¿Logrará Trump desestructurar
el establishment?
Por
Ernesto Wong Maestre
"La
avalancha informativa sobre el proceso electoral presidencial de los Estados
Unidos de Norteamérica (EE.UU) en sus más disimiles modalidades y vertientes
políticas, sociales y hasta personales, no hacen sino confirmar que ese país
nunca más, al menos por varias décadas, podrá volver a exhibir su modo de vida
como un modelo para el mundo. El “american way of life” quedó enterrado en el
siglo XXI junto al ALCA y a las pretensiones geopolíticas de volver a ser el
gran hegemón mundial".(Wong, 7/11/16)
Así
lo reconocen hasta los más conservadores analistas políticos del imperio que lo
reafirmarán después de la reciente jornada electoral de este martes 8 en que el
magnate Donald Trump se alzó con el triunfo en las elecciones presidenciales,
venciendo no solo a la candidata del establishment estadounidense, Hillary
Clinton, sino también a los halcones de la guerra antirrusos.
Resulta
significativo que Trump ganó la nominación republicana lanzando críticas
mordaces a los políticos que han gobernado EE.UU, incluidos los de su partido,
y después, durante toda la campaña, Trump se distanció de muchos acuerdos
consensuados entre los dos partidos tradicionales que se han disputado y
ejercido el poder. Sus críticas personales hacia su contendiente, hacia la
inmigración mexicana y el uso del miedo llamando al desastre nacional de no ser
electo, entre otros elementos de su discurso, lo ayudaron a catapultarse hacia el
éxito.
Si
se observa detenidamente todo su discurso crítico, Trump trató de demostrar que
era un político dispuesto a socavar las bases de entendimiento entre la
sociedad y las élites del sistema político vigente que ha ocasionado tanta
pobreza hasta en EE.UU y limitaciones a ese “american way of life” del cual él
mismo fue beneficiario. Tampoco fueron casuales sus mofas hacia el guerrerista
congresista J.McCain quien se ufanó de haber derrocado al ucraniano
V.Yanukovich o las propias críticas contra su adversaria, calificada
indirectamente por él como golpista cuando señaló que él no sería un presidente
para “derrocar gobiernos”. Por otro lado resultaron muy significativas las
opiniones críticas anti Trump de los comentaristas de CNN de raigambre
contrarrevolucionaria, Carlos Alberto Montaner y Andrés Openheimer, quienes
viendo el ascenso electoral del magnate, pocas horas antes del desenlace
electoral, se mostraron hasta irrespetuosos con él. ¿Será que sintieron
peligrar sus ingresos provenientes del establishment?.
El
asunto es ver si Trump también seguirá el patrón de los anteriores presidentes
creyéndose ser otro enviado del supremo dios o ser el elegido de las
megacorporaciones y con ese poder codigno o compensatorio lograr desestructurar
el establishment y hacer el milagro de sacar a EE.UU de la crisis estructural
en que se encuentra y al menos vuelva a convertirlo en la democracia que soñó Alexis
de Tocqueville.
@ProfeWong
www.profewong.blogspot.com
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