La Felicidad Virtuosa: anhelo nacido con
Bolívar
Por
Ernesto Wong Maestre
Casi
a doscientos años del histórico y célebre discurso de El Libertador de América en la ciudad de
Angostura(1), en el oriente de
Venezuela, las ideas fundadoras de Simón Bolívar hoy sirven de guía al Gobierno
Bolivariano, enfrascado desde 1999 en crear las condiciones sociales,
económicas y políticas necesarias donde se logre concretar como realidad el
modelo de democracia participativa y protagónica fijada por el pueblo en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada ese mismo año.
El
ideal de Angostura es guía política,
precisamente porque Bolívar se refirió al “sistema de gobierno más perfecto”
que sería el que “produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de
seguridad social y mayor suma de estabilidad política” y que esa felicidad o “la dicha” como “dote de Venezuela” se
podría alcanzar mediante las leyes dictadas por el congreso constituyente. Su
sostenibilidad y “eternización” deberían lograrse, entonces, como resultado de
la aplicación de las leyes de los legisladores que garantizarían “la seguridad
y la estabilidad”. Es decir, esas dos invariantes, una referida a la condición
humana y la otra a la condición del sistema político, son para el Libertador
las que darán sostenibilidad permanente a la felicidad, y esta será virtuosa si
el gobierno “perfecto” interacciona con la ciudadanía apegado a las virtudes.
Es
por ello que el discurso de Bolívar en Angostura es un documento de cabecera
para cualquier líder, por ser visionario al estar generado por un estratega y
un ser humano excepcional, y por ser crítico y conceptualizador en un momento
histórico de tránsito de sistema político, con la misión de transformar las
visiones y las praxis de los nuevos legisladores surgidos en el proceso
independentista y por tanto impregnados de valores y hábitos heredados del
sistema colonial capitalista.
Una
de las premisas en que Bolívar basa sus argumentos es en la propia naturaleza
humana pero inserta en la sociedad, con lo cual queda claro la fortaleza de su
sustento. “Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la
sociedad, está sancionado por la pluralidad de los sabios –dijo Bolívar-; como
también lo está que no todos los hombres nacen igualmente aptos a la obtención
de todos los rangos; pues todos deben practicar la virtud y no todos la
practican; todos deben ser valerosos, y todos no lo son; todos deben poseer
talentos, y todos no lo poseen”. Virtud, valentía y talento son las tres
variables en que el Libertador se afirma para valorar a un líder social y
también para formarlos, plenos de
virtudes, de voluntad patriótica para vencer y de inteligencia y creatividad
para enfrentar las amenazas, los peligros y cuanto reto se interponga en el
camino hacia la libertad.
Son
los líderes que deben conformar ese “gobierno perfecto”, “eminentemente
popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la
anarquía y la culpa”(Idem). He ahí esos pares dialécticos que en el pensamiento
del Libertador constantemente brotan para explicar, convencer o criticar:
popular-opresión, justicia-anarquía y
moral-culpa. Lo caracterizado como popular es totalmente distante de la
opresión o la represión de un gobierno; la ley que impone orden es el otro polo
de la anarquía; y la conducta adecuada, ciudadana, plena de valores es
contradictoria con la culpa, con las manifestaciones sancionables. No es una
visión dicotómica porque la perfección de un gobierno no la apreciaba Bolívar
solo en los rasgos observables por pares sino también en sus intenciones y
expectativas. Por ello es que también reconoció que el “gobierno perfecto”
debía hacer “reinar la inocencia, la humanidad y la paz” y que “bajo el imperio de leyes inexorables” logre
construir una sociedad donde se haga realidad “la igualdad y la libertad”.
Entonces,
pudiera afirmarse que la felicidad virtuosa, en el pensamiento bolivariano, es
el estado espiritual anhelado que debería poseer cualquier ciudadano o
ciudadana que ejerce sus derechos y cumple sus deberes, históricamente
determinados por el proceso de desarrollo social y garantizado por un gobierno
revolucionario. En el caso de Venezuela iniciado con la independencia nacional,
en los albores del siglo XIX, alcanzada con el liderazgo del Libertador Simón
Bolívar quien resaltó la valentía, el talento y las virtudes como las
condiciones personales necesarias de los y las constructoras de la nueva
República, aún en proceso en el siglo XXI, defendido por el Gobierno
Bolivariano que preside el camarada obrero Nicolás Maduro.
La
felicidad virtuosa es una de las condiciones sociales necesarias que se va
formando en la construcción del Socialismo Bolivariano, junto a las otras
condiciones indispensables, como la plena estabilidad política y el mayor nivel
de seguridad de la Nación, para consolidar la independencia nacional. En
Venezuela, tales condiciones se fundamentan legalmente en la Carta Magna de la
República, en la Ley Plan de la Patria, en la Ley Orgánica de la Seguridad
Social, entre otras leyes. Es un anhelo nacido con el Libertador de América,
Simón Bolívar, que está integrado en el imaginario popular socialista de la
Revolución Bolivariana guiado por el legado del Comandante Supremo Hugo Chávez
Frías que hoy asumió como suyo el pueblo venezolano y su líder Nicolás Maduro
Moros, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
El
tipo de felicidad virtuosa que imaginó Chávez se opone a ese ideal hedonista
con que los epicúreos –hace más de dos mil quinientos años- trataban de guiar su vida alegre y
dispendiosa de esclavistas o a ese tipo de vida individualista desinteresada y
desvinculada de su entorno social, muy ambiciosa y egoísta que se difunde desde
Hollywood o por internet para mantener a los pueblos enajenados y dominados.
La
felicidad virtuosa es más el tipo de “felicidad estoica”, donde el esfuerzo y
el sacrificio se hacen conscientes en función de la sociedad y del placer
personal de sentirse útil al Otro, como lo predicaba Bolívar.
Es
la felicidad alcanzada con el ejercicio de las virtudes y las capacidades de
transformación individuales y colectivas desencadenas por la revolución social
que hoy avanza por todo el continente. Es el placer de sentirse provechoso para
la Patria y para su familia y no la satisfacción del ego y los gustos
personales, distanciados de las exigencias sociales de construir un mundo mejor
y posible.
La
felicidad virtuosa y la seguridad social garantizada por la Revolución son dos estados
del ser humano que el Gobierno Revolucionario y su pueblo aspiran a eternizar.
Escrito el 5/12/17
Citas
(1) Discurso pronunciado por Simón Bolívar en
Angostura, Venezuela,1819.
http://www.tss.gob.ve/wp-content/uploads/2016/01/discurso_angostura.pdf
Palabras claves: Felicidad – Virtud – Bolívar
– Chávez – Maduro – Socialismo – Venezuela – Angostura – Estoicismo –
Epicureismo -
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