Por Ernesto Wong
Maestre (*)
30 de enero de 2015
30 de enero de 2015
Como todos los domingos, en
la mañana del pasado 18 de enero nos preocupamos por reflexionar junto a José
Vicente Rangel y su entrevistado, sobre todo quienes hemos estado dispuestos y
ocupados en transformar la sociedad y el Estado como proyecto de vida, desde
que tenemos “uso de razón”, en cualquier lugar en que hemos estado viviendo,
realizándonos como ciudadanos de la Patria Grande. Doy gracias por ello a mis
estudiantes de la Maestría con quienes también reflexiono acerca de estas
ideas, como diálogo necesario más no suficiente para alcanzar ese desideratum
socialista.
El primer contraste
De la entrevista de esa
mañana a Eleazar Díaz Rangel surgieron varias reflexiones, como por ejemplo,
acerca del contraste entre la inquietud de “qué debe hacer el Presidente” y el
hecho real del rechazo social muy mayoritario de no aceptar la violencia
propuesta por quienes se abrogan el derecho a hablar por la oposición
contrarrevolucionaria. Es un contraste que obliga a la reflexión de los
presupuestos de la inquietud o interrogante pues ella presupone búsqueda de
alternativas a lo que se está decidiendo desde las altas esferas del gobierno,
lo cual significa reconocer que hay cierta ignorancia en los mandos respecto a qué
hacer, lo cual no creo, sino más bien creo que la problemática se centra en cómo
hacerlo y en mucho menor grado de por qué hacerlo.
Del cómo hacer el socialismo en las condiciones venezolanas solo los
venezolanos y venezolanas podrán responderlo en cada etapa consolidada del
proceso. De cómo parar un golpe de
Estado, de cómo enfrentar el sabotaje de la industria petrolera, de cómo construir la propiedad socialista
en medio del capitalismo no hegemónico pero influyente, o de cómo vencer en la guerra económica que
impone la burguesía, ya se viene comprendiendo y exponiendo en diversos foros
en el proceso Bolivariano y que servirá de experiencias a otros procesos en
otras partes del mundo.
En ese sentido fue muy
atinado Díaz Rangel en recordar el estado actual de la opinión pública venezolana
respecto a rechazar la vía de la
violencia. Por ello considero que en el abanico de alternativas expuestas de
cómo podría expresarse eso en una futura elección habría que partir
precisamente de ese rechazo generalizado a la violencia y de su concepción
genética, es decir, de cómo se originó y fue desarrollándose en los últimos
quince años, con lo cual se podría reconocer el salto cualitativo que ha dado
la formación y cierta consolidación de la conciencia social bolivariana. Y de allí podríamos preguntarnos, por
ejemplo, ¿la forma de concebir las tareas y desarrollarlas –por ejemplo en
nuestro PSUV- ha sido correspondiente con el salto cualitativo de la conciencia
social bolivariana alcanzado durante las casi veinte victorias electorales?.
La triada de valores
Debe recordarse cuando
Bolívar expuso en el famoso Congreso de Angostura que el ciudadano fundador de
República debía ser virtuoso, patriota valiente y talentoso. Allí no le estaba
hablando a las tropas iniciales que convocó para lanzar la guerra de
independencia, no, allí se estaba dirigiendo ya
–después de varios años de formación patriótica- a los representantes
del Pueblo y a la ciudadanía misma, penetrados ambos por los intereses
precapitalistas y capitalistas de la época. Bolívar fue dialéctico por esencia
porque fue un permanente estudioso de la realidad concreta, de lo contrario no
hubiera llegado a ser el Libertador de América. A eso nos sigue convocando
Bolívar y así lo interpretó magistralmente el Comandante Supremo Hugo Chávez
quien nos formó en esa dirección estratégica. Así lo ha reconocido el
Presidente Nicolás Maduro y todos debemos cooperar por hacer realidad las
virtudes, el patriotismo y la inteligencia que nos demanda “el sentido del
momento histórico” actual.
Es decir, la construcción
del socialismo bolivariano se hace cada día de forma más consciente, lo que
significa que se ha ido desarrollando más el pensamiento crítico que exhibió el
Comandante Supremo Hugo Chávez. Hay más
críticas porque hay más conciencia y hay más libertad de expresión, esa es la
realidad. Pero la crítica –dada su masividad- debe saber canalizarse con mayor
efectividad y eficiencia, aún mejor que en otros procesos donde los medios de
comunicación de la contrarrevolución están disminuidos al mínimo. Y esos
canales pasan por las organizaciones y movimientos sociales que deben hacer más
vida colectiva de debate, de planeación de acciones unitarias, de elevar
sistemáticamente las reflexiones críticas y recibir respuestas oportunas,
firmes e inteligentes. Por algo Bolívar tenía al talento al nivel de las virtudes
y del patriotismo valiente. Eran y son las tres aristas esenciales del
liderazgo bolivariano ejercido desde la cumbre hasta en el barrio, y desde los
Andes hasta en la Amazonía, portando un tipo de discurso transformador
socialista estructurado según la práctica discursiva social de los fundadores
de las Repúblicas y con el contenido que demanda cada momento y situación
histórico-concreta, donde lo local se interrelaciona con lo nacional e
internacional.
Destruir la trampa
contrarrevolucionaria
Si se acepta la anterior
conclusión y de que hay una política comunicacional pero falta su aplicación
más efectiva, estamos obligados a reconocer la necesidad de no caer en la
trampa ideológica de la contrarrevolución (“la crisis es producto del socialismo”
o “resultado de la mala gestión del Gobierno”), lanzada con sus declaraciones,
artículos de opinión de sus pseudointelectuales y por la vía inductivista del
twitter contra el pensamiento racional dialéctico que nos exigió tener Chávez
(muy difícil de exponer en 140 caracteres).
¿Cómo asumir ese reto
tramposo siendo herederos de Bolívar y Chávez?¿cómo debe aplicarse la política
comunicacional y qué requisitos mínimos deben reunir los ejecutores de la
política comunicacional para que sea efectiva?. Son interrogantes sobre las
cuales los bolivarianos podrían hacer buenos aportes.
Si alguna filosofía exigió
el bolivariano Comandante Supremo tener en esta etapa de tránsito del
capitalismo al socialismo fue la Filosofía de la Praxis que es esencialmente
dialéctica como lo es la propia realidad concreta. Todo está en transformación
y por ser un sistema social altamente complejo, las transformaciones son de
varias direcciones: antagónicas, no antagónicas y complementarias. De los
saltos cualitativos en el sistema social tenemos como evidencias, no solo ese
nivel más elevado de la conciencia social, sino la propia correlación de
fuerzas políticas y económicas que se ha ido configurando a favor del ideal
bolivariano socialista y en la cual los acuerdos, convenios y conversaciones internacionales
tienen alta significación estratégica, quiéralo o no la contrarrevolución
antibolivariana.
¿Cuál es el consenso
contrarrevolucionario que guía a la oposición respecto a la meta del año?:
tratar por todos los medios que la población electoral se comporte negativamente
hacia el Gobierno Bolivariano y elija a candidatos ajenos al Gran Polo Patriótico
quienes serán los encargados de promover el golpe de Estado desde el Parlamento.
Para lograr ese consenso
contrarrevolucionario, sabiendo que los futuros candidatos de los partidos del
GPP (PSUV, PCV, UPV, PPT, Podemos, Tupamaro, Redes, MEP, entre otros) están
comprometidos con el Pueblo, los cabecillas antibolivarianos estiman
tácticamente que se debe achacar los problemas de abastecimiento (creados por
ellos mismos), no a esa conducta especulativa, acaparadora y contrabandista
capitalista, sino a la “corrupción” y a “la mala gestión” gubernamental. Por
ello, con el ánimo de ser veraz no deberíamos ser ingenuos, lo que exige mucha
creatividad e investigación documental para ser profundamente veraz y revelar a
diario que la burguesía parasitaria trabaja en las dos vías: una, engañar
falseando la realidad para ocupar el discurso bolivariano en rebatir la mentira
restando tiempo a los argumentos profundos basados en los logros, y la otra,
actuar con todas sus fuerzas y recursos boicoteando, a como dé lugar, la gestión
bolivariana.
¿Qué hace la directiva
contrarrevolucionaria para lograr su estrategia intermedia?: 1) Alejar y
distanciar al imaginario popular de las evidencias muy palpables y contundentes
que el Gobierno Bolivariano ha venido mostrando en cuanto a especulación,
contrabando y acaparamiento, para lo cual encarga a su red de diversos medios comunicativos
nacionales y extranjeros, a ignorar o falsear diariamente la realidad. ¿Por qué
pueden hacerlo impunemente sin ser sancionados por la ley ni presionados
moralmente por las contra campañas mediáticas?.
Y 2) Lograr a través de sus redes activas desde dentro de las
instituciones públicas y usando a aduladores, de mentalidad “pequeño burguesa”
o ilusionados precapitalistas e ignorantes políticos crónicos, que la
“corrupción” y la “mala gestión” tomen forma real y dejen de ser esa “realidad
virtual” de la que José Vicente nos habló desde hace cinco o seis años atrás.
Hacer algo antagónico o cruzarse de brazos, ante lo que propone Maduro, es contrarrevolucionario
en esta “guerra perpetua” en curso lanzada por el imperio y sus lacayos contra Venezuela.
Soluciones y retos
En ese sentido, las ideas
de Díaz Rangel de tener “una política comunicacional” es una verdad a todas
voces, y también lo es lograr tener cuadros dirigentes inteligentes y
comprometidos que cumplan con lo acordado por el Presidente y su equipo de gobierno.
Ambas ideas son lógicas y han sido debatidas –estoy seguro- en el seno de la
alta dirección política con expresiones en la propia realidad de los últimos
veinte meses. Si bien son lógicas, estás también deberían ser complementarias y
en ningún caso debe pensarse en prelación o subordinación pues son
interdependientes, aún cuando la comunicación es el proceso social transversal
más significativo en el proceso social de trabajo, de ahí las competencias del
liderazgo de Chávez y las capacidades que logró desarrollar en el Bloque
Histórico bolivariano en medio de las complejas circunstancias políticas,
económicas y jurídicas.
Lo que ocurre, tal y como
lo avizoró el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en el discurso del
Estadio Nacional de Chile en 1972, meses antes del criminal golpe de Estado
contra Salvador Allende, es que la burguesía también ha “aprendido la lección”
con las experiencias y ha generado nuevas estrategias intermedias y nuevas
tácticas en su camino hacia la retoma del poder político. Incluso, en Chile,
Fidel afirmó que la burguesía había aprendido más rápido que el pueblo. Y ello
fue así porque el proceso chileno revolucionario llevaba apenas dos años de
iniciado pero en Venezuela la burguesía se ha enfrentado electoralmente al
pueblo en casi dos decenas de ocasiones y en todas el pueblo consciente les dio
una lección patriótica, incluso cuando las reformas constitucionales propuestas
en el 2007, ganadas después en 2009 por el pueblo al ser esas centradas y más
coherentes con el pensamiento estratégico de Chávez. Recientemente, en la andanada violenta
lanzada tras bambalinas por la burguesía, en lo que se conoce como “las guarimbas”,
esa oligarquía fue derrotada ejemplarmente por todo un pueblo pacífico pero
armado.
¿Por qué presuponer ahora, linealmente, que debido a las largas
colas habrá un comportamiento electoral antagónico si cuando el sabotaje
petrolero, existiendo menos dinero en la familia, teniendo en ciernes la
formación político-ideológica y careciendo de apoyos externos, el pueblo supo
elevarse en dignidad y dar su aprobación contundente al incipiente
bolivarianismo como doctrina cívico-militar?.
Hay que reconocer de ahí
que, si bien el pueblo supo deslindar muy claramente en que en el sabotaje
estaba la causa de la crisis, también la burguesía ha aprendido a no vociferar
ni vanagloriarse directamente de su acción ilegal o anticonstitucional, como lo
hicieron sus voceros Carlos Ortega y la camarilla de Fedecámaras hace una
década atrás, algo que los jóvenes de hoy deben conocer y que debe estar concebido
en la aplicación de la política comunicacional.
Hoy, los actuales voceros
como Miguel E. Otero, Antonio Ledezma, Corina Machado y Henrique Capriles,
cabezas de clanes proimperiales, esconden sus intenciones detrás de frases y
llamados dirigidos a golpear las creencias, no los hechos evidentes y logros
populares del bolivarianismo que prefieren generalmente ignorar. Por ello es
que al aplicar las políticas comunicacionales
debe saber reforzarse las creencias en la Revolución y en los líderes. Y debe
hacerse no repitiendo o llenando el discurso (político, periodístico,
académico) con lo que dicen esos antipatriotas, ni imponiendo ideas, como lo
hacen desde la oposición que no tienen la razón ni la verdad, sino hacerse con
razonamientos profundos, bien meditados en sus enlaces y entrecruzados con los
valores y principios heredados de Chávez como síntesis del pensamiento
bolivariano.
El imperio saca sus conclusiones
Pero también el
imperialismo yanqui ha aprendido de las lecciones, no sólo de América Latina,
sino de todos los países donde intervienen, donde se entrometen en los asuntos
internos o donde bombardean violando los derechos humanos. Las últimas manifestaciones
de ese intervencionismo fueron el estilo público y trasfondo imperial de Obama
al: 1) Comenzar a “normalizar” las relaciones diplomáticas con Cuba (tema
tratado por quien escribe este artículo en “Bastiones de la Cubanía ante el
smart power de Obama”; 2) Aprobar una Ley contra el Gobierno soberano de
Venezuela y 3) Continuar con las campañas publicitarias contra los dirigentes
chavistas, como hacen ahora contra el Presidente de la Asamblea Nacional,
Diosdado Cabello. El análisis profundo nos conduce a reconocer que tales
acciones tienen el mismo fin: tratar de poner fin al régimen socialista en
construcción.
Esa Ley y campaña contra
Venezuela, expresión de la visión actual de las fuerzas reaccionarias
crecientes del Pentágono en el Gobierno yanqui, podría ser resultado de la exigencia
que el sector guerrerista de EEUU le hace a los otros sectores o lobbys para
dar su aprobación a cambio de otras decisiones en las cuales necesita la aprobación
presidencial como es el caso de Afganistán o Irak donde el sector guerreristas
del Complejo Militar-Financiero-Comunicacional (CMFC) saca cuantiosas
ganancias.
Tal norma de nivel
congresional encaja perfectamente en la táctica del "enjambre social"
a crear en coyunturas preinvasivas. Apoyado en esa Ley, el CMFC de EEUU
pretende ejercer presión para que las fuerzas de defensa venezolanas se
abstengan de disolver a cualquier "enjambre" que pudieran lograr
crear sus agentes infiltrados, que cuentan con apoyo satelital e Internet y
este enjambre desencadene muertes, luego usadas como motivos en ONU para “detener
los crímenes”, y finalmente logre su objetivo de tumbar al gobierno o de crear
esa incipiente guerra civil que justifique una invasión imperial para “detener
los sangrientos hechos del régimen” como ocurrió en Yugoslavia o Libia.
La ley encaja perfectamente
en el modelo de estudio expuesto recientemente en el II Foro A Dónde va el
Mundo de Hoy, en Parque Central, con la ponencia sobre “La dominación de la
OTAN sobre Libia”. Contra ese país africano se usó, entre otros tipos de
herramientas, la técnica del “enjambre
social” ligada a la hiperconectividad por internet y el uso de los satélites
para intervenir las emisoras nacionales y enviar programas subversivos a manera
preparatoria de una invasión y para localizar focos de resistencia, o de crear “una zona de exclusión aérea” para
luego bombardear ciudades y poblados. Hoy,
Libia ha desaparecido como Estado soberano pero desde su territorio, como
espacio geopolítico central, se está extendiendo en las cuatro direcciones, ese
nuevo poder del caos controlado desde Langley.
Como conclusión puede
afirmarse que en donde hay verdaderas revoluciones las leyes imperiales
extraterritoriales no aterrorizan a nadie porque el pueblo está en el poder y tiene
“cojones”, tal y como dijo nuestro Chávez en aquella millonaria concentración
popular, o como exclamó Fidel y el pueblo cubano centenares de veces frente al
Imperio recordando al insigne General cubano con sangre venezolana, Antonio
Maceo: ¡Quien intente apoderarse de nuestra tierra, recogerá el polvo de su
suelo abnegado en sangre, si no perece en la contienda!.
(*)
Docente, investigador y Co-Presidente de TRISOL
@ProfeWong
y Email: wongmaestre@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario