Venezolanidad y Latinoamericanismo
Por Ernesto Wong
Maestre (*)
Introducción
La reflexión desencadenada con
la lectura de este artículo, escrito en lo fundamental para el blog Nuestra
Venezolanidad (**), sea breve o profunda, laxa o fuerte, fugaz o permanente,
internalizada o externalizada, siempre genererá cambios en el conocimiento,
ante todo, y en la praxis diaria, esté en un país con sistema político
predominantemente capitalista o en una sociedad enfrascada y enfocada a la
construcción de otro modo de vida y de producción eminentemente humano, como es
el basado en el ideal socialista enarbolado por las revoluciones sociales del
siglo XX y XXI que unieron la batalla emancipatoria a la lucha por la
independencia, unas para consolidarla como fueron los casos de la revolución
bolchevique, china, vietnamita, cubana, bolivariana, sandinista, y otras largas
batallas para alcanzarla como es el caso de la angolana, mozambicana,
namibiense, guineana o argelina. En ese proceso se desarrolló igualmente la
identidad nacional, sin ella -en al
menos la masa crítica que actuó como “chispa” revolucionaria- nunca se hubiera
iniciado el proceso revolucionario en cada país, y es solo con la independencia
y con los gobiernos nacionalistas que se comienzan a fortalecer los procesos
emancipatorios de diferentes estilos y con
diferentes niveles de profundización, para avanzar así hacia una mayor
identidad y con ella hacia una nueva y más amplia integración entre los
pueblos.
Venezolanidad, Independencia e
Integración expresa la esencia de nuestro "mundo de la vida" en plena
transformación y en permanente relación con ese otro amplio mundo de la
naturaleza donde hay también muchas inteligencias o capacidades de
conocimientos en cambios constantes, no sólo en los diversos animales sino en
las plantas y en todo aquello que posea la cualidad de desarrollarse, es decir,
de pasar de la potencia al acto, como definieron el "desarrollo" y
nos legaron los filósofos griegos o asiáticos hace más de 2500 años. A la luz
de las nuevas ciencias como la bioinformación apoyada en la nanotecnología, se
está en camino de descubrir o conocer realmente que condiciones y capacidades
de razonamiento a su nivel de sobrevivencia natural poseen aquellos organismos
-de origen animal o vegetal- con capacidad de desarrollarse.
Ya en el ser humano los avances
para autoconocerse, autoreconocerse y autocomprenderse han marcado pautas
interesantes. Los estudios de la mente humana apoyados en los avances de la
informática aplicada al estudio de las estructuras y funcionamiento de las
neuronas pronostican la necesidad de construir nuevos paradigmas más
integradores en que lo insólito deje de serlo y lo imposible abra paso a nuevas
posibilidades de conocer, no solo la mente sino también cómo se comunican entre
ellas, aún a largas distancias o sin el típico sonido del habla pero con
“imágenes” o “símbolos” incognoscibles hasta ahora que desde hace siglos se les
han llamado intuiciones o premoniciones. Estas fugaces ideas están siempre
presentes en el ser humano pero cuando éste es un líder o una lidereza
revolucionaria sus significados tienen mucha mayor relevancia social en los
tres procesos que se integran en la emancipación social: independencia,
identidad e integración, como bien lo desarrolla esa interesante y
paradigmática obra de la investigadora Mirta Casañas presentada en la última
Fería Internacional del Libro de Venezuela (1).
El alba revolucionaria en
Venezuela
Con la Revolución Bolivariana
se ha constatado lo imbricado que es la afirmación de la identidad nacional y
la integración con la independencia de la Nación. Para integrarse realmente,
los pueblos deben disponer de gobiernos independientes pues este siempre
trabajará por consolidar la identidad nacional para poder crear la identidad e
integración regional. En nuestro caso, fortaleciendo la venezolanidad se
fortalecerá el latinoamericanismo que al desarrollarse reforzará mucho más las
identidades nacionales que le dieron origen e impulso.
Los cambios políticos
derechistas logrados en Nuestra América por el poder imperialista han revelado
con más claridad no solo las verdaderas intenciones de quienes actúan como
lacayos sino las ingentes tareas que deben cumplir los pueblos organizados en
movimientos sociales, asociaciones o agrupaciones políticas para fortalecer los
procesos identitarios, independentistas y unitarios para reconquistar de una
vez y para siempre el poder político y
ejercerlo en función de los intereses de cada pueblo, según sus particularidades
objetivas y subjetivas. Hacia esa meta, lo que acontece en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia u otro país del
Alba-Tcp, resultará ejemplarizante en cualquier sentido, sea por acertado o por
error. De ambos tipos de ejemplos se deben extraer nuevos conocimientos de cómo
hacer la revolución socialista. Ese ideal latinoamericanista-caribeño de los
colosos del Alba-Tcp va fraguando con cada proyecto en ejecución y con cada
acción humana realizada en cada uno de ellos, y ese ideal, con resultados
concretos, impulsará aún más la independencia y la identidad de cada pueblo,
amenazada por quienes tratan de detener la marcha inexorable de la historia.
José Martí intuyó desde hace
más de un siglo esa alba dialéctica y lo expuso así:
“Pueblo,
y no pueblos, decimos intento, por no parecernos que hay más que uno del Bravo
a la Patagonia. Una ha de ser, pues que lo es. América, aún cuando no quisiera
serlo; y los hermanos que pelean, juntos al cabo de una colosal nación
espiritual, se amarán luego. Solo hay en nuestros países una división
visible, que cada pueblo, y aún cada hombre, lleva en sí, y es la división en
pueblos egoístas de una parte, y de otras generosos. Pero así como de la
amalgama de los dos elementos surge, triunfante y agigantada casi siempre, el
ser humano bueno y cuerdo, así, para asombro
de las edades y hogar amable de los hombres, de la fusión en que lo egoísta
templa lo ilusorio, surgirá en el
porvenir de la América, aunque no la divisen todavía los ojos débiles, la
nación latina; ya no conquistadora, como en Roma sino hospitalaria”. (Idem,67)
El latinoamericanismo es ese
conjunto armónico de representaciones sociales que se van compartiendo de forma
creciente “para asombro de las edades” por los grupos humanos generosos,
buenos, cuerdos y hospitalarios que habitan en Nuestra América y hasta en el
sur de Norteamérica, caracterizado por propugnar una estrategia de lucha
virtuosa, pacífica por excelencia pero muy firme ante la violencia capitalista,
para impulsar un proyecto emancipador socialista inclusivo con todos y todas
que lo aprueban o no se oponen a él para enfrentar y vencer al imperio del
norte.
En efecto, todo ello es porque
en los tres procesos está incidiendo con determinada fuerza, instrumentos e
intensidad esa operación imperial de diversos rostros, intenciones y fines pero
con el único interés de apropiarse de las riquezas nacionales y de otros muchos intereses opuestos a la
unidad latinoamericana y a todo aquello que signifique independencia e
identidad nacional.
La dialéctica emancipatoria
pueblo-imperio y la venezolanidad
Es cierto que la venezolanidad,
la independencia y la integración están amenazadas, pero también es real que
más peligro corrían antes de surgir la Revolución Bolivariana. Ahora, la
venezolanidad e independencia están en proceso de ser salvadas, es decir, de
que ninguna fuerza externa ni interna pueda obstaculizar que lo que nació con
nuestras fuerzas se convierta en actos propios, actos de nuestras fuerzas y de
nuestra inteligencia. La Revolución y el ideal del latinoamericanismo serán las
mejores garantías para nuestro desarrollo como Naciones independientes e
integradas, ante ese imperio caduco, decrépito y criminal que sigue
acechándonos.
Pero la integración
latinoamericana y el latinoamericanismo promovido por los pueblos con gobiernos
populares se ha afectado en los últimos cuatro años en razón de los gobiernos
opuestos a la unidad emancipadora antimperialista ya que no se muestran ni
independientes ni con una profunda identidad nacional. Sobre ello hay amplias
evidencias hoy en Honduras, Paraguay, Brasil, Argentina, Guatemala, Colombia, Perú, Chile, entre otros, lo que
les ocasiona grandes conflictos sociales internos.
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela aprobada en 1999 por el pueblo rebelde contra el
neoliberalismo, expone que "las culturas populares constitutivas de la
venezolanidad gozan de atención especial, reconociéndose y respetándose la
interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas"(Art 100),
con lo cual deja sentada varias premisas de alta significación para los
estudios y la comprensión de lo que significa la venezolanidad.
Por un lado, significa una
condición que se posee colectiva e individualmente ya que aquellas culturas
populares que la integran interaccionan protegidas jurídicamente por el Estado
a través de su Carta Magna, la cual es garante a su vez del principio de
"igualdad de las culturas"y de las aplicación de políticas públicas
en las fronteras de Venezuela que garanticen en su territorio el desarrollo de
"la venezolanidad, el mantenimiento territorial y la
soberanía"(Art.157) con lo que se hace patente, tanto la multiculturalidad
de que se compone la Nación venezolana, como la necesaria seguridad e
independencia que se requiere para sostener y desarrollar la venezolanidad, como condición de la propia independencia y
con ella de la integración latinoamericana.
La venezolanidad en el siglo
XXI significa también un estado de la conciencia social que se contrapone al
nacionalismo burgués o al chovinismo ultranacionalista de las clases acomodadas
dirigidas por la oligarquía vendepatria. Cada día que transcurre en Venezuela
cada vez más pueblo reconoce como válido el principio de compartir lo que se
tiene y no dar lo que sobra. Cuando el hoy Comandante Supremo y Eterno Hugo
Chávez creó la organización Petrocaribe, hizo fraguar al mismo tiempo una nueva
ética política, como cualidad de la población revolucionaria que enriqueció y
fundamentó la política exterior venezolana, con su desprendimiento material
para reconocerse como ser social, compartiendo lo que se tiene y recibiendo a
su vez del Otro lo que el Otro tiene y está dispuesto en ofrecer, porque ambos
se identifican en que primero es Ser que Tener. Se es solidario o solidaria y
se tiene solidaridad, se es honesto u honesta y se tiene dignidad. Se es humano
y se tiene capacidad para hacer la Revolución que es lo opuesto a pensar en
tener riqueza para poder ser alguien en la vida con virtudes, talento y
valentía o patriotismo como lo exigió el Libertador de América, Simón Bolívar (3).
La venezolanidad, como
construcción hegemónica, es la identidad de todos y todas que son humanos,
honestos y solidarios, ampliamente intercomunicados porque se reconocen como
comunes (2) en la Venezuela del siglo XXI que construye un mundo mejor y una
Patria donde impere la dignidad y el permanente ímpetu revolucionario para la
transformación de las estructuras que sean necesario cambiar.
Por todo ello, en la Ley Plan
de la Patria todos sus Objetivos están orientados, de forma directa o
indirecta, hacia el desarrollo y protección de la identidad nacional, a través
de elevar los niveles de estabilidad política y seguridad social como
condiciones de la felicidad que es una de las cualidades sustanciales de la
venezolanidad y esta, a su vez, es ese estado de la conciencia social que
favorece el alcance de otros niveles superiores de independencia política y
económica con estabilidad, seguridad y felicidad.
REFERENCIAS
(1) Casañas Díaz, Mirta y Martell Díaz, Marylin S. (2016)
Identidad, independencia y unidad en América Latina y el Caribe. Edición de la
Universidad Bolivariana de Venezuela, 2017, Caracas.
(2) Buen Abad, Fernando (2010).- Filosofía de la Comunicación. Edición El Perro y la Rana, 2010, Caracas.
(3) Véase el discurso ante los legisladores en el fundacional Congreso de Angostura de 1819. Allí Bolívar insiste en esas tres fuentes de su visión estratégica para lograr lo que hoy se comprende como emancipación social.
(*)
Analista Político e Internacionalista. Profesor de la Maestría en Derecho
Internacional Público de la UBV y del Seminario de África de la Escuela de
Estudios Internacionales de FACES-UCV. Presidente de Planeación, Organización y
Desarrollo de TRISOL y Coordinador Nacional de los Corresponsales Voluntarios
del Pueblo.
(**) Se
refiere al blog www.nuestravenezolanidad.blogspot.com que publicó inicialmente este
artículo, creado por los Educadores
Patriotas para reunir allí todos los trabajos de maestros, estudiantes, analistas
o investigadores sobre Venezolanidad, Identidad, Independencia e Integración.
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