La globalización, las megacorporaciones
y la
Seguridad Social en Venezuela
Dr.
Ernesto Wong Maestre (*)
RESUMEN
La conferencia “La globalización, las megacorporaciones y la Seguridad
Social” en Venezuela reflexiona acerca de los dos tipos de procesos denominados
“globalización” en el actual “sistema mundo” y sus significados para el
desideratum bolivariano y de aquí que se aborde la vinculación estrecha entre
estabilidad política, seguridad social y felicidad, una relación triádica de
carácter dialéctico de esos tres componentes del apotegma de Simón Bolívar en
el Congreso de Angostura que se
sintetiza en el concepto desarrollado por el líder socialista y Comandante
Supremo Hugo Chávez de “Vivir Viviendo” siendo este la antítesis del Vivir
Consumiendo de corte capitalista, lo que para la mayor parte de la sociedad
venezolana, ese concepto bolivariano, es un símbolo ideológico defensivo ante
los actores imperiales y las megacorporaciones de diversas ramas que aprovechan
la globalización neoliberal para tratar de continuar acosando e
incidiendo en los elementos que condicionan o conforman la seguridad social
en Venezuela que es definida con mayor amplitud de significados que en los
países capitalistas, por lo que el Gobierno Bolivariano se ve obligado a buscar
en la globalización solidaria y de provecho mutuo diferentes vías de
alianzas que potencien al país y poder seguir cumpliendo el deber de satisfacer
el derecho del pueblo a la seguridad social, y lo ha hecho tan conjuntamente
con el propio pueblo que después de veinte años de revolución más que un
derecho es una propiedad o una cualidad indestructible de la población en
general. De manera que con los legados de pensamiento de los Comandantes Fidel
Castro y Hugo Chávez se presentaron algunos supuestos necesarios de las tesis
antes expuestas, ilustradas con imágenes y símbolos generados desde los
discursos socialistas de ambos líderes.
ABSTRACT
The conference
"Impact of globalization and megacorporations on Social Security" in
Venezuela reflects on the two types of processes called
"globalization" in the current "world system" and its
meanings for the Bolivarian desideratum and hence the close link between
political stability, social security and happiness, a dialectical triadic
relationship of these three components of Simón Bolívar's apothegm in the
Angostura Congress that is synthesized in the concept developed by the
socialist leader and Supreme Commander Hugo Chávez of "Vivir Living
"being this the antithesis of Living Consuming capitalist, which for most
of Venezuelan society, this Bolivarian concept, is a defensive ideological
symbol before the imperial actors and megacorporations of various branches that
take advantage of neoliberal globalization to deal with to continue harassing
and influencing the elements that condition or make up social security in
Venezuela that is defined with greater breadth of meaning than in the
capitalist countries, so the Bolivarian Government is forced to seek in
globalization solidarity and mutual benefit different ways of alliances that
empower to the country and to be able to continue fulfilling the duty of
satisfying the people's right to social security, and has done so jointly with the
people themselves that after twenty years of revolution more than a right is an
indestructible property or quality of the population in general. So with the
legacies of thought of Commanders Fidel Castro and Hugo Chávez, some necessary
assumptions of the aforementioned theses were presented, illustrated with
images and symbols generated from the socialist discourses of both leaders.
DESARROLLO
Hoy es un día de significado histórico. Se
inició la primera reflexión colectiva organizada en la Revolución Bolivariana sobre
la integralidad de la Seguridad Social en
Venezuela, una de las tres cualidades
claves de una República contenidas en ese extraordinario apotegma de Simón
Bolívar expresado en su discurso ante el Congreso de Angostura de 1819, las cuales, después de
doscientos años se comprenden como una unidad orgánica integra por el
significado de interacción e interdependencia entre las tres. Comprendiendo
esto y de que no hay un solo tipo de proceso globalizador sino dos: una
globalización neoliberal y una globalización solidaria y de mutuo provecho,
avanzaremos en la esencia de este objeto de estudio.
Recordemos
al Libertador: “El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce la
mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor
suma de estabilidad política”. Para Bolívar, según puede constatarse en sus
discursos y proclamas, la felicidad, la seguridad social y la estabilidad
política son componentes inseparables, conforman una especie de “triángulo
indisoluble”, parafraseando al más bolivariano de los venezolanos, al Comandante Supremo Hugo Chávez cuando asoció
el objetivo, con la estrategia y los recursos reconociendo que conformaban un
“triángulo indisoluble” (Chávez, 2006).
Y es verdad,
pero no solo por su forma sino también
por su esencia, es decir, por el sentido de ambos triángulos pues podría
decirse que la felicidad del ser humano es el gran objetivo, la seguridad
social es la más eficaz estrategia para lograr la felicidad, y el poder o los
recursos son los que garantizan la estabilidad política como una condición sine
quanom para que la seguridad social y la felicidad se logran realmente y se
sostengan en el tiempo.
¿Por qué
la seguridad social es la más eficaz estrategia para lograr la felicidad?. La
respuesta se puede avizorar en la totalidad de las conferencias que se
presentarán en este Congreso. No obstante, es necesario recordar lo que en otra
ocasión he hecho notar. Y es que Bolívar nunca pensó ni se refirió a la felicidad
epicúrea que es hija y a su vez madre del exacerbado individualismo, la
enajenación del ser humano ( como categoría filosófica muy bien tratada por el
amigo Buen Abad) y de las más dañinas dependencias, sino que el Libertador
comprendió la felicidad y la definió siempre como la felicidad virtuosa que es
la felicidad estoica, la propia de los patriotas que son felices con su
sacrificio constante porque son útiles a la Patria, son humanamente solidarios con los más pobres y
con los más necesitados, y son conscientes de lo que están transformando y de
cómo lo están logrando.
Realmente,
Bolívar fue el primer líder latinoamericano que comprendió, al calor de las
enseñanzas de Juan Jacobo Rousseau y de su gran maestro Simón Rodríguez, de la
interacción de esas tres cualidades que debe tener una República, y por ello
disfrutadas y exigidas por la ciudadanía como su más ansiado derecho.
Bolívar,
Martí, Fidel y Chávez fueron claros ejemplos con virtudes a imitar, incluyendo
la virtud de saber estudiar que es saber intercambiar saberes. Bolívar, el
padre fundador de los latinoamericanos y caribeños, exigió a los legisladores
en Angostura que fueran virtuosos, talentosos y valientes para poder
constituir la nueva república. Nunca olvidemos ese reto y reclamo al construir
el socialismo y la seguridad social que lo caracteriza.
En una
revolución enfocada al socialismo la ciudadanía no se limita a disfrutar y
exigir sino que debe también construir esa seguridad social, como se viene
haciendo en la Venezuela de hoy por grandes grupos humanos que conforman esa
masa, garante de las victorias en veinticuatro votaciones electorales para darle continuidad democrática al único
proyecto que puede garantizar la estabilidad política, la seguridad social y la
felicidad virtuosa.
Son tres
cualidades que los originarios de estas tierras de Nuestra América las
resumieron como el Sumak Kawsay y nuestros líderes de hoy las sintetizan en
ese concepto de Vivir Viviendo, definido por nuestro querido Hugo Chávez en
varias momentos de sus alocuciones y discursos.
Por
ejemplo, cuando en el Zulia en julio de 2012 entregaba casas:
“Así que todo aquel que no tenga vivienda propia y digna –dijo Chávez-, tiene
un derecho: el derecho a la vivienda, el derecho a la vida, el derecho a la
educación, el derecho a la salud, al trabajo digno, al deporte, a la
distracción, a la vida, vivir viviendo, vivir viviendo” (Chávez, 20120721).
Y
para Vivir Viviendo es necesario poseer salud, que es el componente clave de la
seguridad social:
“La salud -ha dicho el Tesorero
de Seguridad Social de Venezuela y lo comparto-
depende de determinantes sociales o sea, las condiciones como vivimos
las personas con respecto a: alimentación, vivienda y hábitat, trabajo,
educación, recreación y utilización del tiempo libre, transporte, servicios de
agua, electricidad, y otros. La seguridad social en el gobierno revolucionario
no se concentra solo en el asistencialismo” (Rios, 2019).
Si
fuera solo asistencialismo, los actores imperiales de la globalización
neoliberal ya hubieran causado mayores daños a la seguridad social pero esta, al
ser definida por la Revolución de una forma más integral, y el Gobierno Bolivariano trazar las correspondientes políticas
sociales, entonces se tienen un mayor margen de acción con los aliados
internacionales agrupados que sostienen
y practican la otra globalización, la de la solidaridad y del provecho mutuo. De
manera que ese proceso mundial denominado “globalización” amalgama o integra
dos tipos de actores internacionales: por un lado, los que propugnan el
neoliberalismo, el expansionismo, la hegemonía de las megacorporaciones y por
otro lado, los que abogan por la integración de las naciones pero con
fortalecimiento del Estado Nación y del derecho internacional público.
Según
politólogos del Sur, se identificaron desde fines del pasado siglo, con mayor
intensidad “procesos de globalización de
las finanzas”, “los mercados” y sus estrategias competitivas, en “la tecnología
y los conocimientos asociados”, “los modos de vida y las pautas de consumo, con
extensión a la globalización de la cultura”, “las capacidades reguladoras y el
gobierno”, “la política, como unificación política del mundo”, en “la
percepción y la conciencia con los conceptos de ‘una tierra’ y ‘un futuro’,
“del deterioro del Estado Nación como unidad política básica, a partir de que
el impacto de la globalización hace que este pierda capacidad de control sobre
los problemas que le afectan” (Capote, 2004).
En ese
sentido valga recordar a Chávez cuando
despejó dudas, en uno de sus últimos Consejo de Ministros, con su constante
resemantización a la que acudió siempre en su discurso:
“Ley Orgánica de las Comunas por ejemplo; ahí está. Y más abajo vienen
los reglamentos, ve, que definen con más exactitud, cómo es que el pueblo va a
ejercer directamente la soberanía, la soberanía no tiene que ver sólo con la
soberanía del país, la soberanía popular y tiene que ver con la libertad, y
para que un pueblo sea libre debe tener los recursos suficientes para vivir
viviendo; y estamos hablando de la economía, de la distribución. (Chávez,
20121020).
De
manera que para seguir comprendiendo el tema de esta reflexión, una buena
pregunta que sigue el hilo lógico es ¿cómo se podrá lograr Vivir Viviendo en
las condiciones externas e internas impuestas por actores internacionales y
nacionales opuestos al bolivarianismo, es decir, adversos a la felicidad
virtuosa y que buscan desequilibrar la estabilidad política del sistema y la
posibilidad de ejercer el derecho a la seguridad social mientras que la
felicidad es mermada?.
No hay
duda alguna que las políticas agresivas imperiales contra Venezuela,
aprovechándose de la globalización neoliberal, afectan todos los servicios
públicos y hasta privados, de instituciones y empresas, así como las
condiciones, cualidades y capacidades que conforman la seguridad social de la
ciudadanía, pero ¿han logrado desencadenar esas revueltas pseudopopulares o
“enjambres sociales” ansiados por el imperio con las llamadas “revoluciones de
colores” que provocaron derrocamientos de gobiernos, destrucciones de ciudades,
emigraciones y crisis humanitarias en otros países?
Aunque
ya he mencionado algunas ideas al respecto es necesario precisar que a juicio
de quien aquí expone, solo un pueblo que logra ir rompiendo con el pasado
opresor (político, jurídico, económico y cultural) para poder construir su
propia emancipación puede ir garantizando las condiciones necesarias y
suficientes del Vivir Viviendo, comenzando por despojarse del Vivir Consumiendo
y del atroz individualismo, genuino producto del capitalismo, al que nos
habituó ese régimen perverso y “depredador”, como lo calificó Albert Einstein en
1947.
Por
supuesto, el pueblo fortaleciéndose, ante todo de forma consciente,
reconociendo y ejerciendo con virtudes, talento y valentía el empoderamiento
ganado con la revolución que en muchas ocasiones y espacios no se auto-reconoce
y por ello no se ejerce como lo manda la Constitución.
El
socialismo –decía Che- es el único sistema social que se construye
conscientemente para poder eliminar con acierto las diversas estructuras capitalistas
(red de relaciones objetivas y subjetivas) heredadas de casi doscientos años de
neocolonialismo. ¿Desarrollamos los procesos y sistemas de formación con la
filosofía necesaria y suficiente para que quienes construyen el socialismo lo
hagan cada vez con más conciencia de lo que transforman, cómo y por qué lo
deben transformar?
Ya a fines
de esa década de los 90, cuando los propulsores de la globalización neoliberal
(las megacorporaciones, Wall Street, el Pentágono, la CIA y las restantes Agencias
yanquis y tanques pensantes del imperio) se creían vencedores y nuevos
colonizadores y expoliadores de nuestros pueblos, el líder revolucionario
cubano y Comandante en Jefe Fidel Castro, alertaba, en ocasión de una ponencia
presentada en Cuba enero de 1999 en el evento Globalización y Desarrollo, y que
días después él mismo lo recordó en la UCV estando de visita en Caracas en la
toma de posesión de Chávez, donde dejó en claro su interpretación marxista acerca
de la globalización:
“Mis convicciones más profundas: la increíble e inédita globalización que
nos ocupa, es un producto del desarrollo histórico (…)
“Una pregunta: ¿se trata de un proceso reversible? Mi respuesta, la que
me doy a mí mismo, es: no.
“¿Qué tipo de globalización tenemos hoy? Una globalización neoliberal;
así la llamamos muchos de nosotros. ¿Es sostenible? No. ¿Podrá subsistir mucho
tiempo? Absolutamente no. ¿Cuestión de siglos? Categóricamente no. ¿Durará sólo
décadas? Sí, sólo décadas. Pero más temprano que tarde tendrá que dejar de
existir.
“¿Me creo acaso una especie de profeta o adivino? No. ¿Conozco mucho de
economía? No. Casi absolutamente nada. Para afirmar lo que dije basta saber
sumar, restar, multiplicar y dividir. Eso lo aprenden los niños en la primaria.
“¿Cómo se va a producir la transición? No lo sabemos. ¿Mediante amplias
revoluciones violentas o grandes guerras? Parece improbable, irracional y
suicida. ¿Mediante profundas y catastróficas crisis? Desgraciadamente es
lo más probable, casi casi inevitable, y transcurrirá por muy diversas
vías y formas de lucha.
“¿Qué tipo de globalización será? No podría ser otra que solidaria,
socialista, comunista, o como ustedes quieran llamarla.
“¿Dispone de mucho tiempo la naturaleza, y con ella la especie humana,
para sobrevivir la ausencia de un cambio semejante? De muy poco.
¿Quiénes serán los creadores de ese nuevo mundo? Los hombres y mujeres que
pueblan nuestro planeta.
“¿Cuáles serán las armas esenciales? Las ideas; las conciencias.
¿Quiénes las sembrarán, cultivarán y harán invencibles? Ustedes. ¿Se trata de
una utopía, un sueño más entre tantos otros? No, porque es objetivamente
inevitable y no existe alternativa. Ya fue soñado no hace tanto tiempo,
sólo que tal vez prematuramente. Como dijo el más iluminado de los hijos de
esta isla, José Martí: "Los sueños de hoy serán las realidades de
mañana" (Castro,1999, enero). (Las negritas son del autor de esta
conferencia),
concluyó
Fidel.
Entender
esa dialéctica -decimos ahora- de los procesos políticos, sociales y
económicos internos en sus relaciones con los procesos externos, como es la
globalización neoliberal de un lado, y la globalización socialista o solidaria
de la justicia del otro lado, es un primer reto cognitivo y metacognitivo a
vencer, de ahí una de las necesidades de
la Revolución de acelerar la formación política que para nuestro juicio,
comienza por comprender cabalmente qué es lo que estamos transformando y cómo
lo estamos llevando a cabo, es decir, comprender a cabalidad cuáles son los
objetivos transformadores a lograr y con qué estrategias lo tratamos de lograr,
y si estas son eficaces y eficientes. ¿Hacemos esto o promovemos hacerlo a
diario en nuestras instituciones, organizaciones políticas y sociales?.
Son
retos de la nueva etapa.
Un
programa de formación política sobre globalización o seguridad social, u otro
objeto de estudio, que no aborde la problemática dialéctica de situación objetivo-estrategias,
sean pasadas, en ejecución o en
proyección, está condenado al fracaso ante las complejas condiciones impuestas por las potentes
megacorporaciones y los gobiernos imperiales aprovechando la globalización
neoliberal y utilizando al máximo las películas, la moda, la música y el
deporte porque en esas ramas y sus soportes comunicacionales les llega a la
juventud -de forma agradable, emocionante e irreverente o atrevida- el “modo de vida americano” que es
derrochador, consumista, irracional, racista y supremacista y poder formarla
globalmente (internet, telefonía, tv por cable) en los patrones culturales
necesarios para ejercer la hegemonía imperial.
También
fracasará un programa de formación política si no se aborda con la rica filosofía de la
emancipación y de la praxis que rechaza la linealidad causal, la visión
dicotómica a priori, la aceptación de la pseudoconcreción como realidad, la
unicausalidad o la unicondicionalidad, y que tiende a tomar como suficiente lo
insuficiente, o quedarse en el plano fragmentario y desconocer la totalidad de
lo concreto, y más grave aún, creer en la inmutabilidad de la realidad y de que
algo “cayó del cielo” tal y como es. No menos significativo para la formación y
para la construcción socialista que identificar y rechazar las visiones
antropomorfas de sustituir al ser por la cosa, es decir, la constante y
preocupante sustitución que a veces nos lleva a decir que la “globalización” o
la “guerra hibrida” son las que accionan o impactan sobre nuestra realidad y no
comprender que son los gobiernos y megacoporaciones con potencia y poder que
imponen las condiciones a quienes quieren doblegar y vencer.
Ontología,
epistemología, axiología, ética, praxiología y metodología deben ir unidas como
es la propia realidad para llegar a comprenderla, interpretarla y actuar en
consonancia al ideal bolivariano enfocado al socialismo en las condiciones
particulares de Venezuela.
Ya en
estos años, iniciándose el siglo XXI, surgieron claros indicios de que la
globalización neoliberal comenzó a dejar de ser ese proceso efectivo y
universal de condiciones onerosas impuestas a nuestros pueblos, como si lo fue en el siglo XX; y de que otros
tipos de condiciones, generadas por otros tipos de actores en el mundo
multipolar en formación y aprovechadas por muchos gobiernos, estaban aflorando
en las relaciones internacionales, distintas a las impuestas por las
megacoporaciones y actores imperiales norteamericanos, europeos o asiáticos.
En
efecto, aquella Trilateral de los 70 que envalentonó a Washington, Bonn, Tokio,
Londres o Paris fue perdiendo vigencia en las siguientes décadas, ante el avance indetenible del mundo asiático
liderado por la República Popular China y la ASEAN+3 con un desarrollo
imponente de Vietnam, y después por el mundo euroasiático agrupado en la
Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), donde de una u otra forma sus
principales actores (con casi el 50% de la población mundial) lograron ir
convenciendo a los restantes gobiernos de aceptar, en las relaciones entre
ellos, los tradicionales principios asiáticos del Pancha Shila, sobre todo el
del relacionamiento de provecho mutuo entre las naciones y el de la solución de
los conflictos y controversias por la vía pacífica, la negociación y el
diálogo, basados en relaciones de confianza mutua.
Y tan es
así que este pasado 25 de mayo, Día de África, a la que rendimos honor desde
esta tribuna, ocurrió otra muestra de las nuevas etapas globalizadoras en que
entran los pueblos africanos y sus verdaderos aliados: se dio inicio a la más
amplia zona de libre comercio e intercambio económico entre los pueblos, gobiernos
y empresas africanas o establecidas en ese continente, con participación de 52
de los 55 países africanos estimulados, una gran mayoría de ellos, desde hace
más de quince años, principalmente por las políticas bilaterales afro-chinas y
en menor medida afro-brasileñas, pero también por la política de cooperación
internacional con África de Cuba, incluida la ayuda militar a Etiopía en 1977
para evitar su desmembramiento y a Angola para derrotar en 1988 al invasor
surafricano promotor del apartheid que abrió una nueva época para toda África,
dos países hoy que marcan la pauta del crecimiento y desarrollo con democracia
en el continente. ¿Cuán lejos están hoy los irredentos pueblos africanos de
aquel oneroso congreso de Berlín de 1885 en que África fue repartida entre las
potencias europeas? Solo la historia dirá la última palabra.
He aquí la
génesis y núcleo central de la otra globalización que siguió el curso abierto
por la Revolución Rusa a partir de octubre de 1917, avizorada por Carlos Marx y
Federico Engels desde 1848 cuando convocaron: “Proletarios de todos los países
uníos”.
Lamentablemente
en nuestra región el imperialismo ha concentrado su atención con su potencial
de castigos y premios, y sus poderes militares y violentos para revertir la
unidad latinoamericana que se venía logrando, como fue la constitución de la
CELAC. Precisamente fue Chávez quien al clausurar la sesión de constitución de
ese organismo expresó:
“Pero el mundo ha cambiado y está cambiando dramáticamente, la
globalización es un hecho que tiene en su base el desarrollo portentoso de la
fuerza productiva, de la inteligencia, de la acumulación de capital, de la
multiplicación de necesidades a escala como nunca pudo soñar el hombre, y la
globalización está allí, pero globalización no es igual a justicia, a igualdad,
a independencia, sino que la globalización tiene sus centros determinantes y
diría, cada día menos da lugar a los débiles (…) para que los derechos de los
débiles tengan cierto peso en el concierto mundial, hay que dejar de ser débil,
y el único camino es juntarse, esta no es una lucha por una utopía, es la lucha
por ser o no ser, este es el drama de nuestro tiempo” (Chávez, 20111203).
Tanto
Fidel como Chávez comprendieron e interpretaron las grandes tendencias y dramas
de la humanidad. Ocho años después de constituirse la CELAC, todo ello se
sintetiza en ese majestuoso proyecto en ejecución para más de la mitad del
mundo denominado la Franja y la Ruta, liderado por la República Popular China y
que favorece, cada vez de forma más creciente, la globalización solidaria de la
justicia y del provecho mutuo. Donde ya no son condiciones impuestas por un
hegemón contra un subordinado sino condiciones negociadas entre Estados,
reconocidos como iguales. No son las condiciones onerosas impuestas en la
globalización neoliberal sino
condiciones de provecho mutuo y enfocadas con un sentido social en este tipo de
globalización solidaria que no será la mejor o la más idónea pero si la más
posible, viable y sostenible por quienes la practican. “Los hombres no están en el mundo para
autodestruirse, sino para ayudarse”, dijo Simón Rodríguez hace dos siglos y lo
recordó hace veinte siete años Chávez en su Libro Azul.
Interpretadas
así ambas configuraciones nos debemos situar en el plano de los estadistas, en la
praxis de quienes cumplen el deber de todo revolucionario, hacer la revolución
de forma plenamente consciente, uno de los objetivos de este Congreso. Por tal
razón me permito citar al líder cubano más bolivariano y martiano que hayamos conocido quien en un
momento de reflexión colectiva semejante a este, y respondiendo una pregunta de
una joven estadounidense:
“Un congreso como este que siembra ideas o trasmite ideas, desarrolla
ideas, ayuda a formar en este gran mundo, en la inmensa mayoría del mundo
pobre, la conciencia de las situaciones que estamos viviendo, los peligros que
nos amenazan, la necesidad de superar esos peligros y la posibilidad de que
después de esta globalización neoliberal venga una globalización solidaria, una
globalización de la justicia” (Castro, 19990819).
Por ello
es que Venezuela y su seguridad social, como cualidad, derecho y condición del
pueblo, se encuentra en ese devenir de una Nación soberana, libre e
independiente, sometida a presiones adversas, provenientes de los protagonistas
impulsores de la globalización neoliberal y que por sus intereses, poder y
cultura consumista intentan desestabilizar políticamente al país para tratar de
lograr –según los inquilinos de la Casa Blanca-
el “cambio de régimen” en tanto realizan acciones para mermar el derecho
del pueblo a la seguridad social que en esta Revolución ha adquirido un
significado diferente al de décadas anteriores del capitalismo hegemónico,
según el concepto gramsciano de hegemonía que asocia dominación con dirección.
Los
capitalistas dominan en estructuras económicas y culturales pero no pueden
dirigir los destinos del país porque el pueblo se empoderó y ejerce por doquier
el principio de la autodeterminación y el de la independencia, aún cuando
todavía estamos comenzando a organizarnos mejor para hacerlos realidad total.
Hoy
siguen existiendo varias estructuras económicas, políticas, culturales y hasta
jurídicas capitalistas pero no es un capitalismo hegemónico porque quien dirige
la Nación y la mayoría lo apoya es un líder con pensamiento y acción socialista
que continuó y persiste en cumplir el legado de Chávez consistente en seguir
desestructurando viable y sosteniblemente el depredador capitalismo, construyendo nuevas estructuras de poder y de
gestión como el sistema de Misiones y Grandes Misiones, la red de nuevas
universidades, un sistema de distribución equitativa de alimentos, una
diversidad de movimientos sociales y el sistema de organizaciones y gestión
política en torno al PSUV, al que se debe reforzar como lo dictaminó su IV
Congreso, enfocado a garantizar el cumplimiento del Plan de la Patria
2019-2025.
Ahora,
aún sometida la Nación a condiciones de la globalización neoliberal, la
seguridad social en Venezuela ya es una propiedad o cualidad indiscutible de la
sociedad venezolana, más que un derecho a ejercer que también es necesario.
“Más allá de garantizar la salud –nos precisa Rios-, la seguridad social en
Venezuela atiende las contingencias de: maternidad, paternidad, enfermedades,
discapacidades, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo,
desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda y cualquier otra circunstancia
de previsión social” ha estimado el actual viceministro de Previsión Social del
MPPPST (Rios, 2019).
Y por
ello, la globalización neoliberal, entendida como todo un conjunto de
condiciones creadas por los capitalistas y potencias imperialistas, con todo su
red de megacorporaciones globales militares y paramilitares, financieras,
comunicacionales, estructuradas en toda una compleja red de explotación y
derroche de las oligarquías, no tiene tanto impacto en Venezuela como si lo
tiene en otras naciones latinoamericanas, caribeñas, africanas, europeas y
asiáticas donde varios de sus gobernantes se han rendido, han bajado las
banderas que le otorga el derecho internacional público para ceder la soberanía
y la independencia al imperio, aliándose a él para agredir a la resistente
Venezuela y al mismo tiempo reducir los gastos sociales para favorecer
precisamente a los gestores de la globalización neoliberal. Por tales mismas
razones ya estamos observando cómo varios de esos gobiernos se van “secando” y
dando lugar a otros ejecutivos, aunque todavía diferentes solo en las formas y en sus
demagogias.
En la filosofía
de la emancipación comprendida por Chávez hay un discurso a los educadores
graduados en Misión Cultura donde contrasta ambos sistemas sociopolíticos, que
es otro argumento o presupuesto necesario en el estudio de la globalización y
la seguridad social:
“Porque hay muchas formas de vivir, vivir muriendo, o como diría don
Carlos Marx, una subvida. El capitalismo condena a la mayoría del humano, de
los humanos, a la subvida (…). El socialismo libera, tiene que liberar, y tiene
que crear las condiciones para la vida, además para la vida creciente (…)
Cuando se trata de la vida, el socialismo, la Revolución socialista, el
humanismo, debe producir un efecto, un movimiento creciente, creciente;
creciente y creciente para siempre, cada día mejores condiciones de vida plena:
vivir viviendo” (Chávez, 20110228).
Por
ello, de lo que se trata no es sólo de resistencia, de patriotismo, de un nivel
de independencia mayor, de la protección del Estado Bolivariano ante las
lógicas contingencias que siempre aparecen en la realidad y en el imaginario
popular, sino también de consolidar las convicciones ideológicas que apoyen la
direccionalidad revolucionaria de los asuntos públicos. “Las ideologías son ayudas de navegación -expuso Chávez hace 27 años- para surcar los tiempos y los espacios,
dándole rumbos precisos a las sociedades y a las naciones” (Chávez, 1992).
Ya la
ideología chavista se ha configurado como una poderosa totalidad de
representaciones sociales compartidas por quienes buscan asegurar un proyecto
político justo, equitativo y solidario, y hoy constituye la guía más eficaz y
efectiva para trazar, ejecutar y poder corregir las políticas públicas nacionales
y la política exterior, así como las estrategias revolucionarias que logren
insertar con mayor fuerza el derecho del pueblo a la seguridad social, a
aprovechar la globalización solidaria de la justicia, y lograr así que cada día
más el derecho devenga en realidad, devenga en propiedad indestructible de cada
ciudadano y ciudadana, y con ellos de la Nación como potencia, así como la
visionaron nuestros queridos Comandantes Fidel y Chávez y hoy el Presidente
Nicolás Maduro, quien se desvive y trabaja por consolidar la seguridad social bolivariana que es garantía
de la mejor salud y de poder controlar sus condicionantes nacionales y
externos.
Muchas gracias, Hasta la Victoria Siempre,
Viviremos Viviendo y Venciendo.
Referencias
1. Castro, Fidel (1999).- Discurso en Conferencia de
Juventudes, La Habana, Cuba, enero de 1999.
2. Castro, Fidel (1999).- Discurso en Congreso Globalización
y Desarrollo, La Habana, Cuba, 19 de agosto de 1999..
3. Chávez Frías, Hugo Rafael (2006).- Discurso en el III
Aniversario del Frente Francisco de Miranda, 29/11/2006. Consultado en sitio
web http://www.todochavez.gob.ve el 7/8/15.
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Chávez Frías, Hugo Rafael (2011). Discurso
del 28 de febrero de 2011.
5. Chávez Frías, Hugo Rafael (2011). Discurso del 28 de octubre
de 2011.
6. Chávez Frías, Hugo Rafael (2011). Discurso del 3 de
diciembre de 2011 en la Constitución de la CELAC.
7. Chávez Frías, Hugo Rafael (2012).-. Discurso pronunciado
en la Avenida Cuatricentenaria, Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela.
Concentración en apoyo al Candidato de la Patria Hugo Chávez en el estado
Zulia. Consultado en sitio web
http://www.todochavezenlaweb.gob.ve/todochavez/238-concentracion-en-apoyo-al-candidato-de-la-patria-hugo-chavez-en-el-estado-zulia
8.
Ríos,
Rafael (2019).- Visión de la Seguridad Social en el proceso revolucionario
socialista de Venezuela. mayo 06, 2019 Consultado en sitio web
https://congresovenezuelaseguridad social.blogspot.com/2019/05/vision-de-la-seguridad-social-en-el.html
9.
Chávez Frías, Hugo Rafael (2012). Discurso 20
de octubre de 2012.
10. Capote, IIeana (2004). La globalización y las políticas
públicas medioambientales. Pag 379 en Una Ciencia Política desde el Sur,
colectivo de Autores, Coordinadora General
Dra.Thalia Fung. Editorial Felix
Varela, La Habana, 2004.
(*) Doctor en
Seguridad de la Nación. Profesor de las Maestrías en Derecho Internacional
Público (UBV), en Relaciones Internacionales (UMBV), en Política Exterior de
Venezuela (IAEDPG) y de la Licenciatura en Relaciones Internacionales
(EEI-UCV). Autor de la tesis doctoral “La macroestructura de sentido del
discurso del líder transformador socialista”. Tutor y Jurado de Tesis de
Postgrado. Analista internacional y
comentarista político en Telesur, VTV, RNV, YVKE, ANTV, Ávila TV, ViveTv, RT,
Sputnik e Hispan TV. Co-Presidente de la Tricontinental de las Relaciones
Internacionales y la Solidaridad (TRISOL) de Venezuela.
Conferencia ofrecida en el
1ER CONGRESO NACIONAL SEGURIDAD SOCIAL 2019.
29 de mayo, Caracas, Venezuela.
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