Cuba: ¿Transición, cambios o continuidad?
Por:
Tony López R. (*)
Estas son las tres preguntas que la prensa internacional y en las redes sociales se publican y algunos las responden, en su gran mayoría con una
enorme superficialidad, y desconocimiento histórico, otros con un marcado
acento político según sus intereses y
posiciones políticas e ideológicas generalmente contrarías a la
Revolución Cubana.
Trataré, en este breve espacio periodístico, trasladar mi opinión. En resumen, las tres interrogantes se han venido
desarrollando en estos 60 años de Revolución triunfante.
La transición se comenzó a dar en Cuba
luego del triunfo revolucionario sobre
la brutal y criminal dictadura de Fulgencio Batista, que se sostuvo durante 7 años en el poder,
gracias al irrestricto apoyo del
gobierno de los Estados Unidos y de los Partidos Políticos cubanos que
desde 1902 vinieron gobernando bajo la tutela de Estados Unidos.
Hay que recordar que los primeros 30
años del siglo XX de seudo independencia,
los gobiernos de Cuba estaban bajo la
aplicación de la bochornosa
Enmienda Platt, que Estados
Unidos impuso y que le daba el derecho de intervenir en los asuntos internos de
la isla, incluida la ocupación militar, si corrían peligro
sus intereses económicos y comerciales en la pequeña nación caribeña.
Derrotada esa miserable Enmienda
colonialista, luego de la caída de la dictadura del General Gerardo Machado en
1933, Estado Unidos siguió por la vía de su embajada y su embajador o virrey, manteniendo gran poder con la complicidad de sectores políticos
y militares, entre ellos el sargento Fulgencio Batista que fue decisivo en el
derrocamiento del llamado gobierno de la Pentarquía presidido por el Dr. Ramón
Grau San Martin, un profesor de medicina, cuyas debilidades se pudieron conocer
durante los 120 días que duró tal Gobierno y cuya única voz y ejecutoria revolucionaria, antiimperialista
y con un definido pensamiento social, lo constituyó el líder
Antonio Guiteras Holmes y lo convirtió en el enemigo más importante de
los sectores entreguistas cubanos y de Estados Unidos, hasta el 8 de mayo de
1935, quien fue asesinado en El
Morrillo, provincia de Matanzas, por órdenes del jefe del Ejército, el criminal Fulgencio Batista.
La transición se inició en Cuba desde
el mismo 26 de julio de 1953, cuando un grupo de jóvenes siguiendo el
pensamiento político de José Martí y liderado por el joven Fidel Castro Ruz,
abogado y líder juvenil ortodoxo, encabezó el asalto al Cuartel Moncada y de
Bayamo, con el fin de provocar el derrocamiento del dictador Batista, siete
años duró la lucha sin cuartel con la participación decidida de los integrantes
de las distintas organizaciones revolucionarias, principalmente el Movimiento
26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo, la (OA) Organización
Auténtica, estos con su participación directamente en la lucha armada y
política . Otras organizaciones provenientes de partidos políticos
tradicionales, opositores como el Auténtico, Ortodoxo y el Partido Socialista
Popular su participación estuvo marcada
en la lucha política y de masa, este último ilegalizado, contra esa
dictadura que dejó cerca de 20 mil muertos y desaparecidos.
El programa del Moncada, conocido por
el alegato de su líder en el juicio por el asalto a los Cuarteles Moncada y Bayamo, recogido en su histórica
defensa conocida como la Historia me Absolverá, ya delineaba los principios
fundamentales de esa transición, de un modelo capitalista y neocolonial, a un
modelo socio-económico y político, absolutamente diferente y que solo podía
lograse con una Revolución genuina, con el pueblo, del pueblo y para el pueblo.
La ley de Reforma Agraria firmada el 17 de mayo de 1959, por el Primer Ministro del Gobierno
Revolucionario Fidel Castro Ruz, marcaba la ruta y el absoluto distanciamiento
del modelo imperante de terratenientes feudales minoritariamente cubanos, y de
las grandes empresas transnacionales estadounidense. A partir de allí se desencadenó una política imperial contra Cuba
y su gobierno, en todos los terrenos desde el orden económico técnico, político
y militar, subversivo y de aislamiento diplomático y de un brutal y genocida bloqueo
económico y comercial que aún perdura y que, se anuncia por el actual gobierno
de Donald Trump, se arreciará.
Pero Trump y sus aliados deben saber
que todos esos planes hasta el año 2000, que incluyeron la organización y
preparación de más de 634 intentos conspirativos
y criminales contra la Revolución y
especialmente contra el Comandante en
Jefe Fidel Castro y otros dirigentes de la Revolución, fueron descubiertos
denunciados y oficialmente verificados, luego de las desclasificaciones que ha realizado el propio gobierno de Estados Unidos,
en tiempo tan temprano como el 23 de
abril de 1967, el inspector general de
la CIA J.S. Earman, entregó un informe oficial
que daba a conocer que hasta esa fecha hubo 8 proyectos de asesinato contra
Fidel Castro Ruz. Todas esas políticas han fracasado y todas están llamadas a
fracasar.
De 1959 a 1976 el gobierno revolucionario cubano era producto de una revolución
triunfante, cuyas leyes revolucionarias beneficiaron al pueblo, leyes de
Reforma Agraria, nacionalización de empresas extranjeras y recuperación de nuestras modestas industrias.
Reforma urbana, nacionalización de la educación, la salud y en el orden social la búsqueda más
cercana a la igualdad social,
eliminación de la discriminación racial, de sexo y se le dio a la mujer
el papel que le corresponde en una sociedad socialista, los datos actuales en
la composición de nuestro Parlamento así lo expresa, el 53,22 % diputadas y de
ellas 179 son delegadas de circunscripciones de base, de 31 miembro del Consejo de Estado 15 son mujeres. En el
Consejo de Ministro y en los gobiernos municipales y provinciales, están bajo la dirección mayoritariamente de
compañeras.
Son cambios insoslayables y de esos
cambios, no aparecen en ninguna de las
informaciones que se publican, los
ignoran. La Revolución está en permanentes cambios, lo cual no quiere decir que
somos perfectos, hay muchos errores cometidos anteriormente y sobre ellos se ha
ido aprendiendo y erradicando, pero aún
falta mucho por solucionar, como lo es
la preocupante burocracia estatal, corrupción, y otros males asociados a
estos efectos colaterales que surgen en diversos momentos históricos y en medio
de una lucha y una resistencia heroica de nuestro pueblo y que serán combatidas
con la participación popular y la conducción del Partido, las organizaciones sociales y la
ejecutoria del Estado y Gobierno.
Debe tenerse presente las políticas
que nos impone nuestro enemigo principal, cuya vecindad a 90 millas tiene como
objetivo eliminar las conquistas económicas, políticas y sociales de las que hoy goza nuestra nación y sobre
todo la independencia y soberanía que
será siempre la bandera a defender en cualquier terreno, a pesar de que Cuba
siempre ha estado dispuesta, a mantener, con Estado Unidos una relación normal
en el marco del respeto mutuo a nuestra independencia y soberanía, la
colaboración y el entendimiento de que tenemos diferencias, pero que podemos
trabajar constructivamente, porque no somos enemigos del pueblo estadounidense,
ni de muchos sectores políticos y sociales que sienten que la política de sus
gobiernos es equivocada respecto a Cuba y claman por unas relaciones que
beneficien a ambos pueblos.
Como el brillantemente discurso y la contundente
réplica al vicepresidente Mike Pence , hizo nuestro canciller Bruno Rodríguez
en la llamada Cumbre de las Américas, el
pasado 13 y 14 de abril en Lima, Perú. Y
la dura respuesta de la joven Midia Julia Brossar Oris, vicepresidenta de la Federación Estudiantil
Universitaria (FEU) cuando enfrentó al empleado del Departamento de Estado con
el cargo de Secretario General de la OEA, el corrupto uruguayo Luis Almagro,
quien por la puerta trasera tuvo, como todos los cobardes y traidores, que
abandonar la sala, con los mercenarios
que había traído de Miami para denigrar de Cuba.
El señor Luis Almagro declaró,
públicamente, que con la asunción de Díaz-Canel se confirmaba una dictadura en
Cuba.
Almagro no puede hablar de dictadura
en Cuba, donde la seguridad ciudadana es una de sus mayores conquistas, donde
no hay un solo desparecido, no hay asesinatos político, ni torturados y los que dicen que se exilian en Estado Unidos
alegando que son perseguidos políticos vienen semestral o anualmente a
vacacionar a las playas cubanas. Sin
embargo, Almagro calla con su silencio cómplice los crímenes brutales que se
cometen en nuestros países latinoamericanos, contra dirigente social y de
izquierda.
En Cuba, la nueva dirección del Estado
y Gobierno continuará la senda iniciada
en 1959 y naturalmente tendrá grandes retos que enfrentar en el campo
económico, temas como la unificación de
la moneda, los problemas salariales y precios, las inversiones y la implementación de la política
económica aprobada por el 6to y 7mo
Congreso del Partido, pero esos retos serán encarados y solucionados, como dijo Fidel, Revolución es cambiar lo que
tenga que ser cambiado, y para ello esa nueva dirección tendrá el apoyo
irrestricto del Partido, las organizaciones sociales y el pueblo. El Primer
Secretario del Partido, Raúl Castro Ruz,
dejó muy claro este principio cuando en el discurso de clausura dijo: “Para que no le quede duda deseo enfatizar
que el Partido Comunista de Cuba, empezando por el Primer Secretario del Comité
Central, apoyará y respaldará resueltamente al nuevo Presidente de los Consejos
de Estado y Ministro en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales,
contribuyendo a salvaguardar nuestra arma más importante: la unidad de todos
los revolucionarios”.
En su discurso, Raúl, también dejó muy
clara la posición de nuestro país, respecto a
nuestra política solidaria, internacionalista y sobre todo unitaria, de
una “América Latina y Caribeña unida
dentro de la diversidad para ejercer nuestros derechos, incluido adoptar el
sistema político, económico, social y cultural que decidan nuestros pueblos,
según reza la Proclama de la América
Latina y el Caribe como Zona de Paz,
aprobada por los Jefes de Estado y Gobiernos en la II Cumbre de la CELAC en La
Habana, Cuba”. Esa es la ruta que lideró Fidel y continuó Raúl.
Claro que se trata de transición,
cambios y continuidad, pero no transición al pasado, a un modelo neoliberal,
claro que no. Si le dice a un cubano que una transición al pasado lo llevaría a pagar por sus servicios médicos e inscribirse
y pagar a una empresas de seguro de salud que le cubre mínima atención médica, como existe en casi todos los países latinoamericanos, le
dirán que NO quieren esa transición, si
usted le dice que sus hijos tienen que pagar la educación desde preescolar
hasta la
universidad le dirán que NO, porque en Cuba esas conquistas
revolucionarias son gratis. Más de 125 mil jóvenes cursan hoy estudios universitarios ningún padre tiene
que pagar por su formación profesional. 2 Millones 600 mil niños de primaria tienen
sus escuelas y profesores, ninguno está debajo de un semáforo en las calles
pidiendo unos centavos para comer, como sucede en la mayoría de hoy en nuestros
países hermanos de América Latina, Argentina, Brasil, Chile, Perú, Colombia, México,
Paraguay, Honduras, Guatemala, son
expresiones claras y vergonzosas del modelo neoliberal impuesto por el imperio
y aceptado por los gobiernos corruptos y lacayos de Estados Unidos.
La transición, cambios y continuidad
en Cuba van de la mano de una Revolución Socialista para fortalecerla,
transición para mejorar y perfeccionar el socialismo próspero y sostenible,
cambios para cambiar lo que no se corresponde con lo que la sociedad necesita y
continuidad porque hoy por hoy
seguiremos el camino trazado por una dirección histórica liderada por Fidel,
continuada fielmente por Raúl y ahora bajo la conducción de nuestro nuevo
presidente Miguel Díaz Canel, que al igual que Fidel y Raúl, no es un
Presidente representativo. No, es un Presidente que se debe al consenso,
consulta y aprobación democrática del Consejo de Estado de sus 31 miembros y sometidas
las propuestas y decisiones de Estado y Gobierno a la Asamblea Nacional del Poder Popular, a sus 605 diputados, órgano
supremo de Dirección del Estado y Gobierno.
Es un sistema parlamentario, cuyo mandato viene desde la
base y cuyos componentes de base representan en el 47.4 % la composición por
edad de 18 a 35 años suman el 13.2 % y el 87,6 % de los diputados que nacieron
después del triunfo de la Revolución. Ningún diputado cobra salario por ser
diputado, su salario es el mismo que devenga en sus funciones normales como
profesional, empleado público y el 32.39
% se encuentran vinculados directamente
a la producción y lo servicios.
Solamente cuando tiene reuniones de sus Comisiones y durante las legislaturas sus salarios se le
abonan por su centro de trabajo.
Las informaciones, totalmente
manipuladas, comentan,, “Díaz Canel será
el sustituto de Raúl Castro quien asumió la presidencia por la renuncia de su
hermano Fidel por razones de enfermedad”, o sea como si fuera una dinastía
o monarquía como las que existen en Europa y el Medio Oriente, es la
matriz mediática que han venido
sembrando hace tiempo. No, error, Raúl
ocupó ese cargo porque así lo expresa la Carta
Magna, en su condición de Vice- presidente primero, por sus grandes méritos revolucionarios
combatiendo a la dictadura de Batista desde el mismo 10 de marzo de 1952,
combatiente del Moncada, expedicionario del Granma, fundador del Ejército
Rebelde en la Sierra Maestra y fundador y máximo jefe del Segundo Frente
Oriental Frank País donde dirigió varias columnas rebeldes y la toma militar de prácticamente todo el norte
oriental y la conformación de un pequeño Estado en esa zona liberada, y luego
en la consolidación de la Revolución como ministro de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista
de Cuba, por su prestigio, autoridad, ética y moral, que lo respaldan, aunque se
sabe que obviamente el amor y cariño por su hermano Fidel es incuestionable,
pero no el que le dio el beneficio de
ejercer la presidencia por razones filiales.
La otra perla de las noticias sobre lo
acontecido el pasado 19 de abril, en la asunción del nuevo Presidente,
obviamente totalmente manipulado, es que el Presidente, según ellos, “será
solo una figura decorativa, porque el poder
lo ejercerá Raúl Castro en su
condición de Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y será él quien tomará las decisiones en la conducción del país. “ Error, desconocen la Constitución Nacional que fue sometida
el 15 de febrero de 1976 en un referendo popular que el 96.0 % de
hombres y mujeres mayores de 16 años en voto libre y secreto la aprobaron y que
en su Capítulo
I - FUNDAMENTOS POLÍTICOS, SOCIALES Y ECONÓMICOS DEL ESTADO Y en su artículo 5 expresa: “El Partido Comunista de Cuba, vanguardia
organizada marxista-leninista de la clase obrera, es la fuerza dirigente de la
sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los
altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad
comunista”.
El Partido Comunista de Cuba es la
fuerza dirigente de la sociedad y del Estado
y su conducción política e ideológica basada en el pensamiento martiano
y marxista y esa dirección del Partido no decide nada unipersonalmente,
todo es sometido a la discusión de su
Buró Político del cual es miembro el hoy
Presidente Díaz -Canel y los
temas trascendentes y estratégicos son sometidos a la aprobación del Comité Central del Partido y trasladados
al Consejo de Estado y a la Asamblea
Nacional del Poder Popular.
No es un Partido electoral y la
existencia de un solo partido es el que nos legó José Martí y Pérez, cuando al
fundar el Partido Revolucionario Cubano señaló que solo la unidad del pueblo,
dirigido por un brazo político único, será la forma de enfrentar al vecino del
norte, él había conocido que las diferencias y la falta de unidad en el la
guerra de 1868 habían sido graves y negativas para lograr la independencia,
también alentadas desde el exterior y en corrientes anexionista , autonomistas
e independentistas existentes también en
la guerra de 1895 por eso señalo “Un
Partido con todos y para el bien de
todos”. Ese es el principio
fundamental que rige nuestra nación y todo debida y democráticamente
establecido por voluntad popular.
Y
reza muy claramente en nuestra Constitución que nuestra voluntad de que la ley de leyes
de la República esté presidida por este profundo anhelo, a fin logrado, de José
Martí: "Yo quiero que la ley
primera de nuestra república sea
el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre".
el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre".
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