestros queridos Comandantes Fidel y Chávez y hoy el Presidente Nicolás Maduro, quien se desvive y trabaja por consolidar la seguridad social bolivariana que es garantía  de la mejor salud y de poder controlar sus condicionantes nacionales y externos.

Muchas gracias, Hasta la Victoria Siempre,
Viviremos Viviendo y Venciendo.

Referencias

1.     Castro, Fidel (1999).- Discurso en Conferencia de Juventudes, La Habana, Cuba, enero de 1999.

2.     Castro, Fidel (1999).- Discurso en Congreso Globalización y Desarrollo, La Habana, Cuba, 19 de agosto de 1999..

3.     Chávez Frías, Hugo Rafael (2006).- Discurso en el III Aniversario del Frente Francisco de Miranda, 29/11/2006. Consultado en sitio web http://www.todochavez.gob.ve el 7/8/15.

4.     Chávez Frías, Hugo Rafael (2011). Discurso del 28 de febrero de 2011.

5.     Chávez Frías, Hugo Rafael (2011). Discurso del 28 de octubre de 2011.

6.     Chávez Frías, Hugo Rafael (2011). Discurso del 3 de diciembre de 2011 en la Constitución de la CELAC.

7.     Chávez Frías, Hugo Rafael (2012).-. Discurso pronunciado en la Avenida Cuatricentenaria, Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela. Concentración en apoyo al Candidato de la Patria Hugo Chávez en el estado Zulia. Consultado en sitio web http://www.todochavezenlaweb.gob.ve/todochavez/238-concentracion-en-apoyo-al-candidato-de-la-patria-hugo-chavez-en-el-estado-zulia

8.     Ríos, Rafael (2019).- Visión de la Seguridad Social en el proceso revolucionario socialista de Venezuela. mayo 06, 2019 Consultado en sitio web https://congresovenezuelaseguridad social.blogspot.com/2019/05/vision-de-la-seguridad-social-en-el.html

9.     Chávez Frías, Hugo Rafael (2012). Discurso 20 de octubre de 2012.

10.  Capote, IIeana (2004). La globalización y las políticas públicas medioambientales. Pag 379 en Una Ciencia Política desde el Sur, colectivo de Autores, Coordinadora General  Dra.Thalia Fung.   Editorial Felix Varela, La Habana, 2004.


(*) Doctor en Seguridad de la Nación. Profesor de las Maestrías en Derecho Internacional Público (UBV), en Relaciones Internacionales (UMBV), en Política Exterior de Venezuela (IAEDPG) y de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (EEI-UCV). Autor de la tesis doctoral “La macroestructura de sentido del discurso del líder transformador socialista”. Tutor y Jurado de Tesis de Postgrado.  Analista internacional y comentarista político en Telesur, VTV, RNV, YVKE, ANTV, Ávila TV, ViveTv, RT, Sputnik e Hispan TV. Co-Presidente de la Tricontinental de las Relaciones Internacionales y la Solidaridad (TRISOL) de Venezuela.

 

Conferencia ofrecida en el 
1ER CONGRESO NACIONAL SEGURIDAD SOCIAL 2019.
29 de mayo, Caracas, Venezuela.

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