Por Ernesto Wong Maestre
Publicado el 7/3/2013 por Aporrea
“Todos somos Chávez” es un sentimiento que
comenzó a formarse en Venezuela a fines del pasado año y luego de extenderse
por todo el país ya constituye la esencia, el núcleo central, de lo que
podríamos llamar el paradigma Chávez o el modelo chavista de comenzar la construcción
socialista en Venezuela partiendo de sus condiciones histórico-concretas, donde
el capitalismo impuesto por la oligarquía dominante subordinada a los gobiernos
estadounidenses siempre encontró en la resistencia popular su adversario más
contundente.
Fue tan poderosa esa resistencia popular que se
convirtió en el sujeto histórico imprescindible de la Revolución Bolivariana y
hoy, el “todos somos Chávez”, lo convirtió el pueblo en un símbolo bolivariano
que recorre los cuatro puntos cardinales del mundo y hoy acapara la atención de
todas las nacionalidades terrenas. Solo en 1 hora del día 5 de marzo, día del
fallecimiento de Hugo Rafael Chávez Frías, más de mil millones de usuarios de
la red social Twitter se refirieron a él, lo que significa que más del 14% de
la humanidad usó esa vía de difusión y/o comunicación para dar a conocer su
opinión y que un por ciento mucho mayor centró su atención en las noticias
acerca del líder bolivariano, convertido ya en paradigma emancipador.
Recuerdo un día de abril de 1999, durante la
inauguración del 3er Encuentro Kiero Venezuela-Cuba de niños y jóvenes
beisbolistas, en el histórico estadio Palmar de Junco de Matanzas, Cuba, en mi
intervención pública de agradecimiento por las bondades brindadas a la delegación
venezolana de parte de la Universidad cubana “Camilo Cienfuegos” que expresé al
final de mis palabras: “Ahora tenemos de líderes a dos Comandantes: Fidel
Castro y Hugo Chávez”.
Meses antes, el Presidente Chávez había convocado
al referéndum Constituyente y el 25 de abril de 1999 el pueblo lo refrendó,
para ocho meses después aprobar la Constitución surgida de la Asamblea Nacional
Constituyente y un día después ser proclamada por esta magna cita. Sin dudas,
el Paradigma Chávez comenzaba a delinearse.
En estos catorce años transcurridos nunca imaginé
que me encontraría en esta dolorosa coyuntura, sobreviviendo la muerte del
líder más victorioso de toda la historia venezolana, y escribiendo sobre sus
hazañas políticas, económicas y sociales en pleno siglo XXI que han contribuido
a transformar la realidad y las expectativas de la gran mayoría de los seres
humanos de Venezuela y de otros países hermanos.
Cuando escribí lo hice para apoyarlo en la
formación ideológica de las nuevas generaciones. Hoy lo hago con el mismo fin y
en memoria del desaparecido querido Maestro de bolivarianos, auténtico
intérprete y constructor de la historia, marcada por la espada y pensamiento
del Libertador Simón Bolívar. Después escribiré con fines investigativos pues
su ideario y su praxis deben ser motivo de estudio científico en universidades,
liceos y escuelas.
GLADIADOR DE MIL BATALLAS
Comprender la esencia del Paradigma Chávez es
encontrar el significado de lo íntimo ascendiendo hacia lo concreto, hacia esa
multiplicidad de determinaciones que a diario y en el diario quehacer de la
praxis popular se va tejiendo en torno a ciertos acontecimientos de significación
nacional.
A solo cuatro meses de haber tomado por primera
vez posesión, en ese abril creador, la actuación del nuevo presidente
venezolano en función de promover una Constituyente y una nueva Constitución me
hacía intuir que estábamos ante un gobernante que cambiaría la historia de
Venezuela, aún cuando la región estaba plagada de gobiernos neoliberales y Cuba
comenzaba a dar pasos por salir de ese “período especial” que fue una
combinación de la reducción total de intercambio externo socialista y el
bloqueo económico, financiero y comercial que aún mantiene el gobierno yanqui.
Los días que vendrían después de aprobada la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se iniciarían con el
deslave ocurrido en el litoral de Vargas, convertido en tragedia social debido
a la cantidad de “viviendas” de pobres construidas en barrancos y cuencas de
arroyos, una de las características estructurales de la república heredada.
La ágil y estratégica decisión de Chávez de
volcar todos los recursos del Estado para ayudar a la población perjudicada y
aceptar el apoyo de los médicos cubanos, al mismo tiempo que frenaba los
intentos de EEUU de instalar una base militar en la zona, marcaría de profundo
significado el camino elegido: el de la independencia con justicia social y
solidaridad.
A partir de ahí, se abrió en la vida política
venezolana la fase de consolidación del nuevo gobierno, bolivariano por
definición constitucional, caracterizado por las reiteradas victorias populares
ante las arremetidas conservadoras. Estas, a partir del derrotado golpe de
Estado del 2002, gracias a la unidad cívico-militar de base, comienzan a tener
los rasgos de las agresiones contrarrevolucionarias de orientación imperialista
realizadas contra otros procesos revolucionarios.
Tales arremetidas adquieren mayor veracidad meses
después con el dañino sabotaje petrolero, vencido por el pueblo a inicios de
2003 que dio al gobierno la capacidad de controlar los principales ingresos en
divisas del país.
En esos dos acontecimientos, Chávez y su equipo
bolivariano apoyado por esa unidad cívico-militar implantó dos récords:
primero, vencer en cuarenta y ocho horas a cuarenta generales sublevados, plana
mayor de las FFAA y otros oficiales golpistas así como a la cadena de televisoras
y radios privados que manipularon y falsearon la información que le llegaba al
pueblo para apoyar a los anticonstitucionalistas, y segundo, vencer un sabotaje
ejecutado por las élites directivas de tecnócratas en la principal riqueza
energética del país que posee la más grande reserva petrolera certificada del
mundo.
CONSTRUCTOR DE RÉCORDS POLITICOS COLECTIVOS
A los siete años de gobernar, ya Hugo Chávez
había marcado sus claves de liderazgo inconfundible y que comenté en un
artículo del 2007 que titulé "Muchas razones para ratificar por otro
período presidencial a Hugo Chávez, el candidato de la Revolución”.
Prefiero volver a recordar lo que constituyen
otros récords de liderazgo revolucionario alcanzados con inteligencia y
creatividad, ética socialista y audacia política. Ellos están totalmente
imbricados e interinfluyéndose mutuamente, veamos.
Chávez fue el primer Presidente de Venezuela en
informar bien y bastante al soberano, es decir, al pueblo; una de las
condiciones necesarias en todo proceso de transformaciones sociales que va
conjuntamente con la praxis revolucionaria de acciones posibles, como por
ejemplo levantar la autoestima nacional. En ese sentido, fue el Presidente que
rescató el orgullo de ser venezolanos y de ser hijos e hijas de la República
Bolivariana de Venezuela al tiempo que se dedicó a transformar al país para
convertirlo en una gran Nación, abriendo los cauces al desarrollo impetuoso de
las fuerzas productivas nacionales, ante todo controlando las inmensas riquezas
petroleras y colocándolas en función de satisfacer más las necesidades sociales
y de servir de base del desarrollo.
Parafraseando a Fidel cuando se refirió a
Vladimir Ilich Lenin en el centenario de su natalicio, digo hoy que Chávez
también fue “un gladiador de mil batallas”, con la democracia como escudo y
principio cardinal, y de espada, las ideas bolivarianas, lo que lo convirtieron
en el primer presidente venezolano en gobernar 14 años consecutivos sometido a
la voluntad popular, expresada en 16 procesos electorales universales o
regionales directos y secretos ganados ampliamente.
Fue el Presidente más audaz y valiente en
defender la Patria ante las agresiones imperialistas de Estados Unidos contra
Venezuela y el primero que construyó decisiones gubernamentales de impacto
masivo para elevar el nivel de educación gratuita de todos los ciudadanos, premisa
para la defensa integral de la Patria.
El Comandante Presidente fue el primero de todos
lo mandatarios venezolanos que promovió y garantizó concretamente los cambios
políticos en los tradicionales poderes que demandó el pueblo y contribuyó
decididamente como Jefe de Estado a crear el Poder Electoral y el Poder Moral
para blindar lo que se viene formando también con su guía desde abajo: el Poder
Popular, concebido por Chávez como la unidad pueblo-gobierno-fuerzas armadas.
Él fue firme y sereno en firmar y promulgar Leyes
Habilitantes contra la desigualdad social y para mejorar la vida familiar,
manteniendo la paz social, sin guerra civil, ni represión, ni desaparecidos,
como sí ocurrió durante la república anterior.
Chávez se ganó el cariño, lealtad y amor de sus
conciudadanos patriotas por ser el primer Presidente en dar las mayores
posibilidades para que la sociedad defienda y garantice la igualdad de género y
las mujeres sean respetadas, valoradas y estimadas con equidad y justicia, y
por ser el primer Presidente venezolano preocupado y dedicado en darle mayores
y más extensos servicios de salud gratuitos a todo el pueblo.
También, por ser el Presidente venezolano que más
amistad y hermandad ha establecido con el pueblo cubano y con sus líderes Fidel
y Raúl Castro, en correspondencia con el apoyo mutuo entre ambas naciones que
fluye como el mismo río Orinoco.
Pueblos de los cinco continentes y el suyo lo
admiran por ser el Presidente de Venezuela que más ha ayudado a los pueblos
necesitados de Nuestra América, tal y como lo pedía Jesucristo a sus
seguidores, y por ser el primero de todos en recibir solidariamente y atender
con justicia y equidad a los emigrados de otras naciones, y conjuntamente por
ser el primer gobernante venezolano en hacer respetar la soberanía nacional, la
independencia y la autodeterminación del pueblo ante las amenazas provenientes
de otros gobiernos capitalistas e imperialistas.
Chávez fue el primer Presidente venezolano en ser
un líder mundial aclamado por los pueblos y ahora, después de su fallecimiento,
es venerado y aclamado en cientos de ciudades del orbe.
También fue el Presidente de Venezuela que más ha
impulsado el deporte nacional desde las bases sociales y comunitarias, y el
primero en extender masivamente la universidad por todo el territorio nacional
hasta alcanzar proporciones de magnitud mundial.
Todo ello le valió para ser el primer Presidente
venezolano que comenzó a distribuir más equitativamente las riquezas del país y
al mismo tiempo fue el primero de los presidentes venezolanos en no permitir
que los monopolios extranjeros continuaran imponiendo las decisiones
gubernamentales como ocurrió antes de 1999.
El Comandante Presidente Chávez fue el Jefe de
Estado que más ha propiciado el rescate de la identidad cultural y artística de
los venezolanos y el más dispuesto a gobernar con todos y para el bien de
todos. Y al mismo tiempo, es el Presidente más preocupado y ocupado en
elevar el bienestar de las comunidades indígenas de Venezuela y el mandatario
venezolano que más ha hecho por los pensionados y ciudadanos de la Tercera
Edad, a los que le garantiza un ingreso sistemáticamente ajustado a los niveles
de inflación.
Chávez fue el creador de las ya famosas Misiones
Sociales en Venezuela, de una variedad extraordinaria, como vía organizativa
para gobernar con equidad y justicia social, y con participación política muy
masiva, lo que lo convirtió en el primer Presidente de Venezuela en gobernar
con el pueblo y, a su vez, en crear los Consejos Comunales, como forma del poder
popular para participar en las decisiones de gobierno.
Fue el Presidente venezolano que con más decisión
y fuerza impulsó potentemente el desarrollo de la infraestructura como base
necesaria del desarrollo integral y comenzó a intercomunicar por vía terrestre
y espacial a través de vías férreas y autopistas, así como por los satélites
Bolívar y Miranda, a todas las regiones del país y el primero en realizar miles
de obras constructivas al alcance de los pobres y sectores medios, desde
edificios y casas hasta puentes, escuelas y hospitales.
Y en el plano externo, sus éxitos en las
transformaciones políticas y sociales le proporcionaron una base sólida para la
proyección internacional de Venezuela. Luego de crear el 14 de diciembre de
2004, junto al Comandante en Jefe Fidel Castro el ALBA (Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América), el Comandante Presidente Chávez se
convirtió en el primer gobernante venezolano en iniciar una agenda emancipadora
intensa en torno al petróleo como es Petrocaribe con beneficio mutuo entre 21
países y en torno a los ideales de integración del Libertador Simón Bolívar
como son UNASUR (Unión de Naciones de Suramérica) y CELAC (Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños).
Desde su trinchera en pleno proceso postoperatorio
Chávez supervisó, entre otras tareas, la marcha de la construcción de la Zona
Económica Petrocaribe impulsada en la reunión del pasado 10 de enero y constató
con alegría el avance de las 13 empresas mixtas creadas con diez países, entre
ellos, los integrantes del ALBA-TCP.
Hasta el último minuto de su vida Chávez dedicó
lo mejor de sí a la Patria y por ello su pueblo lo premió elevándolo a la
inmortalidad, sosteniéndolo “en las agitaciones excelsas de la gloria” como
decía su José Martí, otro de sus guías espirituales junto a Bolívar,
Rodríguez, Zamora y Fidel.
Líderes hermanos y Estadistas de diversos signos
ideológicos presentes en las honras fúnebres del 7 de marzo mostraron con su
presencia su amistad hacia el líder bolivariano, ante un pueblo respetuoso y
educado, y ante el mundo, gracias a la transmisión de Telesur-VTV, y dieron fe
de la grandeza y entereza de nuestro querido Hugo Chávez.
SER COMO CHAVEZ
Decir “Todos somos Chávez” es reconocerse a sí
mismo como líder de su propio ser, comprendido en un contexto social,
reconociendo al colectivo unido por un liderazgo, a la fuerza de las masas
organizadas para alcanzar un fin ético y social, explícito en la praxis
socialista conjunta líder-pueblo. He ahí por qué afirmé desde el inicio de este
artículo que ese lema asumido por la mayoría del pueblo o la masa crítica que
hace posible la continuidad revolucionaria es la esencia o núcleo central del
Paradigma Chávez.
Considero que Chávez tendrá una trascendencia
mundial de proporciones inimaginable por todo lo mencionado hasta aquí, fundido
en un mismo líder, conformando todo un paradigma con un fin preciso. En
particular, por ser el primer Presidente en el mundo que propuso a la sociedad
–sin complejo ni prejuicio alguno- construir el socialismo, antes de realizarse
la primera reelección presidencial, como muestra de la total confianza que tuvo
en la sabiduría y valentía de su pueblo, convencido de que éste transitará con
éxito la “vía venezolana al socialismo”.
Es ahí donde considero que radica el gran aporte
que Hugo Chávez hizo a la humanidad: dar las claves sociales para poder
transitar, en paz, de una formación socioeconómica depredadora a otro sistema
social que respete la dignidad del ser humano y proteja la naturaleza, mediante
la desestructuración del capitalismo y la construcción del socialismo. En
nuestro caso, sobre las condiciones histórico-concretas de Venezuela que
también pueden ser creadas o modificadas por el propio ser humano como lo fue
logrando Chávez junto al pueblo.
Ahora, después de seis años de aquellos artículos
vuelvo a afirmar que “la honestidad se impondrá a la apatía” que “la razón
vencerá sobre la ignorancia” y que “el amor ganará esta batalla” y como expresé
en el 2006 en el artículo “Hugo Chávez se lo merece” siempre existieron “muchas
razones para ser reelecto por su pueblo”. Por todas esas razones, el próximo 14
de abril la mayor parte del pueblo ratificará con Nicolás Maduro su
autodeterminación socialista.
Chávez ganó todas las batallas. Hasta su muerte
la convirtió en una gran victoria, expresada en los millones de combatientes
dispuestos a vencer todas las nuevas metas por el socialismo. Murió convencido
de ello, como lo manifestó más de una vez en ese loable esfuerzo a lo largo y
ancho del país en la última campaña presidencial ganada el 7 de octubre
del 2012. “Tú eres Chávez”, le decía a la mujer, “tu eres Chávez”
le decía al joven, “tú eres Chávez” indicaba al niño o a la niña, “tú eres
Chávez” extendiendo su dedo al miliciano parado en firme, “tú eres Chávez” le
decía a la vecina asomada la ventana para escuchar su discurso alentador, “tú
eres Chávez” indicaba al camarógrafo que le grababa.
¡Todos somos Chávez! es la consigna estratégica,
digna y versátil que acompañarán al líder en la gloria y al pueblo en esta
larga batalla. Somos sus seguidores quienes tenemos que ser a diario como
Chávez para seguir con su obra victoriosa, ganando las nuevas batallas junto al
ya formado líder bolivariano Nicolás Maduro, que también serán contiendas
ganadas por Chávez.
Las lágrimas que hoy vertimos por Chávez se
convierten en nuevos sueños y nuevas armas. Los lanceros que él formó
convierten sus lágrimas en nuevas lanzas productivas; los misioneros que él
formó convierten sus lagrimas en misiones exitosas; las madres y abuelas del
barrio que él favoreció convierten sus lágrimas en nuevas fuerzas para seguir
viviendo y educando a sus hijos y nietos; los militares que él formó convierten
sus lágrimas en conductas altamente éticas para elevar la moral combativa; los
educadores que él formó convierten sus lágrimas en ideas y sólidos
conocimientos sobre el mundo y la vida para así acompañar mejor con las nuevas
tecnologías a sus estudiantes; los abogados que él formó convierten sus
lágrimas en nuevos procesos jurídicos y normas justas; los deportistas que él
estimuló convierten sus lágrimas en nuevas victorias y récords; los artistas e
intelectuales que interpretan a través de una u otra modalidad las enseñanzas
de Chávez hacen de sus lágrimas un nuevo altar creativo; en fin, los ciudadanos
y ciudadanas que él formó hacen de sus lágrimas las armas más poderosas contra
la ignominia y la maldad de la oligarquía.
Ser como Chávez es actuar con generosidad,
gestionar y dirigir de forma planificada, equilibrada y estratégica en
constante intercambio con el pueblo, con una visión humanista de un nuevo modo
de vida sustentable y sostenible en construcción permanente, con identidad propia,
la que él llamó “socialismo revolucionario”, “socialismo bolivariano” o
“socialismo equilibrado”.
Ser como Chávez es entregarse a la causa
revolucionaria sin otro fin que hacer el bien, practicar la virtud para
alcanzar la felicidad, es desarrollar la capacidad para congregar, para unir
cada vez más seres humanos patriotas, y capacidad para integrar de forma socialista
todos los espacios del territorio nacional, incluido el insular y marítimo.
Ambas capacidades se desarrollan y aplican al unísono de forma dialéctica, como
nos enseñó Chávez.
Chávez contribuyó como ningún otro al culto de
los venezolanos y venezolanas a la dignidad plena del ser humano y para ello
insistió una y otra vez en enfrentar los problemas yendo a las causas que los
originan para cortar de raíz sus sustentos. Ir a la raíz, es ser radical, decía
Chávez recordando a Martí y exigía preguntarse siempre por “el por qué” de los
problemas y “el por qué” de las políticas, de las estrategias, para persuadirse
profundamente y tomar conciencia plena de lo que se debe hacer. Fue radical, y
lo fue tanto que logró transformar de forma fulminante la oscura realidad del
capitalismo en una nueva realidad transitoria hacia el socialismo.
Su buen carácter no fue obstáculo para ser firme
ante las maniobras mediáticas que constantemente le acosaron desde esos
tenebrosos laboratorios televisivos proimperiales o desde las trincheras de las
conferencias de prensa. Nunca lo vencieron porque fue capaz de enseñarle a su
pueblo los oscuros fines de tales manipulaciones y fue el Soberano el encargado
de no dejarse engañar por los voceros y “periodistas” de la oligarquía.
Ser como el invencible Chávez, es crear
sistemáticamente las condiciones para seguir alcanzando logros para el pueblo
que permitan acumular fuerzas y recursos para dar saltos cualitativos, como los
dio el pueblo con su obra en los catorce años que tuvo la dicha de tenerlo de
líder.
Ser como Chávez es convertirse en un dirigente
capaz de crear sus propios relevos en cada puesto de trabajo, tan capaces como
él y al mismo tiempo es ser muy preciso para seleccionar y proponer para cada
cargo a los cuadros más idóneos que sean capaces de darle continuidad y
profundidad a las tareas específicas de ese cargo, sin querer cambiar todo de
la noche a la mañana porque esa no era la visión dialéctica de Chávez, ni
tampoco estar inactivos o impasibles ante los problemas sin resolverlos. “Es
cambiar lo que debe ser cambiado”, nos dice Fidel, y en el momento preciso que
debe ser cambiado, como hizo Chávez.
Ser como Chávez es reconocer en los jóvenes “la
arcilla fundamental de nuestra obra” y en los niños y niñas “la esperanza del
mundo”. Ser como Chávez es admirar día a día el crecimiento ideológico de la
juventud y darle oportunidades para que realicen sus sueños patrióticos y se
formen como estadistas.
Y un estadista como Chávez debe ser capaz de
consultar sistemáticamente la opinión de sus colaboradores para construir
cualquiera de los tipos de decisiones que les compete, aún estando en público,
porque consultar, investigar, preguntar es sentido de grandeza y de
inteligencia y esas eran dos cualidades de Chávez. ¡Epa Diosdado!, ¿qué tu
crees de esto?, ¿qué dices Nicolás sobre esta situación?, ¿qué tu opinas María
Cristina? ¡dinos tu opinión Giordani!, eran expresiones cotidianas en el estilo
de dirección del Comandante Chávez que observamos en los Consejos de Ministros
televisados, usada para encontrar varias ideas hacia la solución de problemas
de gobierno y para reconocer al otro, al que se tiene al lado, al que se tiene
enfrente, algo esencial en el Paradigma Chávez.
El Comandante bolivariano supo qué hacer y cómo
lograrlo en cada momento, estableciendo prelaciones para cumplir las acciones
cuando era necesario, con una visión prospectiva ajustada a la realidad, pero
también a la realidad posible, a partir de la convicción de lo que se va
logrando, que es lo que garantiza que la audacia, esa audacia chavista, dé sus
frutos y garanticen el adecuado ritmo, la necesaria armonía revolucionaria y el
equilibrio del proceso bolivariano de transformaciones sociales.
Ser como Chávez es aplicar su Paradigma, es
defender firmemente los principios de la Revolución Bolivariana y dar pasos
concretos para continuar desintegrando al sistema depredador del capitalismo,
al ritmo que indique la construcción socialista del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo.
(*) Docente universitario y Co-Coordinador de
Covenpri
Twitter:
@ProfeWong Email: wongmaestre@gmail.com
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