La Revolución Socialista Centenaria y Venezuela
Por Ernesto Wong
Maestre
Su sentido histórico
Después de cien años,
próximos a ser sobrepasados, aquella proeza de obreros, soldados y campesinos,
en su mayoría rusos pero también de otras etnias o pueblos subyugados por el
zarismo, hoy trata de ser silenciada, ahogada en penumbras creadas por las falsedades
que la burguesía en cada país lanza para obstaculizar la comprensión del
acontecimiento histórico que inició la era del socialismo en el mundo, la era
parida por muchos corazones rebeldes como los de quienes escalaron las puertas
del Palacio de Invierno de Moscú para hacer justicia y realidad la otrora Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano cuando los franceses y las francesas
con su fugaz revolución sometieron el poder decrépito de la nobleza feudal pero
sucumbieron ante el pujante, traicionero y mejor organizado poder de los
mercaderes convertidos ya en burgueses.
Casi siglo y medio
después de esa primera revolución social europea frustrada, y gracias a la
teoría científica desarrollada por Carlos Marx y Federico Engels con la cual
Vladimir Ilich Ulianov, más conocido por Lenin, estudió varios procesos
revolucionarios, en particular ese liderado por Robespierre, Marat y Danton
conocido como la Revolución Francesa, la praxis revolucionaria socialista,
asimiladora de más de cien años de experiencias y conocimientos, daría frutos
ante la burguesía oportunista y calculadora para que el derrocamiento del Zar
en febrero de 1917 no terminara quedando en las redes del pujante capitalismo
europeo que tenía en Alexandr Kerenski su peón anticomunista para reeditar la
maniobra burguesa parisina de 1789.
Así fue y seguirá
siendo siempre que los revolucionarios y las revolucionarias con sentido del
momento histórico actúen apegados a los principios y ética de la emancipación.
Hoy en Venezuela, en medio de una compleja lucha de clases y el bloqueo
financiero, económico y comercial ejecutándose por las redes imperiales, se
recuerda y se rinde homenaje a quienes con honor, dignidad y valentía elevaron
la bandera de la hoz y el martillo con un mar de manos como base, empuñando
fusiles y azadas, y como líder al invencible autor –entre otras obras- de “Qué
hacer”, de “Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo” y de “El
imperialismo, fase superior del capitalismo”..
Con la misma precisión
de cualquiera de los grandes estrategas militares anteriores y el apego
inamovible a los principios formulados por los padres del marxismo, Lenin
dirigió a la masa crítica de trabajadores y militares que fue capaz de vencer
en nueve meses a la ambiciosa burguesía rusa y los reductos políticos zaristas.
Ambos muy debilitados por las pérdidas económicas en los cuatro años que duró
la primera guerra mundial en que países gobernados por la burguesía se
enfrentaron por un nuevo reparto del mundo porque esa es la única clase social
que ha conducido al mundo a guerras de conquistas coloniales, a dos guerras
mundiales y a muchos países a sufrir infinitas guerras locales que ocasionaron
más de dos mil millones de muertes en América Latina, África y Asia durante los
últimos cuatro siglos.
Como “gladiador de mil
batallas”, calificado así Lenin por Fidel Castro en el centenario de su
natalicio, el líder ruso fue un sagaz y audaz organizador del pueblo,
atendiendo a sus características culturales y políticas formadas en los años de
batallas sociales y teóricas emprendidas por los llamados demócratas rusos y
por el amplio movimiento bolchevique fundado en el seno del Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia, radicado en Minsk, la hoy capital de Bielorrusia.
El significado
histórico de la obra leninista y de la primera revolución socialista del mundo,
ante todo, está anidado en el corazón de las generaciones que tuvieron
conciencia plena de los valores construidos y en los errores cometidos en las
siete décadas de sistema soviético. También, se aprecia su significado en todos
esos pueblos y sus gobiernos que de una u otra forma enarbolan las ideas
socialistas surgidas de ese octubre victorioso.
Sus impactos mundiales
La Revolución
Socialista Centenaria fue hija de la historia construida por los pueblos y sus
líderes, siempre enfrentados a los dominantes capitalistas que desde inicios
del siglo XX van conformando el sistema imperialista donde se articulan las
operaciones de la burguesía a escala cada vez más mundial hasta lo que hoy se
conoce como globalización.
Pero ya en este avanzado
siglo XXI, en esa globalización está actuando un elemento disonante para el
imperio, el dragón asiático, porque nació bajo el influjo de aquella revolución
rusa, aunque fue favorecido por la propia ley capitalista de mover los
capitales hacia donde ofrezcan mayor cuota de ganancia, lo que le permitió a ese
dragón, ganar espacios y poderes, y hoy es un factor definitorio de la
globalización actual, y por ello es generador de preocupaciones al sistema
imperialista y víctima de disimiles estrategias para desintegrarlo, aunque
Beijing sigue demostrando que el hegemón es un “tigre de papel”..
Hoy China exhibe un
modelo para reducir masivamente la pobreza en lo interno y externo basado en
una concepción científica del desarrollo que centra su atención en el
desarrollo de la infraestructura, sobre todo comunicativa, donde históricamente
se han concentrado los ejes del poder. Trescientos millones de chinos y chinas
que en cinco años dejan de ser pobres es el equivalente a casi toda la
población de los EEUU que tiene un gobierno conformado por élites
multimillonarias que en lugar de reducir sus treinta millones de pobres los
incrementan. Es decir, la República Popular China avanza con sus sistema
socialista chino a un ritmo diez veces superior que los EEUU con su obsoleto
sistema capitalista depredador, razón por la cual su líder, Xi Jinping, propone
con acierto el ideal viable de alcanzar a tener una sociedad medianamente
acomodada de más de 1400 millones de personas para dentro de veinte años.
La Revolución
Socialista que ahora cumple cien años fue un paradigma sometido a numerosas
pruebas en más de la mitad de los países del mundo, unas veces como intentos de
aplicarla, otras como aplicaciones frustradas y otras veces como paradigmas
mejorados porque se apegaron a los principios cardinales de aquella
revolución social bolchevique que en este año cumple su centenario, como son
los procesos de China, Cuba, Vietnam, Corea del Norte y Bielorrusia donde se
reivindica y se enriquece a diario la teoría marxista-leninista, la única que
propugna el poder del pueblo como el garante de la independencia, la libertad,
el pleno ejercicio de la soberanía y la solidaridad con el resto de los
pueblos.
Por ello, Venezuela,
Bolivia, Nicaragua, Ecuador y otros países con modelos de emancipación social
son receptores y a su vez generadores de solidaridad socialista, cada uno con
sus particularidades y con sus retos, pero también todos compelidos a unirse
para enfrentar al imperio estadounidense, la mayor amenaza proveniente del
norte que por haber entrado en una crisis estructural apela a la guerra, al
terrorismo de Estado y a una carrera armamentista inusual y extraordinaria por
lo altos niveles tecnológicos y el desvergonzado e indigno comportamiento
violador de los derechos de la humanidad con que la promueven y ejecutan los
cabecillas de esa élite militar-financiera-comunicacional.
Un significante relevante para Venezuela:
estrategias políticas y organizativas
Ante esa realidad y en
esas circunstancias, hoy avanza la Revolución Bolivariana con una democracia
participativa y protagónica que no solo es cada día más pujante por estar más
arraigada en la conciencia de la mayoría del pueblo y en la ideología pacientemente
sembrada por el Comandante Hugo Chávez, donde se integra el bolivarianismo y el
marxismo con sus variadas corrientes de pensamiento, precisamente por lo
variado que son los fines y objetivos históricos de la Revolución Venezolana, y
por ellos las disímiles estrategias para
“emanciparnos por nosotros mismos”.
La estrategia de la
contención selectiva, basada en principios revolucionarios, inteligentemente
aplicada por el líder bolivariano Nicolás Maduro durante los últimos cuatro
años, logró someter la voluntad terrorista proimperial y condenarla al fracaso,
mientras que en ese contexto y praxis se desarrolla también la estrategia de la
organización multipolar del pueblo y de la proyección internacional soberana
con vistas a transformar el patrón de desarrollo, ahora esencialmente integral.
Ambas estrategias de lucha serán aportes sustanciales del liderazgo bolivariano
a la teoría del tránsito de sistema capitalista a uno enfocado al socialismo.
La organización
multipolar del pueblo decidido a ser libre e independiente es esencialmente a
lo que aspiró Lenin quien por circunstancias objetivas y subjetivas de
desarrollo histórico y tecnológico se apoyó en el único tipo de organización
política hasta esa época más avanzada: un partido proletario, es decir, sustancialmente
obrero y campesino apoyado en intelectuales y ciertas capas medias también
explotadas por el capital, que en términos de la realidad concreta constituían
múltiples polos de poder pero que por razones de incipientes instrumentos de
comunicación debían coincidir en uno varios lugares dentro del complejo “campo
político” para construir partidista y conjuntamente, ese “espacio de
posibilidades”, en momentos bien determinados, “para la acción viable” de los
sujetos revolucionarios o del bloque histórico.
Pero no se debe olvidar
que José Martí creó, en 1892, también un único
partido (Partido Revolucionario Cubano) de todos aquellos grupos y de aquellas
personas, como fuerzas multipolares que aspiraban a la independencia cubana del
yugo español, y conjuntamente lo logró a través de una estrategia comunicativa
que podría considerarse hoy precursora de las campañas por las redes sociales,
pues estableció desde fines de la década de los 80 del siglo XIX el principio
de la comunicación directa del pueblo con el líder organizador de las fuerzas
independentistas, por supuesto, a través del único medio masivo de comunicación
de esa época, la prensa escrita, y para ello creó el periódico Patria. Con la
comunicación directa sin mediación subjetiva alguna, salvo la de cada
independentista, Martí logró unir varias generaciones para enfrentar al
colonialista, desde los experimentados generales de la primera guerra hasta la
juventud mestiza, negra y blanca fueron al combate decisivo en 1895 que no fructificó
en total victoria debido a la fuerza intervencionista estadounidense de 1898 y
a la arrogancia de la oligarquía española de no ceder ante las y los patriotas
cubanos que exigían la independencia.
Es la organización
multipolar a la que ha llegado la China de hoy o la que desde sus inicios en
1959 comenzó a desarrollar el eterno Comandante en Jefe de la Revolución
Cubana, Fidel Castro, y hoy siguen siendo las columnas vertebrales de la
organización y desarrollo del bloque histórico cubano, como es la red sindical
de la Central de Trabajadores de Cuba, el Partido Comunista de Cuba, los
Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la
Organización de Pioneros José Martí, la Unión de Jóvenes Comunistas, las
Federaciones de Estudiantes de la Enseñanza Media y Universitaria, las
asociaciones de profesionales o de artistas e intelectuales, y las nuevas organizaciones
de emprendedores o cuentapropistas que ya cuentan con la propia normativa
estatal para garantizarles su seguridad social.
Casi al entrar en la
tercera década del siglo XXI, la organización multipolar del pueblo de
Venezuela se apoya sustantivamente en la televisión, la radio, la computadora
con internet, pero sobre todo mediante las redes sociales que permiten llegar
más rápidamente a un mejor entendimiento colectivo y comprensión individual de
los ingentes asuntos de Estado que ya no es posible en las reuniones con
presencia física, la mayoría de las veces insuficientes respecto a la totalidad
de la comunidad y en muchas ocasiones tortuosas e interminables, sin llegar a
acuerdos válidos o llegando con afectación de las necesarias relaciones de
hermandad y unidad que necesita la lucha contra un enemigo tan potente como es
el imperio estadounidense. Así, vemos como en la medida en que el pueblo
patriota se ha ido apertrechando con capacitados celulares, tabletas y
computadoras VIT los niveles de conflictividad respecto a las tareas de Estado
y de construcción del socialismo y desestructuración del capitalismo han disminuido al interior de las
organizaciones, partidos, movimientos e instituciones bolivarianas, lo cual no
exime ni niega la existencia de innumerables problemas y errores cometidos
siempre por la conjunción de causas propias y de las generadas por la acción
enemiga de las transformaciones.
El bolivarianismo es fuente constante de creación
Todo cambia a tanta
velocidad que no se advierte a tiempo que están ocurriendo cambios esenciales
en la correlación de fuerzas políticas y en la conciencia política del pueblo.
La mayoría de las ocasiones inadvertidos en el corto plazo si no se está
permanentemente estudiando la totalidad concreta y echando al cajón de los
recuerdos la pseudoconcreción con que constantemente nos acercamos a los
acontecimientos de nuestro interés,
mediados a veces, de forma decidida para un amplio sector social, por las campañas del aún potente imperio que
le impide a esa población dejar atrás la pseudoconcreción y comprender la
realidad vivida.
Sin embargo, el líder
es tal y se mantiene siendo tal porque debe mantenerse, él y sus líderes
acompañantes, al ritmo y velocidad de los cambios de la correlación de fuerzas
respecto al eje de la realidad a transformar, recordando siempre que el poder
es triádico, y no se tiene el mismo poder para una cosa que para otra. Y porque
debe mantenerse también auscultando a sus seguidores o liderados para estar
consciente de la real comprensión que tienen de las tareas transformadoras a
realizar porque “solo el pueblo salva al pueblo” y si el pueblo no comprende
por deficiente interpretación, las
tareas de transformación no se cumplen de forma eficaz y eficiente.
Sobre esas premisas es
que debe valorarse el recién taller de alto nivel de planificación estratégica
en que participaron los dieciocho gobernadores bolivarianos, patriotas por
naturaleza, donde se analizaron o se
comenzaron a estudiar “los ocho puntos estratégicos” fijados por el máximo
líder y Presidente Nicolás Maduro.
Se dice “comenzaron a
estudiar” porque el verdadero y profundo estudio debe hacerse en cada espacio
de aplicación o de gobierno regional donde existen condiciones o circunstancias
particulares, subjetivas y objetivas, formando redes de relaciones que jalonan
y condicionan el éxito o el fracaso de las acciones para lograr hacer realidad
cada uno de esos ocho puntos, como son: el fortalecimiento de la seguridad
pública y los cuadrantes de paz; la construcción
de obras públicas y de infraestructura, especialmente en la operatividad del
Sistema de Transporte Yutong; el programa social Barrio Adentro 100% y la
reparación de los Centros de Diagnóstico Integral (CDI); la regionalización del
Carnet de la Patria, que busca poner en manos de los nuevos gobernadores las
responsabilidades y alcances del Movimiento Somos Venezuela y las misiones; el
mantenimiento de la inversión para las gobernaciones; el plan de asfaltado en
carreteras urbanas y rurales dentro de las ciudades y comunidades; el fortalecimiento
de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap); y la protección y
estimulación de la economía en el campo, que incluye la firma de un acuerdo de
producción agrícola para todo el país.
No cabe la menor duda
de que son ocho puntos para profundizar y dar base económica, infraestructural
y organizacional al desarrollo multipolar del pueblo emprendedor patriota, ahí
incluido de forma variada para afrontar la variedad que es una ley de la cibernética
o del gobierno eficaz, y crearle
condiciones para elevarle los niveles de potencia y poder de transformación,
todo soportado jurídicamente en las labores que realiza a diario la Asamblea
Nacional Constituyente a favor de toda la sociedad y en las próximas leyes a
configurar y aprobar, previamente propuestas por el Presidente que constituye
una totalidad por sus interrelaciones y sus interdependencias, tal y como fue
advertido en el anterior artículo Un Reto Cognitivo de Todos.
Gobernadores y Alcaldes deben constituirse en la “totalidad
regional”
Ahora, el reto no sólo
es cognitivo sino también de la praxis revolucionaria de gobernadores y de los
próximos alcaldes a elegir el próximo 21 de diciembre y para lo cual el pueblo
debe comprender y estar plenamente consciente de lo necesario y significante
para la organización y el desarrollo multipolar del pueblo la elección de
alcaldes revolucionarios que se propondrán, luego del proceso de consultas
necesarios y de la información acumulada de cada quien, por la dirección de la
Revolución para lograr una contundente victoria.
En
tal sentido, el tipo ideal de Alcalde Bolivariano o en general de los líderes chavistas,
deben reunir cinco amplias cualidades: 1.- Ser conocedor de la realidad a
transformar en sus espacios de acción y cómo hacerlo con las fuerzas necesarias
y suficientes. Es decir, un buen estratega para lograr los 5 Objetivos Históricos
y los lineamientos que Maduro ha lanzado, especialmente en organización del
chavismo con nuevas formas novedosas ajustadas a esta realidad en tránsito que
es la fuerza o "masa crítica" para seguir avanzando en el camino
socialista ajustado a las condiciones venezolanas y con sentido de la correlación
de fuerzas regionales y mundiales. 2.- Ser experto en pensamiento y praxis
emancipadores como el de Chávez (bolivariano-marxista-leninista-maoísta-fidelista),
siempre como guía y referente, por ser quien aquilató bien y con sentido histórico
la cultura venezolana para ir desbrozándola de elementos
transculturizados, en medio de una
profusa información, a veces falsa, y cada día de impacto más masivo por las
redes sociales. 3.- Ser comunicador efectivo que contribuya a formar las
convicciones necesarias basadas en la ideología socialista, comprendida como
ese conjunto de representaciones sociales que se comparten para poder cumplir
con el Plan de la Patria. 4.- Ser ejemplo ante el pueblo de conducta ciudadana
y familiar, chavista cumplidor del pensamiento de “unidad, lucha, batalla y
victoria” y alejado de cualquier conflicto e imagen de corrupción. 5.- Ser un
operador actualizado en las tecnologías pertinentes de la comunicación y en las
ciencias, con razonamiento dialectico que le permita escoger eficazmente a sus
directores, gerentes y coordinadores, controlarlos, evaluarlos y sustituirlos
oportunamente si no cumplen.
Es
decir, un líder bolivariano es un revolucionario, filósofo, político, comunicador,
economista y científico-técnico-gerencial, precisamente como lo fue Lenin, el
genio creador de la teoría de la revolución socialista. Un gran homenaje del
pueblo venezolano desde todos sus espacios de liderazgo.