Dos
herramientas contrarrevolucionarias
en la Venezuela Bolivariana
Enero de 2008
Hacemos un llamado patriótico, con todo el
sentir bolivariano crecido en nuestros corazones y todo el conocimiento
adquirido en esta larga batalla, para unirnos más en la construcción de una
Venezuela profundamente libre, independiente y soberana, y una Patria Grande
plena de dignidad y grande por su generosidad. Debemos reflexionar más para
percatarnos de que mientras empleamos demasiado tiempo en las rivalidades
internas y en enfrentar las amenazas de las ambiciones personales, el
adversario de clase de adentro y de afuera continúa –por todos sus condenables
medios y recursos- profundizando su estrategia y su acción para derrotar a la Revolución Bolivariana ,
en la cual, el foco de atención es el Comandante Hugo Chávez, nuestro
indiscutido líder, quien abrió el camino de esperanzas al pueblo venezolano y
alumbró a todos los pueblos del mundo, para poder construirse el sistema
social, económico y político más acorde a los intereses y necesidades del
pueblo.
Debemos hacer un esfuerzo mayor y el
sacrificio necesario, en tiempo y dedicación, para comprender –dentro de toda
esta necesaria revisión- que las revoluciones socialistas victoriosas pasan por
etapas de fuertes enfrentamientos ideológicos y hasta de conflictos armados
cuando los pueblos no logran consolidar la cohesión en torno al Programa
revolucionario y entonces comienza a proliferar la anarquía en el movimiento
revolucionario alentada por las fuerzas contrarrevolucionarias del gran capital
nacional y transnacional con publicidad, campañas promocionales de falsedades y
de valores individualistas, y hasta sabotajes de baja intensidad, tendientes a
alentar la frustración, el desencanto y hasta el stress que vaya minando las
conductas revolucionarias y deteniendo las actitudes patrióticas y socialistas.
Condenamos la guerra y debemos ser
consecuentes con esa condena. Debemos evitar a toda costa que se creen en Venezuela las
condiciones para ello. Ningún venezolano patriota va a dejar arrebatarse los
logros alcanzados y la mejor defensa para mantenerlos es la unidad de acción en
torno a ellos, evitando la inamovilidad o la inoperancia en los movimientos
sociales y políticos bolivarianos. Rechazar y echar a un lado a las voces
agoreras -si no comprenden este crucial momento de la Patria, es una necesidad
y una posibilidad. Escuchar y estudiar a las mentes lúcidas, en todos los
escenarios (políticos, sociales, culturales, deportivos, legales) y aplicar sus
planteamientos de rigurosos principios éticos bolivarianos, que son, en
esencia, revolucionarios, es una actitud dialéctica imprescindible.
Tenemos un claro Programa en el Proyecto Nacional
"Simón Bolívar" y tenemos resultados concretos de inmensos logros
sociales, económicos y políticos en los últimos ocho años, reseñados en el
Informe Presidencial del Comandante Chávez a la Asamblea Nacional. Todos
en Venezuela
sabemos que todo eso es cierto y por ello debemos evitar que los
contrarrevolucionarios nos "secuestren" los sueños. Los amigos de
todo el mundo –que no están infestado del virus globovisionario ni contagiados
con el maligno tumor de las ambiciones de cargos ni de poder personal- nos
recuerdan a diario las esperanzas que ellos también tienen en todo lo que hemos
logrado con la
Revolución Bolivariana bajo el liderazgo del Comandante
Chávez.
Hay hijos de Venezuela que no pueden disfrutar
de esos sueños bolivarianos porque ellos tienen otros, alentados desde el norte
"revuelto y brutal que nos desprecia". Estos "sietemesinos"
tratan de provocar una guerra civil en nuestra Nación –entre la gran mayoría
patriótica y la minoría proimperialista- tratando de reducir al máximo nuestro
optimismo con constantes programas televisivos y campañas noticiosas dirigidas
a bajar los ánimos revolucionarios hasta un nivel en que les permita imponer un
patrón violento de cambios contrarrevolucionarios.
Hay que detectar y contrarrestar a
seudorrevolucionarios y a compatriotas ingenuos temerosos que con actitudes
pesimistas tratan de imponer agendas de trabajo, inadecuadas para levantar la
autoestima revolucionaria y dirigidas a reducir los niveles de entusiasmo y de
reconocimiento de los éxitos alcanzados por los bolivarianos venezolanos y por
su líder, que juntos, con aciertos y desaciertos, han logrado hacer brillar a
nuestra Patria por todos los rincones de Venezuela y del mundo.
Ya derribamos un gran obstáculo en abril del
2002, vencimos las amenazas y sabotajes del 2003, derrotamos las patrañas
imperiales contra nuestro líder en el 2004, avanzamos bastante con las misiones
y proyectos populares en el 2005 y 2006 hasta alcanzar 7 millones de votos. Nos
enfrascamos en sacar adelante nuevas ideas y viejos proyectos en el 2007 sin
muchas condiciones creadas y la mayoría del pueblo no comprendió. Es hora de
estudiar más, de volver a sacar nuevas fuerzas, de insistir por todas partes en
hacer realidad el bello sueño de la Patria Grande , de volver a retomar las claves de
éxito con que hemos hecho temblar en más de una ocasión al imperialismo yanqui.
"Los flojos respeten, los grandes adelante", exclamaba José Martí
cuando se le venía arriba la fuerza del coloniaje imperial y se agudizaban las
querellas internas.
Hoy debemos reconocer, muy agilmente, porque
la Nación lo exige, después que se expresó la voluntad popular el dos de
diciembre, donde se observó una reiterada mayoría del pueblo rechazando las
opciones guerreristas y a las viejas élites oligárquicas, y también a los
destructores internos, cómo en pocas semanas vamos avanzando aunque con cierta
cautela revolucionaria. Es verdad, y también es verdad que van depertándose los
movimientos sociales y políticos bolivarianos que son parte de esas claves de
nuestros éxitos anteriores pues desde diversas "trincheras de
combate", con diferentes ritmos de acción, con una variada creatividad y
con diversos instrumentos de lucha evitaron que el poderoso adversario de clase
–muy diverso y metamorfoseado- concentrara su diabólico fuego
contrarrevolucionario sobre un único blanco, pero fundamentalmente, esa
diversidad revolucionaria o polo patriótico posibilitó que la voz del pueblo
revolucionario, guiado por el coraje e ideas bolivarianas del Comandante
Chávez, se expresara oportuna, genuina y totalmente ante cada intento
contrarrevolucionario. Nuestro futuro PSUV deberá tener muy en cuenta esta
clave al concebir la red que debe ser legitimada y en la cual se debe apoyar.
Nuestros pueblos no permitirán, bajo ningún
concepto, que el imperialismo yanqui vuelva a dominar nuestros recursos y
nuestros destinos como lo hicieron durante los gobiernos anteriores. Nuestros
pueblos seguirán construyendo las nuevas sociedades, e impulsando el liderazgo
del Comandante Chávez quien como todo líder revolucionario verdadero, siempre
sabrá convertir los reveses en victorias.
¡Hagamos un gran homenaje al Che en su 80
Aniversario¡
¡Hasta la Victoria Siempre
!
23 de enero de 2008
http://www.aporrea.org/actualidad/a49780.html
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