Conciencia, ciencia y organización ante las
amenazas a la paz
Por Ernesto Wong Maestre (*)
Reflexiones
introductorias
Uno de
los problemas más agudos de la etapa de tránsito de sistema
sociopolítico-económico en la Rusia Soviética para las fuerzas propulsoras de
las transformaciones fue el “espontaneísmo” como corriente política en las
fuerzas bolcheviques que de una u otra forma frenó el ritmo de las acciones
para la toma del poder y luego para las necesarios cambios en la primera década
en el poder (1917-1927), aunque para combatirlo ideológicamente se propició la
formación de un rígido sistema político (sin distinguir espontaneísmo de
iniciativa espontánea del pueblo a la que siempre exhortaron Marx y Lenin).
Ello estuvo condicionado también, significativamente, por las amenazas y
agresiones externas de naturaleza imperialista que con el tiempo fue apagando
el fuego interno de la rebeldía popular y cortó en muchos sectores del
desarrollo social y científico el ímpetu comunitario espontáneo, necesario y
organizado para vencer la herencia capitalista semifeudalizada y los planes
anticomunistas del imperialismo. La desestructuración de la Unión Soviética,
siete décadas después de su formación, provocó el surgimiento forzoso de
gobiernos proestadounidenses en los países liberados por los soviéticos y
soviéticas del facismo alemán e italiano, y que hoy, paradojicamente muchos de
ellos, forman parte de la OTAN por tener gobernantes que siguen siendo leales,
como antes, a sus verdugos.
Si una de
las premisas de Fidel, Che y Chávez para la construcción del socialismo es que
-a diferencia de otros sistemas- este debe ser resultado de una actividad
transformadora consciente, resulta evidente que la burguesía, en
cualquier país que se emprenda esa tarea, se dedica a obstaculizar de
diferentes formas y por diversas vías la formación adecuada de la conciencia
del pueblo, al menos la conciencia necesaria para impulsar el tránsito al
socialismo. Resulta una actividad consciente cuando se van dominando las fuerzas
retardatarias con la realización de proyectos socialistas y cuando se van
elliminando de forma consecuente la "herencia capitalista" objetiva y
sobre todo la subjetiva que es muy significativa en un proceso democrático
participativo y protagónico -como es el venezolano- con presencia física en todos los ámbitos,
junto al pueblo combatiente, del ser burgués o del ideario individualista
asentado en la propia cultura popular y hasta en mucha legislación. Esa
contradicción la previó y la alertó el Che cuando se refirió a la “herencia
capitalista” contra la que se debe luchar y que es otra de sus premisas de la
construcción socialista, sobre todo en esta etapa de tránsito.
Es
necesario reconocer que desde 1819 ya Bolívar preveía el ideal socialista sin
nombrarlo pero expresado en la virtudes que destacó El Libertador cuando dijo a
los legisladores:
“Por el engaño
se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha
degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de
las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia
destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y
de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento
político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones;
toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza
por la justicia”.
No está de más resaltar que todo lo subrayado en negrita son procesos
generados por las estructuras psíquicas de la personalidad que configuran tanto
el comportamiento como la conciencia con la cual se analiza-sintetiza, se
decide y se actúa -con afectividad, conocimiento y metacognición- en la praxis. Unos de esos procesos son a
veces consecuencias, y en otras ocasiones actúan como condicionantes o
significantes con fuertes sentidos políticos para la acción.
La conciencia, el proceso transformador y las amenazas
En fin, desde la época del Libertador Simón Bolívar hasta la del líder
chavista y Presidente Nicolás Maduro, el gran problema de una revolución es
transformar las conciencias en tanto se transforman las estructuras
capitalistas. Pero si se carece de la filosofía marxista-leninista (enriquecida
como unidad indisoluble por varias generaciones de pensadores y líderes
revolucionarios del mundo, que es hasta ahora la única concepción integral que
ha corroborado en la praxis las contradicciones y mostrado el destino
desastroso y depredador del capitalismo que requiere transformarlo) transitar
la vía hacia el socialismo se hace un proceso muy complejo aunque nunca
imposible si se mantiene el pueblo en el poder del Estado acompañado y
fortalecido por la unidad cívico-militar, como
ocurrió en China, Cuba, Vietnam, Corea del Norte y otras naciones. Ya lo
decía V.I.Lenin: “la teoría sin práctica es nula pero la práctica sin teoría es
ciega”. La globalización o mundialización alcanzada por la humanidad exige
resemantizaciones de conceptos y de teorías enriquecedoras del marxismo para
abordar con éxito las tareas sociales transformadoras ante el histórico potente
enemigo de la humanidad como lo es el imperialismo que no deja de argüir
estrategias violentas, financieras y comunicacionales, fuertemente integradas,
para reforzar su poder de dominación.
Los líderes socialistas chinos -comprensivos de la cruda realidad por la
que atraviesa “el tigre de papel”- enfocan su praxis con el fortalecimiento de
la organización de la militancia partidista y la visión de “la triple
representatividad” y en lo externo con la construcción global de una “comunidad
de destino compartido” mediante el proyecto de “la Franja y la Ruta” que va
creando condiciones significativas para ir logrando el desarrollo integral en cada país
beneficiado.
En el caso del socialismo vietnamita, al comenzar la etapa de
reconstrucción nacional, luego de derrotar militarmente a EE.UU y unir a todo
Vietnam, se trazó en 1978 un proceso de renovación (Doi Moi) que también fue
desencadenante de numerosas transformaciones. No pocas experiencias se han
aportado al ideal socialista. Después de cuarenta años de praxis transformadora
es que la revolución vietnamita intensifica con denuedo la acción por elevar de
forma universal la seguridad social, ahora apoyándose en un impetuoso
crecimiento económico de rango mundial y en la voluntad mayoritaria de alcanzar
el ideal del Tio Ho de construir un país “mil veces más hermoso”.
Por su parte, el liderazgo fidelista en las actuales circunstancias,
soportado por un heroico pueblo resistente al férreo bloque comercial,
económico y financiero impuesto por los gobiernos de los EE.UU por casi sesenta
años, está dirigiendo el proceso constituyente popular hacia la preparación y
luego aprobación en referendo de una nueva Constitución enfocada a consolidar
el socialismo, con la más amplia participación, tipos de propiedad sobre los
medios de producción, política exterior internacionalista-antimperialista y
bajo el liderazgo del Partido Comunista que son cinco amplios principios en
torno a los cuales se da la conviviencia pacífica y segura que caracteriza la
Cuba de hoy.
En Venezuela, se transita un proceso revolucionario sui géneris como
también son los mencionados anteriormente, y ninguno de ellos deja de reconocer
que traspasar la etapa socialista y alcanzar el sistema ideal planteado por
Marx y Lenin, debe ser una tarea en que esté inmersa la mayor parte de la
humanidad con las riendas en sus manos del poder del Estado en cada país. Solo así
se podrán trazar los nuevos derroteros y fines soñados desde Saint Simon hasta
Fidel Castro o Hugo Chávez. Algunas particularidades de la construcción
bolivariana se abordarán más adelante.
Para ser comprendidos y correctamente interpretados los procesos antes
referenciados, se debe considerar profundamente la dialéctica
revolución-imperialismo y el significado que para ambos polos tiene la actual
correlación de fuerzas mundiales entre las naciones que aspiran a un mundo
mejor y aquellas que batallan por mantener sus privilegios alcanzados en el
mundo que va feneciendo aceleredamente como consecuencia de las agudas
contradicciones generadas por el capitalismo y la voluntad expresa de los
pueblos, ante todo históricamente explotados; también de aquellos que reconocen
y comprenden la desigualdad social reinante en las otroras “economías de
bienestar”; y de aquellos sectores
inconformes por no poder seguir llevando el modo de vida derrochador y
dispendioso que les animaba la vida en sus países “desarrollados”.
Hoy se pueden vislumbrar las líneas centrales de la política exterior
del gobierno de EE.UU y hasta ciertas tendencias de sectores de poder latentes
en el panorama estadounidense. Contener por todas las vías posibles el avance
de China, Rusia, India, Brasil y Suráfrica que avanzan en los continentes
ocupando espacios económicos con normas consensuadas con los actores estatales;
fortalecer la presencia estadounidense en cualquiera de los ámbitos en las
zonas fronterizas a Rusia y China, en particular los países exsoviéticos,
Venezuela, Corea del Sur, Vietnam, entre otros;
alentar los conflictos sociales en general de esos países priorizados,
en particular los interétnicos y fronterizos que generen preocupación e
inversiones armamentistas como fuentes de ingreso para sostener la política
exterior bélicista; presionar cada vez con mayor intensidad a las start up para
hacerlas regresar o lograr que se establezcan
a EE.UU; aplicar todas las herramientas (desde las comunicaciones
directas, el uso de mercanarios o sicarios, hasta las operaciones encubiertas o
de bandera falsa) con que puedan confundir, chantajear o sobornar a
personalidades de los ámbitos militar, financiero o comunicacional y someter al
trabajo intenso de producción y difusión de fakes news mediante pagos a
voceros, periodistas, productores, guionistas, entre otros, en función de los
objetivos cimeros de recomponer la supremacia mundial estadounidense.
Una amplia gama de contradicciones sociales, económicas y políticas se
desarrollan mundialmente en el contexto de una cuarta revolución
científico-técnica que por ser de naturaleza digital de más amplio acceso
individual impacta de diversas formas y direcciones en las sociedades, los
Estados y las comunidades regionales y comunidad universal. Los líderes
socialistas de China, Vietnam, Cuba y Venezuela están consciente de esos
procesos y se proyectan en consecuencia.
Ejemplaridad y comunidad de acción organizada ante los retos
Por todo ello, es pertinente recordar esas palabras de Carlos Marx, el
primer científico de la construcción del socialismo: "En la ciencia no hay
calzadas reales y quien aspire a remontar sus luminosas cumbres tendrá que
escalarla por senderos escabrosos". Ciencia, conciencia y
retos son tres componentes claves en la construcción consciente del socialismo.
Retos son esos caminos, senderos o
rutas preñadas de obstáculos y abismos, implantados por las burguesías y
reforzados por el imperialismo, y son los que el materialismo dialéctico e
histórico, interpretado a la luz del siglo XXI, ayuda a afrontar y salir
airosos. Cuando Marx prologó así su 1er Tomo de El Capital –después de
varios años de investigación y praxis-
ya había perdido algunas de sus hijas por hambre mientras concluía su
obra para la posteridad socialista. Ese es el desprendimiento como virtud, el
mismo que llevó a Bolívar a entregar su fortuna para la causa de la
independencia. Igualmente, Che dejó toda la "comodidad" de los
Ministerios y antes de marchar hacia África y luego a Bolivia, todos los domingos
se iba a las fábricas a trabajar con la clase obrera, la que motivaba con su
ejemplo y la movilizaba continuamente. Che cumplió su palabra de dar todo por
la Revolución e hizo realidad su histórico llamado: "bienvenida sea"
la muerte si la obra socialista continúa.
Esos senderos escabrosos que mencionó Marx hace casi dos siglos, hoy son
también esos escollos, falsedades, mentiras, sofismas, instrucciones malsanas,
chantajes, sobornos, e incluso neopositivismo en las academias e individualismo
atroz en el comportamiento, de personajes tenebrosos que el imperio y su
neoliberalismo instaló y mantiene en la política y también en contra de la
enseñanza dialéctica en las universidades, centros de investigación,
ministerios, medios de comunicación, productores de cine, y en instancias de
recursos humanos de instituciones con el único fin de potenciar el ideal
individualista sobre el ideal comunitario. Si esa contradicción no se
resuelve desde la propia conciencia de cada quien -ante todo de los y las que
dirigen a todos los niveles- y la dirección de la Revolución tarda en
resolverla con normas, proyectos y operaciones estructurantes comunitarias, plenamente conscientes por parte de
quienes dirigen, coordinan y participan, el camino y ritmo del tránsito se hará
más lento al que debería tener después de diecinueve años de proceso
revolucionario. Para lograr potenciar el ideal comunitario se requiere elevar
los niveles de organización y de legitimidad de acción a nivel de base de la
militancia bolivariana.
Luego de veinte años de revolución social, está necesitándose en
Venezuela la profunda mediación, necesaria y suficiente, entre las
esferas de dirección de la Revolución y la praxis transformadora del pueblo que
es -ante todo- la acción viable, autosostenible e integral de la
militancia revolucionaria organizada, de esos 6 millones de votantes
consecuentes con el rumbo revolucionario para que de forma eficaz y eficiente
conviertan cada espacio institucional o comunitario en polos de
transformaciones sociales integrales, tanto objetivas como subjetivas.
El líder bolivariano, Nicolas Maduro, ha identificado la organicidad de
la militancia como una necesidad insoslayable y así lo expresó recientemente en
una de las plenarias del IV Congreso del PSUV. Es crucial que los cambios de
las formas de propiedad en los medios de producción o de distribución deban ir
acompañados de la profunda comprensión social por
todo el “bloque histórico” que los genera; también del cambio de las
opiniones perjudiciales a la Revolución y concepciones erróneas sobre el
liderazgo bolivariano en segmentos significativos para las transformaciones del
país; así como por el cambio de visiones acerca de las estrategias a emplear
que permitan engrosar más las filas de vanguardia y lograr que se
potencie masivamente el ideal comunitario, no solo con normas, decretos y leyes
que son necesarios sino también con proyectos y acciones cotidianas en que las
comunidades puedan mostrar a diario su potencial y ejercer su poder de forma
legítima que significa contar con respaldo social, jurídico, comunicacional
y policial-militar.
En eso se está y hay que lograr la concientización masiva de ello con un
discurso estructurado (1) con sentido histórico, patriótico y socialista de
forma semejante al de Lenin, Mao, Fidel y Chávez que fortalece al convencido,
persuade al incauto y convence al testarudo honesto o al ciudadano o ciudadana
políticamente neófita debido a la exclusión capitalista de que fue víctima. Es
la labor cotidiana que sobre todo el complejo imaginario social debe realizar
la militancia revolucionaria organizada y apertrechada de lo más avanzado de la
ciencia y la tecnología en esta época digital. La forma en que se organice
-ajena a las formas espontaneístas desmovilizadoras- debe estar dirigida a
garantizar el cumplimiento de esas tareas de conciencia y de aplicación de las
ciencias para lograr una economía productiva, una mayor seguridad social con
estabilidad política y felicidad hacia el desarrollo integral que les dará el
necesario sustento definitivo.
Chávez cumplió, hasta su último segundo de vida, con Bolívar y Zamora,
con todos los que ofrendaron en Venezuela su vida por la revolución en los
últimos cien años, con Sandino, Che, Allende, Bishop y Fidel, tanto en la
práctica como en la teoría revolucionaria aportada en sus discursos y escritos.
Todos los revolucionarios venezolanos y residentes hermanos y hermanas siguen
haciendo la Revolución, juntos y unidos, como la hicieron sus mentores
políticos que hoy están en la gloria, y como hoy la conduce, cada día con más
experiencia, conocimientos y razones, el Presidente de la Nación y líder
popular, Nicolás Maduro Moros. A él se debe ayudar y respaldar porque hace
posible lo que para muchos parecía imposible. Y lo hace con el pueblo,
empleando esfuerzo, sacrificio y pasión en cada tarea, para enfrentar de forma
talentosa, virtuosa y valiente ese poderío imperial y capitalista amenazador de
la paz que está condenado históricamente al fracaso por inhumano, enajenante y
depredador.
Notas
(1) De la macroestructura de
sentido de los discursos de los líderes transformadores socialistas versó la
tesis doctoral del autor defendida y aprobada en la UMBV el 15 de junio de 2018
y sobre la cual se ofrecerán seminarios y talleres.
(*) Profesor de las Maestrías en
Derecho Internacional Público (UBV), en Relaciones Internacionales (UMBV), en
Política Exterior de Venezuela (IAEDPG) y de la Licenciatura en Relaciones
Internacionales (EEI-UCV). Doctor en Seguridad de la Nación 2018.
Autor de la tesis doctoral “La macroestructura de sentido del discurso
del líder transformador socialista”. Analista internacional e comentarista
político en Telesur, VTV, RNV, YVKE, ANTV, Ávila TV, ViveTv, RT, Sputnik e
Hispan TV.
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