jueves, 18 de octubre de 2018

La clave de esta época de cambio: el discurso electoral


La clave de esta época de cambio: el discurso electoral

Por Ernesto Wong Maestre

En esta “época de cambio” es ya común apreciar en Nuestra América lo cerrado que resultan las elecciones entre los candidatos del estatus capitalista y los emancipadores enfocados a un “mundo mejor” o al otro “mundo posible”. Esta mayor paridad en la correlación de fuerzas políticas y sociales tiene un enorme significado para las estrategias electorales, en primer lugar porque estas deben ser sostenidas durante todo el año y en segundo lugar porque las fuerzas emancipadoras y sus líderes deben abandonar las visiones restringidas del partidismo clandestino que irradian los métodos y vías de lucha en detrimento de la visión de pueblo constructor y bloque histórico que dé sustento a la conformación de la masa crítica necesaria para cada etapa del proceso emancipador, como bien lo visualizó Hugo Chávez, lo refirió en varias ocasiones, y lo aplicó hasta su último minuto de vida política, en particular cuando optó -ante un posible fatal desenlace-  por proponer a la Nación, de forma pública por televisión y muy magistralmente argumentado, “votar por Nicolás Maduro”.

Fue tan sólida la argumentación del Comandante Supremo que meses después su candidato salió victorioso, ante una aparente imposibilidad de continuar por el camino revolucionario sin el líder que lo fundó, lo condujo y lo consolidó con obras sociales y poderío internacional para integrar y establecer alianzas orgánicas.  Pero lo cambios de la conciencia social no ocurren al mismo ritmo que el de las medidas políticas tomadas por un gobierno enfocado a la emancipación social, y tampoco en todos los sectores las medidas causan el mismo significado debido a una variedad de causales. De ahí lo cerrado que están resultando las votaciones en elecciones presidenciales. He aquí uno o quizás el mayor de los grandes problemas que el líder con su discurso emancipador debe sopesar muy casuísticamente en cada acto político durante todo el año y en particular durante la campaña electoral.

Componentes a considerar

En el proceso comunicativo de una campaña electoral, sobre todo presidencial, intervienen varios componentes muy significativos respecto al éxito o el fracaso de una o un candidato, en particular los elementos disponibles para poder comunicarse con el pueblo elector, es decir, para persuadir a quienes tengan opiniones diferentes a las de él o poder lograr identificarse y lo reconozcan pertinente para el cargo con los que comparten sus mismas opiniones acerca de los ingentes problemas que aquejan a la sociedad, sea en una donde predominan las ideas capitalistas (individualismo expresado en egoísmos, ambiciones, avaricias, desinterés por la problemática social, negligencia administrativa en el sector público) o en una sociedad enfocada a las transformaciones sociales porque disponen de un gobierno que ha logrado junto a una parte de ella construir la hegemonía transformadora, aún cuando coexista el individualismo atroz, heredado del capitalismo, en pleno choque con el ideal comunitario, en  proceso de surgimiento.

En ambos tipos de sociedades no solo hay problemas ingentes a identificar por lo votantes sino también la necesidad de reconocer en el candidato o candidata a apoyar, sus estrategias de políticas públicas válidas para afrontar y solucionar esos problemas.  En tal reconocimiento el discurso es clave y decisivo, por lo que es insustituible en esta época de cambio y de resistencias de diverso signo.

Cinco dimensiones y el eje orgánico articulador

Siempre, en todo los casos, los sectores sociales que han tenido un peso significativo en las elecciones son los que en torno a ellos se construyen, o debieran construirse, las decisiones de la campaña electoral de cada candidato o candidata, en particular acerca de cinco dimensiones, cada una con pesos significativos diferentes en las decisiones de los electores: 1) qué módulos informativos se disponen acerca del pensamiento (expectativas, necesidades naturales y superiores, esperanzas, gustos y sus prioridades) de los electores; 2) qué composición estratégica y técnicas argumentales utilizar comunicativamente para cada segmento; 3) qué tecnologías de comunicación usar para cada sector y subsector; 4) qué medios de comunicación emplear en cada caso anterior; y 5) qué lugares y momentos se deben planear para efectuar la más eficaz y eficiente comunicación con cada uno de los sectores significativos identificados ya que espacio y tiempo son dos aspectos de la realidad inseparables o indisolubles.

En las cinco dimensiones hay un elemento transversal que regularmente no lo tienen en cuenta los asesores de campaña o el propio candidato o candidata y resulta clave para lograr el fin de su campaña: la estructura de sentido del discurso y la adaptación o ajuste del discurso como narrativa y texto que éste logre hacer en cada una de las cuatro dimensiones para poder establecer una comunicación efectiva con los integrantes de cada segmento social al cual se dirige comunicativamente. Si se adopta la definición de comunicación elaborada por Fernando Buen Abad en su magistral obra de filosofía (1) el candidato debe reflexionar sobre lo que es la comunicación y sobre lo que él debe lograr con su discurso para que haya comunicación. Al respecto, en Cuba con Fidel Castro o en Venezuela con Hugo Chávez se tienen dos legados discursivos de trascendental significado para sus procesos emancipatorios (2).  

De manera que entre los componentes que dispone un candidato o una candidata para lograr su fin de ganar electoralmente y sus objetivos correspondientes están presentes, de una u otra forma o con una u otra magnitud, todos esos elementos de cada una de las cinco dimensiones y todos mediados por la capacidad y competencia del discurso del candidato o candidata para ganar nuevos adeptos o fortalecer las disímiles tipos de lealtades hacia su candidatura. En los países con sistemas capitalistas, el candidato o la candidata de las fuerzas emancipatorias debe evaluar en su estrategia discursiva el alto nivel de incremento del individualismo logrado por las políticas neoliberales en todas las esferas de la vida, desde la economía con que se reproduce la población hasta la educación con que se forma la conciencia o el propio mundo de la vida (cultura, subjetividad y mundo social) de cada quien, con el que actúa en la vida cotidiana, en este caso para aceptar o comprender las propuestas en el discurso de un candidato o de una candidata.

El individualismo es el eje orgánico, por su acción ideológica transversalizadora en el sistema de dominación, y articulador con alto significado político. A los amplios segmentos sociales que no les interesa o no les produce ningún significado que un proyecto político reduzca la pobreza o que a sectores desprotegidos se les facilite salud o educación gratuita, lo que en ellos o ellas está incidiendo con fuerza determinante es el individualismo orgánico articulador (IOA) arraigado en ellos y ellas del “sálvese quien pueda” o “allá tu con tus problemas” o “ese no es mi problema” ya que son frases contribuyentes a la reproducción del sistema capitalista por su connotación para la vida social contraria al ideal comunitario.

Para la mayoría de los sectores sociales, el líder del discurso emancipador debe poner el principal acento 1) en aquellos problemas que afectan a la familia y al ser individual y que no se contrapongan o invisibilicen el ideal emancipador, y 2) en sus estrategias para reducir la burocracia, eliminar la ineficiencia administrativa o combatir la corrupción, siempre desde una perspectiva genético-política, es decir, abordando los orígenes, sus desarrollos y las estrategias concretas de solución viable y oportuna de manera que se haga comprensible para que ese ciudadano o ciudadana impregnada de individualismo le crean y le apoyen. En una intervención televisiva para todo el país, el discurso emancipador debe equilibrar las referencias a los problemas coyunturales y estructurales, entre los problemas de impacto individual como son los problemas de los servicios públicos y los problemas estructurales de compleja solución, y derrotar con potentes argumentos las estrategias adversarias del oligarca si este las expone o cuestionar la ausencia de ellas o las contradicciones inmanentes que deben develarse. Y todo empleando un lenguaje cotidiano, del habla popular, y cuando se tenga necesidad de usar un concepto abstracto como “neoliberalismo” o “fascismo” se debe proceder a definirlo con claridad y precisión porque de lo contrario se crean obstáculos a la comunicación al no haber entendimiento y comprensión.    

El desequilibrio debe contrarrestarse con sólidos argumentos

Por ello, en los proceso electorales actuales, en particular en los que vienen realizándose en países capitalistas de América Latina, la disparidad o desequilibrio de poder en las cinco dimensiones de este análisis entre las fuerzas políticas insertas en las contiendas electorales para lograr sus fines en el marco de la democracia representativa, viene favoreciendo a las candidaturas de aquellas personalidades que se ganan el apoyo de los gobiernos de EE.UU y por tanto de su red de agencias e instituciones orgánicamente articuladas que forman el complejo militar-financiero-comunicacional (CMFC).

Desde ese complejo de dominación se viene investigando, tanto el decursar del proceso revolucionario de Venezuela como los procesos electorales que cambiaron desde 2003 el panorama político latinoamericano y caribeño (principalmente de Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Uruguay, Honduras, Perú y El Salvador), así como los realizados en aquellos países donde pudieron fortalecer su hegemonía como son los casos de Colombia y Chile. De todos extrajeron experiencias y nuevos conocimientos de cómo preparar candidatos o candidatas proestadounidenses o proimperiales para ganar nuevas elecciones o  de cómo derrocar los gobiernos “incómodos” y “cambiar el régimen”, tal y como ocurrió en 2009 en Honduras, en 2011 en Paraguay o en 2016 en Brasil, y seguir intentando hacer lo mismo en Venezuela que hicieron contra el entonces presidente Hugo Chávez Frías entre 2000 y 2012, y luego contra el mandatario electo popularmente, Nicolás Maduro Moros, desde 2013 hasta el día de hoy.

Dinámica de la correlación de fuerzas emancipadoras y conservadoras

Las diferencias de lo que en definitiva ha ocurrido entre Venezuela y los otros casos es que el proceso revolucionario cuenta con condiciones propias que le favorecen, entre ellas a) la voluntad política emancipadora del liderazgo y de la masa crítica popular que se ha ido formando y la hace realizable;  b) la unidad cívico-militar fundada en una concepción de seguridad y defensa integral de todo el pueblo, y c) las propias riquezas naturales de Venezuela que si bien causan ambiciones imperiales permiten crear la base económica para la realización de la voluntad y el sustento defensivo antimperialista y antioligárquico.

Todo el potencial del CMFC entra en juego ante cada caso de proceso electoral y el poderío se emplea, por un lado, para hacer que la mayor parte de la sociedad se identifique con su candidato o candidata, sea en Chile, Colombia, Argentina, Paraguay o Brasil que le proporcione mayores ventajas geopoliticas y geoestratégicas dado el enfrentamiento de este CMFC de EE.UU con China y Rusia; y por otro lado, todo el poder violento armado o financiero y mediático se utiliza en función de construir una imagen del gobierno venezolano que sea dañina para tomar como referente político o social por esos grandes segmentos sociales que ya han sido coptados o atraidos por vía televisiva, radial o digital para reproducir en ellos el individualismo enajenante y orgánico al capitalismo, como eje central de todas las piezas comunicativas lanzadas con potente capacidad tecnológica para determinar su comportamiento electoral.

Por supuesto, como la realidad venezolana es diferente a como se le difunde  por la red de medios subordinada al imperio, hay una parte significativa (millones) de esas sociedades conocedoras de esa realidad, principalmente a través de internet y las redes sociales que no apoya ninguna política exterior de enfrentamiento con Venezuela pero sus posturas son casi invisibilizadas por el gran capital mediático, al mismo tiempo que hay otra parte de signo ideológico contrario al bolivarianismo, también significativa, pero que no apoya -por inviable en el corto plazo para sus intereses- la intencionada idea del gobierno de EE.UU, secundada por sus candidatos o candidatas, de hacerle la guerra armada a Venezuela, aunque sí apoyan seguir presionándola, creándole otras condiciones adversas a la estabilidad y difundiendo intensamente las imágenes antivenezolanas preconstruidas por los laboratorios yanquis de guerra, de manera que la menor cantidad posible de la población se identifique con el líder venezolano y con el proceso bolivariano.

Este último objetivo es uno de los que con más ahínco y viabilidad busca lograr el CMFC, también porque en la misma sociedad estadounidense y otras del continente viene incidiendo, cada día más en los procesos electorales, el camino emprendido por Venezuela desde 1999.

Abordar cada una de las cinco dimensiones, diagnósticar las problemáticas y elaborar estrategias políticas o tecnológicas comunicacionales antioligárquicas para cada caso resulta imposible en este corto espacio por lo que solo se pondrá el acento en el eje mediador de todas: el discurso con que se lograr interaccionar con los segmentos sociales votantes.

Discurso y pensamiento del diverso electorado

En primer lugar, debe reconocerse la estrecha relación entre las/los candidatos y sus equipos asesores de las oligarquías con el  CMFC de EE.UU a través de sus embajadas, consulados, misiones ad hoc y corporaciones o megacorporaciones. Esta relación es también triádica, es decir, en los planos 1) violentos militares-paramilitares-policiales, 2) financiero-comercial y 3) mediático-promocional. Y a través de ella se nutre a sus candidatas o candidatos de apoyo financiero y sobre todo de información que contribuya a formar opiniones según sus intereses para lograr el comportamiento electoral deseado.

Desde el control del denominado Big Data (sobre el pensamiento y sus expresiones mencionadas en la dimensión cuatro) relativo a cada país y a su población, donde se desarrolla el proceso electoral hasta la forma de poner esa información en función de los objetivos discursivos, son capacidades que tienen actualmente las/los candidatos proimperiales (tipo Piñera, Macri, Duque o Bolsonaro) y que en modo alguno disponen las/los candidatos opuestos al camino neoliberal para solucionar los graves problemas sociales.  Los primeros hacen girar todo o la mayor parte de su discurso sobre los ejes problemáticos multidimensionales (terrorismo, corrupción y burocracia) que más atraen a la ciudadanía de las sociedades capitalistas porque son de impacto multidimensional, multisectorial y de afectación personal y familiar pues así queda de manifiesto en las redes sociales, los correos electrónicos o en las páginas web con espacios de comentarios, siendo estos, junto a los gustos comerciales y las visiones de vida, los principales instrumentos y objetos de control para conformar la Big Data de las poblaciones de cada país. Y sobre ello elaborar las estrategias comunicativas combinándolas con las operaciones encubiertas que den soporte real a lo que difunden los medios y hacer creíble lo que muchas veces es virtual o inducido a la fuerza.

Es una disparidad que debe abordarse –en esta época de cambio- con mucho talento por los candidatos o las candidatas del pueblo emancipador pues ese desequilibrio comunicacional está decidiendo el desenlace final en las elecciones.


Notas

(1) Buen Abad, Fernando (2012). Filosofía de la Comunicación, editorial Vadell y Hnos, Caracas 2012.
(2) Wong Maestre, Ernesto (2018). Tesis doctoral “La macroestructura de sentido del discurso del líder transformador socialista”, Doctorado en Seguridad de la Nación, Universidad Militar Bolivariana de Venezuela (UMBV), Caracas 2018.

viernes, 5 de octubre de 2018

Conciencia, ciencia y organización ante las amenazas a la paz. 5-10-18


Conciencia, ciencia y organización ante las amenazas a la paz  

Por Ernesto Wong Maestre (*)

Reflexiones introductorias
Uno de los problemas más agudos de la etapa de tránsito de sistema sociopolítico-económico en la Rusia Soviética para las fuerzas propulsoras de las transformaciones fue el “espontaneísmo” como corriente política en las fuerzas bolcheviques que de una u otra forma frenó el ritmo de las acciones para la toma del poder y luego para las necesarios cambios en la primera década en el poder (1917-1927), aunque para combatirlo ideológicamente se propició la formación de un rígido sistema político (sin distinguir espontaneísmo de iniciativa espontánea del pueblo a la que siempre exhortaron Marx y Lenin). Ello estuvo condicionado también, significativamente, por las amenazas y agresiones externas de naturaleza imperialista que con el tiempo fue apagando el fuego interno de la rebeldía popular y cortó en muchos sectores del desarrollo social y científico el ímpetu comunitario espontáneo, necesario y organizado para vencer la herencia capitalista semifeudalizada y los planes anticomunistas del imperialismo. La desestructuración de la Unión Soviética, siete décadas después de su formación, provocó el surgimiento forzoso de gobiernos proestadounidenses en los países liberados por los soviéticos y soviéticas del facismo alemán e italiano, y que hoy, paradojicamente muchos de ellos, forman parte de la OTAN por tener gobernantes que siguen siendo leales, como antes, a sus verdugos.  
Si una de las premisas de Fidel, Che y Chávez para la construcción del socialismo es que -a diferencia de otros sistemas- este debe ser resultado de una actividad transformadora consciente, resulta evidente que la burguesía, en cualquier país que se emprenda esa tarea, se dedica a obstaculizar de diferentes formas y por diversas vías la formación adecuada de la conciencia del pueblo, al menos la conciencia necesaria para impulsar el tránsito al socialismo. Resulta una actividad consciente cuando se van dominando las fuerzas retardatarias con la realización de proyectos socialistas y cuando se van elliminando de forma consecuente la "herencia capitalista" objetiva y sobre todo la subjetiva que es muy significativa en un proceso democrático participativo y protagónico -como es el venezolano-  con presencia física en todos los ámbitos, junto al pueblo combatiente, del ser burgués o del ideario individualista asentado en la propia cultura popular y hasta en mucha legislación. Esa contradicción la previó y la alertó el Che cuando se refirió a la “herencia capitalista” contra la que se debe luchar y que es otra de sus premisas de la construcción socialista, sobre todo en esta etapa de tránsito.
Es necesario reconocer que desde 1819 ya Bolívar preveía el ideal socialista sin nombrarlo pero expresado en la virtudes que destacó El Libertador cuando dijo a los legisladores:

“Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia”.

No está de más resaltar que todo lo subrayado en negrita son procesos generados por las estructuras psíquicas de la personalidad que configuran tanto el comportamiento como la conciencia con la cual se analiza-sintetiza, se decide y se actúa -con afectividad, conocimiento y metacognición-  en la praxis. Unos de esos procesos son a veces consecuencias, y en otras ocasiones actúan como condicionantes o significantes con fuertes sentidos políticos para la acción.
La conciencia, el proceso transformador y las amenazas
En fin, desde la época del Libertador Simón Bolívar hasta la del líder chavista y Presidente Nicolás Maduro, el gran problema de una revolución es transformar las conciencias en tanto se transforman las estructuras capitalistas. Pero si se carece de la filosofía marxista-leninista (enriquecida como unidad indisoluble por varias generaciones de pensadores y líderes revolucionarios del mundo, que es hasta ahora la única concepción integral que ha corroborado en la praxis las contradicciones y mostrado el destino desastroso y depredador del capitalismo que requiere transformarlo) transitar la vía hacia el socialismo se hace un proceso muy complejo aunque nunca imposible si se mantiene el pueblo en el poder del Estado acompañado y fortalecido por la unidad cívico-militar, como  ocurrió en China, Cuba, Vietnam, Corea del Norte y otras naciones. Ya lo decía V.I.Lenin: “la teoría sin práctica es nula pero la práctica sin teoría es ciega”. La globalización o mundialización alcanzada por la humanidad exige resemantizaciones de conceptos y de teorías enriquecedoras del marxismo para abordar con éxito las tareas sociales transformadoras ante el histórico potente enemigo de la humanidad como lo es el imperialismo que no deja de argüir estrategias violentas, financieras y comunicacionales, fuertemente integradas, para reforzar su poder de dominación.
Los líderes socialistas chinos -comprensivos de la cruda realidad por la que atraviesa “el tigre de papel”- enfocan su praxis con el fortalecimiento de la organización de la militancia partidista y la visión de “la triple representatividad” y en lo externo con la construcción global de una “comunidad de destino compartido” mediante el proyecto de “la Franja y la Ruta” que va creando condiciones significativas para ir logrando  el desarrollo integral en cada país beneficiado.
En el caso del socialismo vietnamita, al comenzar la etapa de reconstrucción nacional, luego de derrotar militarmente a EE.UU y unir a todo Vietnam, se trazó en 1978 un proceso de renovación (Doi Moi) que también fue desencadenante de numerosas transformaciones. No pocas experiencias se han aportado al ideal socialista. Después de cuarenta años de praxis transformadora es que la revolución vietnamita intensifica con denuedo la acción por elevar de forma universal la seguridad social, ahora apoyándose en un impetuoso crecimiento económico de rango mundial y en la voluntad mayoritaria de alcanzar el ideal del Tio Ho de construir un país “mil veces más hermoso”.
Por su parte, el liderazgo fidelista en las actuales circunstancias, soportado por un heroico pueblo resistente al férreo bloque comercial, económico y financiero impuesto por los gobiernos de los EE.UU por casi sesenta años, está dirigiendo el proceso constituyente popular hacia la preparación y luego aprobación en referendo de una nueva Constitución enfocada a consolidar el socialismo, con la más amplia participación, tipos de propiedad sobre los medios de producción, política exterior internacionalista-antimperialista y bajo el liderazgo del Partido Comunista que son cinco amplios principios en torno a los cuales se da la conviviencia pacífica y segura que caracteriza la Cuba de hoy.
En Venezuela, se transita un proceso revolucionario sui géneris como también son los mencionados anteriormente, y ninguno de ellos deja de reconocer que traspasar la etapa socialista y alcanzar el sistema ideal planteado por Marx y Lenin, debe ser una tarea en que esté inmersa la mayor parte de la humanidad con las riendas en sus manos del poder del Estado en cada país. Solo así se podrán trazar los nuevos derroteros y fines soñados desde Saint Simon hasta Fidel Castro o Hugo Chávez. Algunas particularidades de la construcción bolivariana se abordarán más adelante.
Para ser comprendidos y correctamente interpretados los procesos antes referenciados, se debe considerar profundamente la dialéctica revolución-imperialismo y el significado que para ambos polos tiene la actual correlación de fuerzas mundiales entre las naciones que aspiran a un mundo mejor y aquellas que batallan por mantener sus privilegios alcanzados en el mundo que va feneciendo aceleredamente como consecuencia de las agudas contradicciones generadas por el capitalismo y la voluntad expresa de los pueblos, ante todo históricamente explotados; también de aquellos que reconocen y comprenden la desigualdad social reinante en las otroras “economías de bienestar”;  y de aquellos sectores inconformes por no poder seguir llevando el modo de vida derrochador y dispendioso que les animaba la vida en sus países “desarrollados”.
Hoy se pueden vislumbrar las líneas centrales de la política exterior del gobierno de EE.UU y hasta ciertas tendencias de sectores de poder latentes en el panorama estadounidense. Contener por todas las vías posibles el avance de China, Rusia, India, Brasil y Suráfrica que avanzan en los continentes ocupando espacios económicos con normas consensuadas con los actores estatales; fortalecer la presencia estadounidense en cualquiera de los ámbitos en las zonas fronterizas a Rusia y China, en particular los países exsoviéticos, Venezuela, Corea del Sur, Vietnam, entre otros;  alentar los conflictos sociales en general de esos países priorizados, en particular los interétnicos y fronterizos que generen preocupación e inversiones armamentistas como fuentes de ingreso para sostener la política exterior bélicista; presionar cada vez con mayor intensidad a las start up para hacerlas regresar o lograr que se establezcan  a EE.UU; aplicar todas las herramientas (desde las comunicaciones directas, el uso de mercanarios o sicarios, hasta las operaciones encubiertas o de bandera falsa) con que puedan confundir, chantajear o sobornar a personalidades de los ámbitos militar, financiero o comunicacional y someter al trabajo intenso de producción y difusión de fakes news mediante pagos a voceros, periodistas, productores, guionistas, entre otros, en función de los objetivos cimeros de recomponer la supremacia mundial estadounidense.
Una amplia gama de contradicciones sociales, económicas y políticas se desarrollan mundialmente en el contexto de una cuarta revolución científico-técnica que por ser de naturaleza digital de más amplio acceso individual impacta de diversas formas y direcciones en las sociedades, los Estados y las comunidades regionales y comunidad universal. Los líderes socialistas de China, Vietnam, Cuba y Venezuela están consciente de esos procesos y se proyectan en consecuencia.     
Ejemplaridad y comunidad de acción organizada ante los retos
Por todo ello, es pertinente recordar esas palabras de Carlos Marx, el primer científico de la construcción del socialismo: "En la ciencia no hay calzadas reales y quien aspire a remontar sus luminosas cumbres tendrá que escalarla por senderos escabrosos". Ciencia, conciencia y retos son tres componentes claves en la construcción consciente del socialismo. Retos son esos caminos, senderos o rutas preñadas de obstáculos y abismos, implantados por las burguesías y reforzados por el imperialismo, y son los que el materialismo dialéctico e histórico, interpretado a la luz del siglo XXI, ayuda a afrontar y salir airosos. Cuando Marx prologó así su 1er Tomo de El Capital –después de varios años de investigación y praxis-  ya había perdido algunas de sus hijas por hambre mientras concluía su obra para la posteridad socialista. Ese es el desprendimiento como virtud, el mismo que llevó a Bolívar a entregar su fortuna para la causa de la independencia. Igualmente, Che dejó toda la "comodidad" de los Ministerios y antes de marchar hacia África y luego a Bolivia, todos los domingos se iba a las fábricas a trabajar con la clase obrera, la que motivaba con su ejemplo y la movilizaba continuamente. Che cumplió su palabra de dar todo por la Revolución e hizo realidad su histórico llamado: "bienvenida sea" la muerte si la obra socialista continúa.
Esos senderos escabrosos que mencionó Marx hace casi dos siglos, hoy son también esos escollos, falsedades, mentiras, sofismas, instrucciones malsanas, chantajes, sobornos, e incluso neopositivismo en las academias e individualismo atroz en el comportamiento, de personajes tenebrosos que el imperio y su neoliberalismo instaló y mantiene en la política y también en contra de la enseñanza dialéctica en las universidades, centros de investigación, ministerios, medios de comunicación, productores de cine, y en instancias de recursos humanos de instituciones con el único fin de potenciar el ideal individualista sobre el ideal comunitario. Si esa contradicción no se resuelve desde la propia conciencia de cada quien -ante todo de los y las que dirigen a todos los niveles- y la dirección de la Revolución tarda en resolverla con normas, proyectos y operaciones estructurantes comunitarias, plenamente conscientes por parte de quienes dirigen, coordinan y participan, el camino y ritmo del tránsito se hará más lento al que debería tener después de diecinueve años de proceso revolucionario. Para lograr potenciar el ideal comunitario se requiere elevar los niveles de organización y de legitimidad de acción a nivel de base de la militancia bolivariana.
Luego de veinte años de revolución social, está necesitándose en Venezuela la profunda mediación, necesaria y suficiente, entre las esferas de dirección de la Revolución y la praxis transformadora del pueblo que es -ante todo- la acción viable, autosostenible e integral de la militancia revolucionaria organizada, de esos 6 millones de votantes consecuentes con el rumbo revolucionario para que de forma eficaz y eficiente conviertan cada espacio institucional o comunitario en polos de transformaciones sociales integrales, tanto objetivas como subjetivas.
El líder bolivariano, Nicolas Maduro, ha identificado la organicidad de la militancia como una necesidad insoslayable y así lo expresó recientemente en una de las plenarias del IV Congreso del PSUV. Es crucial que los cambios de las formas de propiedad en los medios de producción o de distribución deban ir acompañados de la profunda comprensión social por todo el “bloque histórico” que los genera; también del cambio de las opiniones perjudiciales a la Revolución y concepciones erróneas sobre el liderazgo bolivariano en segmentos significativos para las transformaciones del país; así como por el cambio de visiones acerca de las estrategias a emplear que permitan engrosar más las filas de vanguardia y lograr que se potencie masivamente el ideal comunitario, no solo con normas, decretos y leyes que son necesarios sino también con proyectos y acciones cotidianas en que las comunidades puedan mostrar a diario su potencial y ejercer su poder de forma legítima que significa contar con respaldo social, jurídico, comunicacional y policial-militar.
En eso se está y hay que lograr la concientización masiva de ello con un discurso estructurado (1) con sentido histórico, patriótico y socialista de forma semejante al de Lenin, Mao, Fidel y Chávez que fortalece al convencido, persuade al incauto y convence al testarudo honesto o al ciudadano o ciudadana políticamente neófita debido a la exclusión capitalista de que fue víctima. Es la labor cotidiana que sobre todo el complejo imaginario social debe realizar la militancia revolucionaria organizada y apertrechada de lo más avanzado de la ciencia y la tecnología en esta época digital. La forma en que se organice -ajena a las formas espontaneístas desmovilizadoras- debe estar dirigida a garantizar el cumplimiento de esas tareas de conciencia y de aplicación de las ciencias para lograr una economía productiva, una mayor seguridad social con estabilidad política y felicidad hacia el desarrollo integral que les dará el necesario sustento definitivo.
Chávez cumplió, hasta su último segundo de vida, con Bolívar y Zamora, con todos los que ofrendaron en Venezuela su vida por la revolución en los últimos cien años, con Sandino, Che, Allende, Bishop y Fidel, tanto en la práctica como en la teoría revolucionaria aportada en sus discursos y escritos. Todos los revolucionarios venezolanos y residentes hermanos y hermanas siguen haciendo la Revolución, juntos y unidos, como la hicieron sus mentores políticos que hoy están en la gloria, y como hoy la conduce, cada día con más experiencia, conocimientos y razones, el Presidente de la Nación y líder popular, Nicolás Maduro Moros. A él se debe ayudar y respaldar porque hace posible lo que para muchos parecía imposible. Y lo hace con el pueblo, empleando esfuerzo, sacrificio y pasión en cada tarea, para enfrentar de forma talentosa, virtuosa y valiente ese poderío imperial y capitalista amenazador de la paz que está condenado históricamente al fracaso por inhumano, enajenante y depredador.  
Notas
(1) De la macroestructura de sentido de los discursos de los líderes transformadores socialistas versó la tesis doctoral del autor defendida y aprobada en la UMBV el 15 de junio de 2018 y sobre la cual se ofrecerán seminarios y talleres.


(*) Profesor de las Maestrías en Derecho Internacional Público (UBV), en Relaciones Internacionales (UMBV), en Política Exterior de Venezuela (IAEDPG) y de la Licenciatura en Relaciones Internacionales (EEI-UCV).  Doctor en Seguridad de la Nación 2018.  Autor de la tesis doctoral “La macroestructura de sentido del discurso del líder transformador socialista”. Analista internacional e comentarista político en Telesur, VTV, RNV, YVKE, ANTV, Ávila TV, ViveTv, RT, Sputnik e Hispan TV.


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