Por Ernesto Wong Maestre
9 de octubre de 2009
Cuando el Papa Benedicto XVI ofreció la primera misa en el
contexto del II Sínodo de Obispos para África, iniciado ya hace varios días
atrás pero quince años después del primero, y resaltó lo que consideró los
valores de África y las amenazas que enfrenta, quizás ya el Papa había previsto
la carga de rebelión acumulada en quince años de neoliberalismo y
neocolonialismo en África, incrementada en la década de los noventa, esa que,
según he dicho anteriormente, fue el tiempo en que el imperialismo trató, con abierto
optimismo y envalentonado, de secuestrar los sueños de los pueblos, y que ahora,
hasta en las declaraciones del obispado africano se presienten que los sueños
no pudieron ser robados.
Los obispos africanos (197 asistentes) y unos cuarenta de otras
latitudes, vienen abordando los problemas del continente bajo el lema: 'La
Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y la paz.
Vosotros sois la sal de la Tierra, vosotros sois la luz del mundo'.
DESDE LA CÚPULA PAPAL
Benedicto XVI ofreció algunas ideas a manera de lineamientos para
los obispos y se refirió a la 'nueva evangelización' a realizar por la Iglesia
Católica que tenga en cuenta 'los cambios sociales' y 'la globalización'.
«África es depositaria -dijo Benedicto XVI- de un tesoro
inestimable para el mundo entero: su profundo sentido de Dios». Un tesoro del
que se habla muy poco y que corre el riesgo de ser arrebatado por el nuevo
colonialismo de los países ricos' dados los recursos naturales existentes en
África, y que -según afirmó el Papa- 'siguen siendo fuente de explotación, de
conflictos y de corrupción». El Papa -durante la misa inicial- diagnosticó como
'patología peligrosas' que amenazan a África, ese 'inmenso pulmón espiritual'
del mundo, al 'materialismo' y al 'fundamentalismo', sin precisar mucho lo que
por tales conceptos se debe entender. La ambigüedad, en estos casos, favorece a
quien trata de rodear y no llegar a las raíces de los problemas.
Según Benedicto XVI 'el materialismo, combinado con un pensamiento
relativista y nihilista' fue 'exportado' por 'el mundo occidental' con el
colonialismo que -según el Papa- 'no ha concluido del todo' mientras que el
'fundamentalismo religioso' es expandido por grupos que se refieren a diversas
pertenencias religiosas.
Por otra parte, el Papa se refirió a un polémico tema en África
ante casi 200 obispos africanos que se encontraban entre los asistentes: 'la
familia basada en el matrimonio legitimado por la iglesia', el cual tiene como
contexto lo que significa abordar el tema central del evento relativo a 'La
Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz', con
lo cual situó en la opinión pública africana su atención hacia el vínculo
directo entre matrimonio e iglesia católica, algo distante de las costumbres y
la multiculturalidad de la mayor parte de la población africana. Algo que puede advertirse rápidamente por el
conocedor del mundo africano y que los obispos se encargarían de colocar sobre
el debate.
En efecto, después de varias sesiones, el clima del Sínodo se
aprecia tenso aunque no exento de esperanzas, ni de liberación de culpas.
Parecen confesiones más que críticas pero a su vez parecen más campos de
conflictos que confesionarios pues están siendo escenarios de claras batallas
de ideas con profundas raíces anticolonialistas y muy apegadas a la actual
realidad emancipadora africana. Véanse
algunas declaraciones y se apreciará la confrontación abierta y sin muchos
tapujos, por supuesto, sin llegar a las verdaderas causas de los problemas.
DESDE BURKINA FASO
Por ejemplo, Philippe Ouedraogo, arzobispo de Ouagodougoy, Burkina
Faso, manifestó que África rechaza las prácticas 'legalmente reconocidas en Occidente'
del aborto, de la homosexualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo y
la eutanasia y acusó a los medios de comunicación occidentales de intentar
imponer el 'pensamiento único' de Occidente.
El arzobispo burkinés Ouedraogo precisó que radios, sitios de
internet y televisiones occidentales están 'condicionadas' por los poderes e
intereses económicos. Todos ellos difunden 'a posta' en este mundo global
'programas que pretende visiblemente imponer el pensamiento único de Occidente'
y afirmó que eso se vio con el 'escándalo mediático' organizado con motivo del
viaje de Benedicto XVI a Camerún y Angola (cuando rechazó el uso del
preservativo contra el Sida). 'Fue un patético ejemplo', precisó.
Burkina Faso es uno de los países africanos sin costas, colonizado
por Francia hasta los años sesenta del siglo pasado, nombrado colonialmente
“Alto Volta” y que en la década de los 80 fue cambiado su nombre por el actual
y profundamente impactado por la obra y pensamiento del joven militar Thomas
Sankara (llamado también el Che africano) quien fue un presidente de amplia
proyección social, hasta su sospechosa muerte por “accidente” de aviación, algo
parecido a lo ocurrido al líder Samora Machel, a Jaimes Roldós o a Omar
Torrijos, precisamente cuando el viejo Bush era Vicepresidente del gobierno de
Reagan.
DESDE NIGERIA
Casi tan diáfano y directo como Ouedraogo fue el cardenal Anthony
Olubunmi Okogie, arzobispo de Lagos, capital de Nigeria, quien denunció que
“los recursos necesarios para el desarrollo de la sociedad africana están
siendo saqueados por los 'neocolonizadores' del mundo desarrollado.
Es conveniente recordar que Nigeria -miembro de la OPEP por su
gran producción petrolera- está transitando por momentos de alta inestabilidad
debido al contraste social, apreciado tanto por los yorubas, como los
haussa-fulani o los ibo (las tres etnias más grandes del país más poblado de
África), por el polo de las amplias riquezas naturales no renovables explotadas
por empresas francesas, inglesas, holandesas y estadounidenses, y por el otro
polo, el deteriorado nivel de vida de la gran mayoría de los 138 millones de habitantes
de Nigeria. No es casual que los movimientos rebeldes opuestos al status quo de
las transnacionales hayan provocado la reducción de la producción petrolera en
dos tercios de su producción potencial, según recoge Bill Powell en un análisis
reciente para CNN.
DESDE EL CONGO
Más del sur y de la conflictiva y rica zona oriental de la cuenca
congolesa, cercana a los región de los grandes lagos, fronteriza con Uganda,
Ruanda y Burundi, llegó para denunciar, el obispo Nicolas Djomo Lola residente
en Tshumbe, República Democrática del Congo, quien centró sus denuncias en la
acción saqueadora de las transnacionales a costa de explotar para sí las
diferencias étnicas de la región. 'Deploramos que la comunidad internacional
-dijo Djomo- no haga lo suficiente par poner fin a estas guerras y a esas
violencias y que no se interese lo suficiente por su causa, que no es otra que
el saqueo de sus recursos naturales'.
En esencia, Djomo Lola puso sobre el debate la misma causa por la
que el líder congoleño Patricio Lumumba dio su vida. Hoy, los diamantes, el
coltán, el uranio y otros minerales indispensables para las nuevas tecnologías
de la información y para la carrera espacial de las potencias capitalistas,
continúan siendo el motivo de los sufrimientos denunciados por Djomo.
DESDE SUDAFRICA
Sin sufrir los mismos problemas, pero experimentando las secuelas
del Apartheid de las décadas de historia de los gobiernos racistas blancos,
Sudáfrica, siendo esta uno de los tres países más potentes de África, también
tiene muchos retos sobre los cuales se pronunció el arzobispo de Johannesburgo,
Sudáfrica, Buti Joseph Tlhagale. El obispo colocó el acento en la defensa de la
inculturación (usar elementos de las culturas indígenas para anunciar el Evangelio)
y dijo que sin esas culturas indígenas no existe una genuina evangelización y
una auténtica reconciliación entre los pueblos.
Los valores del Evangelio están amenazados en África por la nueva
ética global, agresiva al tratar de convencer a gobiernos y comunidades a aceptar
nuevas interpretaciones de los conceptos de familia, matrimonio y sexualidad,
puntualizó Tlhgale.
'Las culturas africanas sufren la fuerte presión del liberalismo,
del secularismo y de los grupos de presión que han ocupado Naciones Unidas.
África afronta una segunda ola de colonización, solapada y despiadada',
concluyó la denuncia del sudafricano.
Mandela en su momento como Presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki
después y hoy Jacob Zuma, han enfrentado, entre otros, esos problemas del
conflicto creado por una cultura externa, antes hegemónica y ahora en crisis,
con la multiculturalidad existente en Sudáfrica. De ahí que hoy el continente,
de sur a norte y de este a oeste, ante la debilidad del sistema capitalista,
esté en rebeldía, sea a través de los presidentes o de los propios obispos.
DESDE GHANA
El tema del choque cultural al que está sujeta la propia iglesia
cristiana, que no quiere sucumbir en África, fue también el centro de la
intervención del obispo de Sunyani, Ghana, Matthew Kwasi Gyamfi, quién denunció
hoy que muchas mujeres africanas que viven en poligamia y han abrazado el
catolicismo ven como la Iglesia les niega los sacramentos, por lo que pidió al
Sínodo que se les permita acceder a todos ellos, buscando así un acercamiento
de la iglesia cristiana a la realidad africana, y que fue una de las líneas
lanzadas por el Papa Benedicto al iniciar el cónclave.
Kwasi también reveló la contradicción entre iglesia y sociedad al
señalar que por ese 'rechazo' hacia esas mujeres, la Iglesia católica está
acusada de injusta, de dividir a las familias, de fomentar las separaciones y
de destruir la sociedad. La realidad es que esas mujeres ni pueden divorciarse
ni pueden recibir los sacramentos, precisó el prelado.
Este álgido y relevante debate en el II Sínodo de Obispos sobre
África concluirá el 25 de octubre, por lo que, según pudiera preveerse, se
darán más fuertes debates, considerando, por un lado, las líneas dadas por
Benedicto XVI, por otro, las contradicciones internas-externas sociales e
institucionales, y por otro lado, las claras denuncias de obispos de países
africanos influyentes.
Por todo ello, pudiéramos pensar que estamos en presencia de un
hito en la historia de la iglesia cristiana, la cual -se recordará- fue salvada
en su unidad institucional, hace decenas de siglos atrás, precisamente por un
africano, el padre San Agustín (de Hipona, poblado situado en el territorio de
lo que es hoy Argelia), quien reordenó y condujo moralmente al obispado, casi
en su totalidad corrupto, y trazó muchas de las pautas que han permitido a la
Iglesia cristiana adaptarse -a través de los siglos- a las transformaciones
sociales impulsadas por los pueblos, las cuales en el siglo XXI, se denominan
transformaciones socialistas.
(*)
Docente, investigador y Co-Presidente de TRISOL
@ProfeWong
y Email: wongmaestre@gmail.com
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